En el marco de la pandemia para el año 2021 se inició un proceso de alternancia en las instituciones educativas con una asistencia en grupos pequeños en la que los jóvenes tenían una presencialidad gradual, contando siempre con medidas de bioseguridad.
Para este 2022 las puertas de las instituciones educativas se abren en normalidad, los niños, niñas y adolescentes vuelven a las clases presenciales con la diferencia de que aún existe el virus pero las comunidades cuentan con un esquema de vacunación para mitigar contagios.
El proyecto Pescado para el Desarrollo financiado por Caritas Noruega y Cáritas Colombiana, beneficia a 300 jóvenes del Caquetá con el objetivo de promover la economía de las regiones por medio de la pesca responsable y ecológica.
Recientemente el proyecto inició actividades orientadas a fortalecer los conocimientos y competencias humanas de estos jóvenes que desean progresar por medio del uso adecuado de su entorno, el cual les brinda muchas oportunidades de crecimiento si es utilizado de forma adecuada.
En esta nueva etapa Acción Cultural Popular – ACPO se encargará del proceso formativo con dos cursos muy interesantes, el primero es Valores cívicos y democráticos, enfocado en los procesos de convivencia en el contexto rural.
Y el segundo es Comunicación y periodismo rural, el cual busca fortalecer habilidades comunicativas, brindando herramientas para que la voz de la población rural sea escuchada. Estas formaciones también irán acompañadas de talleres como estrategia pedagógica de fortalecimiento.
Por: Sandra Riaño García. Facilitadora educativa del proyecto Pescado para el Desarrollo.
Aproximadamente el 70% de la población de Estados Unidos padece de sobrepeso o tiene obesidad, la República Centroafricana tiene el 60% de sus habitantes en estado de desnutrición y en el Pacífico colombiano, la región más lluviosa del mundo, la gran mayoría de personas no tiene acceso a agua potable.
Ante esta situación en el año 2020 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO encontró que pese a los esfuerzos en la lucha contra el hambre, un número considerablemente alto de personas en el mundo carecen de alimentos suficientes para llevar una vida larga y saludable.
El profesor, médico y filósofo Camilo Andrés Prieto Valderrama, aborda en su libro Nutrición Sostenible un tema de gran interés en un contexto de compleja vulnerabilidad social, económica y ambiental, en el que es importante preguntarse ¿cómo la humanidad está produciendo y consumiendo sus alimentos?
El libro está compuesto por siete capítulos donde el autor realiza un estudio y un análisis energético de los alimentos, cómo envolverlos, el agua que se utiliza para producirlos y propone diferentes alternativas como sustitutos cárnicos incluyendo los insectos.
Prieto advierte que la producción de alimentos demanda el 70% del agua dulce que se extrae en el mundo y que el 50% de la tierra habitable la usamos para actividades agropecuarias. Lo anterior, sumado a una población creciente, sin duda produce un importante impacto sobre los flujos de materia y energía del planeta.
“Nos hemos convencido de que nuestra mejor manera de ser y estar en el mundo es la transformación, moviendo montañas, el desviar y bloquear ríos y someter las especies a nuestros gustos y preferencias anclados y fundamentados en el principio de la libertad. Tal vez ha llegado ese momento en donde le demos valor al concepto del límite” afirmó el autor Camilo Prieto.
Además, señaló que existen alternativas dietarias con alto valor nutricional que le permitiría a la humanidad adoptar conductas de alimentación más sustentables, más eficientes y sostenibles. Pero pensar en esto implica cuestionar los gustos y preferencias humanas que han alterado el equilibrio natural del planeta.
El libro está disponible en Panamericana, en la Librería Lerner, en Mercado Libre y pronto como libro electrónico en Amazon.
Por: Juan Camilo Bonilla Osorio. Periodista voluntario.
Hace tres años llegó a Chocó el proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA, el cual tiene como pilar fundamental el apoyo a mujeres en proceso de reincorporación que habitan en Antiguos Espacios de Capacitación y Reincorporación – AETCR y comunidades aledañas.
Con el fin de promover la reconciliación y restituir el daño causado antes de la firma del Acuerdo de Paz, MIA busca brindar capacitación y formación para el desarrollo rural y la generación de empleo.
En esta última etapa del proyecto se ven consolidadas dos propuestas productivas que de la mano serán fuente de ingresos y mejoramiento de la calidad de vida de estas mujeres. El primero confecciona prendas de vestir para la comunidad estudiantil y la fuerza trabajadora.
El segundo se dedica a la producción de bloque para la construcción, teniendo como objetivo el casco urbano de Santa María la Antigua del Darién. Las 21 mujeres involucradas han trabajado en conjunto con el Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización – ARN.
Este acompañamiento formativo es sin duda una estrategia de asociatividad muy útil para la comunidad reincorporada. Pues marca un punto de partida para que en otras regiones tomen la idea de emprender por la reconciliación y buscar oportunidades de crecimiento.
Por: Miguel Ángel Arango Cifuentes. Facilitador educativo del proyecto MIA.
Las comunidades campesinas, organizaciones sociales y comunitarias de Caquetá, Meta y Guaviare establecieron una propuesta para la solución de conflictos socioambientales, derivados del uso y manejo de las áreas protegidas y otras figuras de protección ambiental.
Esto con base en la Ley 2 sobre economía forestal y conservación de recursos naturales renovables, y el decreto 1989 de 1989 por el cual se declara Área de Manejo Especial La Macarena, se clasifica y zonifica su territorio y se fijan sus límites reales.
A continuación los 13 puntos que la componen y el propósito de cada uno:
Gobernanza ambiental para la paz: Generar un régimen especial transitorio para la construcción de paz territorial, la defensa de la vida y el Buen Vivir de las comunidades campesinas.
Parques con campesinos: Concertar y tramitar un proyecto de ley para la solución pacífica del conflicto existente entre las comunidades que habitan los PNNC y las autoridades ambientales.
Planes participativos de manejo ambiental: Revisión, construcción y actualización participativa de una estrategia concertada para el cierre de la frontera agrícola.
Auditoría de control: Realizar auditoría a recursos destinados por el Estado y la cooperación internacional, para la protección y mantenimiento de áreas protegidas y otras figuras de protección ambiental.
Tratamiento especial sobre actividades productivas existentes: Priorizar el diálogo y la concertación con programas y acciones pedagógicas y restaurativas, que resuelvan las necesidades de las comunidades a la vez que controlan los fenómenos que afectan las áreas de especial interés ambiental.
Fortalecimiento de mecanismos y estructuras para la gobernanza local: Se fortalecerán los espacios de gobernanza local y se crearán rutas concertadas con la institucionalidad para la resolución de conflictos socioambientales.
Sustitución de cultivos de uso ilícito: Convocar a las instancias pertinentes consagradas en el Acuerdo de Paz para dar cumplimiento integral por parte del Estado en el punto 4, con aras de resolver las problemáticas de la implementación y dar solución inmediata a las comunidades excluidas del PNIS.
Diagnóstico y caracterización participativa: Construir de manera participativa los mecanismos para la caracterización de las familias campesinas asentadas en las áreas de objeto del Acuerdo, en aras de actualizar los planes de manejo bajo los principios y enfoques concertados.
Zonificación ambiental participativa: Desarrollo de metodologías que permitan la construcción participativa del ordenamiento por medio de la delimitación de fronteras agrícolas, actualización y ampliación del inventario de áreas de manejo especiales, y la caracterización del uso de áreas con manejo ambiental especial.
Formalización de la infraestructura existente: Caracterización, formulación, armonización y planificación de la inversión presupuestal para el ordenamiento y mantenimiento de la infraestructura existente.
Regularización de la tenencia y la propiedad de la tierra: Gestión institucional para el cumplimiento del punto 1 del Acuerdo de Paz sobre la Reforma Rural Integral. Además de priorizar y agilizar procesos que cursan ante las ANT.
Pago e incentivos para la preservación y restauración en áreas de especial interés ambiental: Establecer un esquema piloto para el Pago de Servicio Ambientales – PSA y otros incentivos.
Alternativas Productivas para el Buen Vivir: Fomentar iniciativas comunitarias que garanticen la protección de la naturaleza en armonía con las prácticas productivas del campesinado.
La Corporación Autónoma Regional de La Guajira – Corpoguajira alertó recientemente sobre la presencia de la fragata portuguesa (Physalia physalis) en las costas del departamento, pues resulta peligrosa para el ser humano.
Se trata de un animal que se caracteriza por su alta toxicidad y naturaleza urticante. Su picadura es dolorosa y puede producir sensación de quemadura extrema en la piel, taquicardia, mareos, alteraciones del pulso, dolor de cabeza, entre otros síntomas.
Recomiendan a quienes visitan estas playas y demás usuarios no tocar o acercarse a dicho animal, así parezcan estar sin vida. Así mismo, en caso de verlos flotando en el mar alejarse de inmediato.
Esto porque los tentáculos de la fragata pueden alcanzar 10 metros de longitud, además están cargados de nematocistos que son cápsulas con veneno que utilizan para capturar a sus presas.
La presencia de la especie en las playas es común en los primeros meses del año, debido a los fuertes vientos y las corrientes en dirección este y noreste, lo que favorece su desplazamiento.
Cabe resaltar que este animal es importante para la cadena alimenticia marina, ya que hace parte de la dieta de especies como las tortugas caguama y carey, la babosa de mar, el caracol violeta y del pez luna.
El bore es una planta poco conocida en Colombia cuyo tallo es alto y cuenta con alto contenido de almidón. Cumple las condiciones necesarias para elaborar harina como ocurre con la yuca y el maíz, y se siembra fácilmente en zonas húmedas.
Yeison Fonseca Restrepo, experto en el establecimiento de sistemas de policultivo y agricultura orgánica de La Montañita, Caquetá, comenta que las hojas de bore son un gran alimento para peces y cerdos. Mientras que el tallo contiene oxalato de calcio lo que resulta tóxico, por eso debe cocinarse.
“Es una alternativa muy importante para el territorio, ya que los costos de los insumos están muy elevados. Los campesinos pueden empezar a implementar estos cultivos para diversificar la producción y complementar el uso de concentrados en la producción piscícola” afirma Fonseca.
Cabe mencionar que esta planta también es apta para el consumo humano, a continuación una receta de chips de bore y patacones:
Se lava muy bien el tallo de bore, se cocina un poco y se rebana en tajadas.
En aceite caliente se ponen a freír las rebanadas hasta quedar crujientes.
Se rebana el plátano verde y se pone en aceite caliente. En un recipiente se mezcla agua, ajo y sal, allí se remojan los patacones y se vuelven a freír.
Por: Sebastián Ríos Buitrago. Facilitador educativo del proyecto Pescado para el Desarrollo.
Cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, sugieren que el Estado no ha cumplido su función como garante de derechos en la ruralidad, pues el 45% de la población rural se encuentra en condición de pobreza multidimensional, el 8.4% no sabe leer ni escribir, el 43,8% presenta bajo logro educativo, el 9,3% no cuenta con aseguramiento de salud y el 27,3% no tiene acceso a agua potable.
De igual manera, en materia de economía la entidad determinó que el 86,7% trabaja en la informalidad y sobreviven con menos de un salario mínimo. Y el 83,5% no recibe asistencia técnica que les permita ejecutar sus proyectos productivos de manera efectiva. Ante el evidente abandono estatal, las organizaciones sociales han asumido un rol fundamental en la lucha por mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales, suscitar la igualdad e impulsar el crecimiento del campo.
Por ejemplo, la fundación Acción Cultural Popular – ACPO desde 1947 ha trabajado por el desarrollo integral de las y los campesinos, interviniendo de manera pertinente en las áreas educativas y socioeconómicas de las zonas rurales del país. Por medio de sus Escuelas Digitales Campesinas, esta organización acompaña y orienta a miles de jóvenes y adultos en procesos de alfabetización digital, liderazgo, asociatividad, emprendimiento, comunicación, paz y convivencia.
Así mismo, la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos – ANUC, una entidad sin ánimo de lucro que busca empoderar al campesinado, desarrolla actividades de capacitación en dos ejes principales: el primero, la producción agrícola, en el que se brinda orientación a los participantes sobre los mecanismos y las herramientas que facilitan y optimizan su producción. Y el segundo, la acción social, en el cual ofrece formación sobre los modos de organización social, derechos humanos y legislación.
También, la Federación de Mujeres Campesinas de Nariño – Femucan, que desde 2006 ha logrado incidir en las decisiones adoptadas en el plan departamental de desarrollo. De igual manera busca visibilizar las exigencias de la economía campesina, la soberanía alimentaria y la producción agroecológica. Dentro de sus logros, se le atribuye la gestión de la Mesa Campesina y la participación en la Mesa de Mujeres.
Conforme con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO son muchas las entidades que trabajan día a día por los derechos y la igualdad de la población rural, entre ellas: la Asociación Nacional de Mujeres del Campo e Indígenas de Colombia – ANMUCIC, la Federación de Trabajadores Agrarios de Colombia – Festracol.
La Acción Campesina Colombiana – ACC, la Organización Nacional Indígena de Colombia- ONIC, la Asociación de Mujeres Afrocolombianas AMUAFROC, el Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC, la Federación Departamental de Mujeres Campesinas – FEDEMUC, la Asociación para la Cultura Alternativa y la Fundación Mujer y Futuro.
Organizaciones que desde su saber hacer luchan por la dignidad del campo y sus habitantes, apostando al desarrollo integral, al fortalecimiento del tejido social y al empoderamiento comunitario. Por eso, una forma de apoyar a las comunidades rurales es visibilizando y contribuyendo a estas entidades para que continúen con su importante labor.
En la región del Catatumbo está ubicado Quince Letras, un corregimiento del municipio de Teorama visiblemente afectado por la violencia. Allí, un 12 de mayo de 1995 nació Anderson León Ascanio.
Su infancia no estuvo rodeada de juguetes, ni tampoco durmió en cunas; dos camas eran suficientes para que él y sus 8 hermanos durmieran. Lo poco que sus padres recogían con la venta de yuca y plátano era para alimentar a toda la familia.
Esto llevó a León con tan sólo 12 años a buscar sustento, al verse frustrado por la precariedad tomó la decisión de salir de su casa para encontrar una oportunidad para estudiar. Después de todo, los niños catatumberos también tienen sueños.
Fue así como llegó al corregimiento El Aserrío, donde encontró refugio en el Hogar Juvenil Campesino, un proyecto de la alcaldía municipal en el que podría vivir y alimentarse de manera gratuita mientras realizaba sus estudios de bachillerato.
Sin embargo, en junio del 2010 una avalancha llegó al corregimiento, “mis cuadernos, mi poca ropa, esa que conseguí trabajando como asistente en una tienda del caserío, mis sueños fueron arrebatados, tal vez el destino quería darme una lección”, cuenta León.
Nunca se rindió y gracias a su esfuerzo, Sandra Gutiérrez, madre de uno de los estudiantes del colegio, al notar su buen desempeño académico decidió contratarlo para que en las tardes asesorará a sus hijos en las tareas, y de esta forma pudiera recibir un ingreso económico.
Después de un año, decidieron adoptarlo y brindarle las comodidades que él nunca imaginó tener. Anderson empezó a creer que la vida tenía un futuro distinto para él, era consciente que el pensamiento de su familia nunca estuvo amarrado al suyo, que estudiar era su pasión.
A pesar de todo lo que tuvo que atravesar siempre ocupó los primeros lugares en su salón de clase, convirtiéndose el 29 de noviembre de 2013 en el mejor bachiller de su colegio y demostrándose a él mismo que no existen cosas imposibles, sino seres incapaces.
Por: Jackelin Arroyo Rincón.Facilitadora educativa del proyecto Alfabetización digital para la gestión comunitaria/COSUDE.
El acompañamiento social y espiritual que realiza Acción Cultural Popular – ACPO al proyecto Pescado para el Desarrollo, implementado en Caquetá, busca que los jóvenes desarrollen habilidades socioemocionales para la vida.
Esto desde las formaciones de Escuelas Digitales Campesinas y su convergencia de medios a través de herramientas artísticas como el teatro, la música, la pintura y las escrituras creativas.
Uno de los elementos importantes es el reconocimiento de su identidad como punto de partida para proyectar un sentido de vida. La creación de poemas y escritura de cuentos permiten enriquecer la narrativa de los jóvenes sobre sus habilidades y contextos.
En el Doncello, Caquetá se encuentra una de las instituciones educativas beneficiarias del proyecto, allí transcurre la novela El Hedor del Jazmín del escritor caqueteño Antonio Torres.
Leer este libro es adentrarse en ambientes de suspenso e intriga para contar la historia de Cris Abello, una estudiante de criminalística de la Universidad de la Amazonía. Que busca resolver un homicidio pero contado con su historia personal.
Esta creación literaria es fundamental para que los jóvenes del proyecto fortalezcan y apropien su territorio. Desde ACPO se continuarán realizando acciones para fortalecer e instalar capacidades en los jóvenes rurales transformadores.
Por: Sebastián Ríos Buitrago. Facilitador educativo del proyecto Pescado para el Desarrollo.
El concurso nacional de fotografía El Campo Cuenta es una iniciativa de Acción Cultural Popular – ACPO y el periódico El Campesino, que busca visibilizar y sensibilizar sobre las realidades de la ruralidad colombiana.
Para su tercera edición, aperturada en noviembre del 2021, la temática es el uso de las tecnologías en el campo. Entendiendo que son una herramienta fundamental para la contribución al desarrollo integral de los territorios y comunidades más vulnerables.
Con el propósito de que más personas puedan narrar mediante la fotografía las historias del campo acorde al tema establecido, las inscripciones se ampliaron hasta el próximo 11 de febrero del 2022.
Para la categoría profesional se entregarán $450.000, para la categoría de aficionados el primer lugar recibirá $300.000, el segundo lugar una maleta viajera de Radio Sutatenza y un premio sorpresa, y el tercer lugar un premio sorpresa.
¡Participar es muy fácil! Solo debes leer todos los requisitos y diligenciar completamente el formato para postular tu fotografía. Encuentra el formulario de inscripción en el siguiente link: El Campo Cuenta.