Luego del confinamiento global provocado por la pandemia del COVID-19, las integrantes de la Asociación de Mujeres Líderes – ASMUL, quienes tuvieron que renacer para continuar con la lucha y la garantía de sus derechos, han venido trabajando en impulsar mejores condiciones para las lideresas de Tumaco.
En el 2001 en la ciudad de Cali, Valle del Cauca, nació la idea de conformar esta asociación frente a la problemática de múltiples desplazamientos forzados en el territorio, donde no existía atención alguna con las víctimas que en este caso eran mujeres cabeza de familia.
La organización logró constituirse legalmente a paso lento en el año 2005, con fines de atender las garantías de manera exitosa. Luego buscó generar incidencia en el distrito para aportar de manera positiva a la paz, poniendo como protagonista a la mujer rural que ha padecido de cerca la guerra.
Las luchas de ASMUL han permitido el rescate de actividades socioculturales ya perdidas y reemplazadas por el sistema económico, y lo han logrado actuando en pro de mejorar y compartir mutuamente lo poco que se tiene. Así han retomado el trueque entre sus familias y las veredas en las que tienen incidencia.
Como lo manifiesta Elsedita Cobo, lideresa del barrio California en Tumaco, “la asociación es un refugio amigo para quienes no hemos tenido la oportunidad de tener otra calidad de vida, lo que nos ha quitado la guerra, pero aquí siempre están dispuestas en dar la mano y compartimos de lo poco que tenemos”.
En su escuela sociopolítica y cultural, los miembros se han capacitado sobre las tradiciones que dejaron sus ancestros y el amor por su territorio a través de las plantas, transmitiendo sus conocimientos a todo tipo de población. Luchan por discriminación, reivindicación de los derechos, resistencias y desigualdades territoriales.
Hoy en día hacen parte del proyecto Comunicar y Proteger la Paz: Defendiendo a nuestros defensores, liderado por Alianza por la Solidaridad y Acción Cultural Popular – ACPO, que busca fortalecer y garantizar a las organizaciones defensoras de derechos con acciones comunicativas y de autoprotección.
Por: Cristian Alejandro Gongora. Facilitador educativo del proyecto Comunicar y Proteger la Paz.
Paipa es un municipio ubicado en el centro oriente de Colombia, en la provincia del Tundama en Boyacá, es conocido por ser la capital turística de este departamento debido a sus aguas termominerales, el Pantano de Vargas, el Lago Sochagota y otros importantes atractivos del lugar.
En Paipa también resalta la parte gastronómica ya que allí se elaboran diversos amasijos como la almojábana y el pan de yuca, los cuales son parte de la tradición de este municipio. A lo largo y ancho del territorio, existen diversas fábricas y negocios que comercializan las almojábanas, principalmente en la autopista central del norte, un punto estratégico para la venta, ya que es una de las principales avenidas del municipio por la que transitan los vehículos que vienen de Bogotá o Tunja hacia Sogamoso; y en el trayecto no se puede evitar la parada a comer almojábana.
Una de las fábricas de amasijos localizada sobre dicha avenida es la de doña María Isabel Benavides, una mujer de 60 años oriunda del municipio, de piel morena, de baja estatura y cabello negro; quien con optimismo desde la madrugada a eso de las 6 de la mañana inicia su jornada realizando almojábanas y otros amasijos que tiene encargados para la venta.
Mientras escucha la música proveniente de un pequeño radio que tiene sobre el mesón de la cocina, doña Isabel se pone su delantal y comienza a preparar los ingredientes para hacer almojábanas, para ello se dispone a triturar la cuajada en pequeños pedazos y posteriormente sobre una mesa de madera, toma un recipiente en el cual agrega primero la harina de maíz, luego la cuajada producto de la leche, los huevos, la mantequilla y finalmente con sus dedos agrega pizcas de sal.
Luego, junta todos estos ingredientes y los amasa hasta que todo quede compacto con la ayuda de un rodillo de madera y de una batidora industrial que le facilita ese trabajo. Posteriormente arma unas bolitas de masa de color blanco y por la experiencia de doña María Isabel ya sabe calcular el tamaño para que todas le queden similares, estas las pone sobre unas bandejas especiales de acero, las cuales después ingresa a un horno a gas en el que se cocinan las almojábanas por aproximadamente 20 minutos.
Con el paso del tiempo, el olor se esparce por todo el lugar, un aroma agradable reflejo del amor presente en la preparación del producto. Finalmente, las saca del horno, calientitas, con un color amarillento y en partes cafés, por el peso, las bolas de masa se aplastan y es por eso que la almojábana no queda totalmente esférica sino que queda aplastada en la parte inferior y redonda en la parte de arriba. En cuanto a su textura, la almojábana es blanda.
La señora María Isabel aprendió este oficio hace más de 30 años, cuando inició a trabajar en una de las fábricas más antiguas del municipio. Allí pudo ver como realizaban los distintos amasijos, ayudando en su preparación y observando cuál era la manera en que se hacían, posteriormente se dedicó a eso, ella los realiza en su fábrica y los vende por encargos a los locales comerciales.
Así como ella, muchas personas han ido aprendiendo de generación en generación a hacer los distintos platos típicos de la región, inclusive sus dos hijos le han colaborado en las preparaciones, aprendiendo también a realizar almojábanas y otros amasijos, de tal manera que la tradición sigue viva y en el legado del municipio.
Marcelino Granados Montenegro, coordinador de patrimonio cultural de la secretaría de cultura y juventud de Paipa, dice que “el maíz venía desde la cultura americana y la preparación de la almojábana posiblemente llegó junto a la colonización española, los antepasados aborígenes aprendieron la receta que se fue transmitiendo hasta estos días”; muchas familias crecieron en torno a la fabricación y comercio de las almojábanas que antes se hacían en horno de leña.
También en esos procesos y con el paso del tren por el municipio, la almojábana paipana expandió sus límites hacia otros territorios y se volvió muy aclamada en otros lugares del país. La almojábana y los amasijos son parte de las costumbres de Paipa, indudablemente muchas veces es un alimento importante a la hora de tomar las onces, acompañada de un masato de arroz, un kumis o un yogurt casero, mientras se disfruta de una buena charla con la familia o amigos.
Como parte de la tradición paipana, la almojábana ha sido uno de los elementos claves en el “Festival de la Ruana, el pañolón, la almojábana y el amasijo” que se viene realizando desde 1999 con el fin de resaltar las tradiciones, costumbres y el folclor paipano y boyacense; en el que la gastronomía es un pilar fundamental, por lo tanto, la almojábana como alimento característico de la tierra no puede faltar. En este evento, los vendedores y fabricantes de almojábanas ofrecen sus productos a propios y visitantes para que puedan degustar de este y otros ricos amasijos.
Este año se realizó este importante evento de manera semipresencial, contando con eventos importantes que resaltan la identidad boyacense como el Ruana Fashion, el Concurso del Comelón de Almojábanas, el Encuentro de Danzas Folclóricas y el Concurso de las Hilanderas. Un evento que muestra la esencia de las tradiciones al público nacional e internacional.
Es así como cualquier persona que pase o tenga la posibilidad de visitar Paipa, la tierra de la libertad, no debe pasar la oportunidad de degustar la almojábana, el pan de yuca y los otros amasijos; acompañados de bebidas como el masato de arroz, el kumis o el yogurt casero que son delicias que la gente de este pueblo nos ofrece. Cada vez que alguien tiene la oportunidad de probar alguno de estos productos, tiene la posibilidad de acercarse a una tradición reflejo de la cultura de quienes crecen en este territorio.
La Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena – Cormacarena, hace un llamado a la ciudadanía a conducir con precaución y no exceder la velocidad para evitar la muerte de los animales que cruzan las vías en busca de alimento, refugio, pareja, o huyen de alguna amenaza.
En los primeros tres meses del 2022 se han atendido 585 animales, de los cuales 311 fueron valorados y posteriormente liberados en su hábitat natural; 216 fueron reubicados en zonas verificadas para su óptima supervivencia por ser domesticados y 53 fallecieron, siendo el atropellamiento una de las principales causas.
En las últimas semanas la comunidad cercana a Pompeya solicitó asistencia a la ambulancia de fauna silvestre, para un oso hormiguero gigante hembra y su cría, quienes minutos más tarde murieron al ser golpeados por un automóvil en la vía que conduce al municipio de Puerto López.
Cormacarena recuerda a los habitantes del Meta la línea de atención 321 482 0327, donde podrán informar la presencia de fauna silvestre en lugares inadecuados, heridos o en situación de vulnerabilidad; además, acatar las normas de tránsito y encender las luces mientras transita en carreteras nacionales.
Esta es la historia de Jhona Rojas Rivera, una mujer del centro poblado Héctor Ramírez, vereda Agua Bonita, que ha marcado la diferencia en su accionar para comenzar un sueño que se hizo realidad.
Cada día que pasa ha sido una oportunidad para darle continuidad a los emprendimientos, que han sido una forma de empoderar a las mujeres y fomentar la independencia económica.
El proyecto de confecciones duró 3 meses y a través de capacitaciones ella y otras mujeres aprendieron desde lo más mínimo, como enhebrar una aguja en una máquina, realizar cortes, costura, tomar medidas.
“Desde ese día soy otra mujer, con visión, con la posibilidad de comprender cuales son las oportunidades que tenemos las mujeres rurales, la capacidad de hacer toldillos, ropa interior, sudaderas, tendidos para camas, bolsos.
Además con la mejor atención al cliente, contamos con nuestra propia marca, hechos que han sido significativos y el resultado de una buena comunicación y del trabajo en equipo”, comenta Jhoana.
Dice que a futuro la idea es crear una empresa propia de confecciones y dar formación para otras mujeres que no tienen la oportunidad de hacerlo por su propia cuenta, dado que no cuentan con los recursos económicos. “Hoy tenemos la iniciativa de impulsar un cambio social donde generemos un trabajo digno para las mujeres rurales”.
El proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA llegó para quedarse en los territorios, dejando huella y una capacidad instalada con el fin de fortalecer el tejido social.
Además, formación y talleres de comunicación y periodismo rural han sido fundamentales “porque aprendí cómo crear una red social, un correo y esto nos ha servido para ofertar y comercializar nuestros productos”. Todo gracias a la Unión Europea, ACPO y la Diócesis de San Vicente del Caguán.
Por: Anyela Patricia Cardozo. Facilitadora educativa del proyecto MIA.
En línea con la pregunta sobre ¿qué es democracia? y al hilo de la actual situación política en Colombia, entre dos eventos electorales que determinarán su rumbo para los próximos cuatro años, retoma fuerza el cuestionamiento alrededor de la supuesta democracia colombiana.
En el artículo ¿Para cuándo la democracia? Comunicación, imágenes y protesta social en Colombia, firmado por Gabriel Ruiz, ‘Iñaki’ Chaves y Beatriz Múnera, publicado ahora como capítulo del libro De la universidad a la sociedad; coordinado por Hidalgo, Herrero y Segarra y editado en formato electrónico por Dykinson, nos preguntábamos sobre cuándo sería el momento de que llegara una verdadera democracia.
Colombia quiere un cambio
Tal vez la situación hoy amerite responder que la oportunidad es ahora. Colombia quiere un cambio y las elecciones legislativas del pasado 13 de marzo así lo muestran. La ciudadanía lo ha manifestado votando para que la coalición del Pacto Histórico logre un número importante de curules para la Cámara de Representantes y el Senado. Dando un gran respaldo a Francia Márquez, una mujer afro defensora del medio ambiente y de los derechos de las mujeres que formará tándem como vicepresidenta del candidato de este partido.
Aunque ese apoyo sea solamente un suave giro hacia una izquierda que se mantiene dentro del propio marco del sistema capitalista imperante, tal como propone el líder del Pacto Histórico, y nos cuenta Alberto Maldonado en revista Sur, al “promover un capitalismo humano (…) en el marco de las reformas históricas que el liberalismo ofreció hace décadas y no ha cumplido”.
Incumplimientos que han provocado problemas y desigualdades por el accionar de un Estado que ha ignorado los mandatos de la Constitución y que ha venido actuando “al servicio de los intereses privados de los capitalistas y de los políticos defensores del sistema, incluyendo un conjunto de prácticas corruptas de apropiación de los recursos públicos”.
Aún así, supone un cambio importante que tiene su semilla en las movilizaciones que se han venido produciendo con fuerza desde 2019. Unas protestas sociales surgidas desde las bases populares que han llenado las calles “para mostrar que la amenaza cotidiana a la vida no proviene sólo de un virus venido de lejos sino de unas condiciones sociales (re)producidas en el propio país” (Ruiz, Chaves y Múnera, 2021).
Barbarie VS civilización
Los autores hacen un acercamiento a las narrativas generadas en el marco de la protesta social en el país y que el poder establecido ha dividido entre las de barbarie, llevadas a cabo por las y los protagonistas de las manifestaciones, y las de civilización, que ha difundido el propio Gobierno a través de sus redes virtuales y sus medios acólitos “El poder establecido ha buscado crear, alrededor del paro nacional colombiano, una narrativa de la barbarie versus otra de civilización”.
La comunicación transmitida por los poderes político y mediático, acompañada de ciertas imágenes que respaldaban sus mensajes, ha ido construyendo una memoria que alimentará la historia oficial, la de quienes ostentan el poder y hacen un uso torticero de la ley para imponer su versión y su visión de una realidad que, cuando menos, tiene dos lecturas y diversas interpretaciones.
El próximo 29 de mayo tendrá lugar la primera vuelta de las elecciones presidenciales para elegir al siguiente inquilino de la Casa de Nariño. Un momento propicio para votar por el cambio y hacer que, por fin, la democracia haga acto de presencia en el país con la democracia más antigua de América Latina.
Aunque solamente suponga un leve cambio a la izquierda, lo será con mujeres y hombres, con todas y todos, afros, indígenas y mestizos, que quieren que Colombia le apueste a la paz y a la metamorfosis social, que desean “vivir sabroso”, que piensan que la historia debe ser con la gente corriente (no sólo la “gente de bien”), que anhelan que se siembre esperanza, que buscan que la dignidad se haga costumbre y que sueñan con que el país sea “una potencia mundial de la vida”.
*Esta nota periodística no representa la postura de Acción Cultural Popular – ACPO organización dueña de la marca registrada Periódico El Campesino y elcampesino.co. Con ello, tampoco compromete a la organización ni al periódico en los análisis realizados, las cifras retomadas, los entrevistados que aparecen, entre otros.
Por: Ignacio «Iñaki» Chaves – Consejo Editorial El Campesino.
Colombia cuenta con una valiosa riqueza de recursos naturales, especialmente el hídrico, sin embargo existe una brecha considerable en cuanto al acceso al mismo. Además los niveles de pobreza contribuyen a la desigualdad, siendo La Guajira uno de los departamentos con peor cubrimiento de necesidades básicas.
Es importante resaltar el papel de los organismos internacionales, que promueven procesos que ayudan a cambiar estas realidades, un ejemplo es la Embajada de Suiza en Colombia, Ayuda Humanitaria y Desarrollo – COSUDE.
Esta entidad vela porque las zonas en las que no se tiene acceso al agua, cuenten con este servicio básico y este sea apto para el consumo humano. En el marco del proyecto ASIR-SABA tiene en cuenta y respeta los procesos ancestrales que se llevan a cabo en el territorio.
Además, comprende sus modelos de sostenibilidad, logrando así tomar decisiones de forma eficaz y poder llevar bienestar a dichas comunidades. Recientemente la organización hizo una donación de equipos de cómputo para el proyecto Alfabetización Digital para la Gestión Comunitaria implementado por ACPO.
La asesora sectorial del programa, asegura que con la donación de estos equipos y la implementación de estrategias pedagógicas a nivel comunitario, se logrará contribuir a la gestión sostenible del agua y al mejoramiento de la calidad de vida en las zonas rurales de Riohacha.
Por: Yeimy Oyola Vides. Facilitadora educativa del proyecto Alfabetización digital para la gestión comunitaria/COSUDE.
Encanto, la película de Disney que fue inspirada en Colombia, estuvo nominada a tres categorías en los premios Óscar 2022: mejor banda sonora, mejor canción animada y mejor película animada. Una noticia que llenó de orgullo al país.
Pues el filme ha cautivado a todos los espectadores y la industria cinematográfica, mostrando un sinfín de paisajes y elementos culturales que representan aspectos importantes que desligan del tema global de referencia, el narcotráfico.
Además, desde su estreno a finales del 2021, Encanto se convirtió en un fenómeno mundial gracias a que es una historia que tiene como objetivo reflejar las raíces afro, indígenas e hispánicas, así como representar el gran realismo mágico de Gabriel García Márquez, la música y folclor nacional.
La película ha tenido éxito en otras premiaciones y categorías, por ejemplo, en los Women Film Critics Circle Awards y Alliance of Women Film Journalists Awards; en los Latino Entertainment Journalists Association Awards: mejor canción escrita para una película y en los Artios Awards: logro destacado en casting, entre otros.
Galardones a los que se le suma el Óscar a mejor película animada. Vale la pena destacar que desde su lanzamiento la percepción internacional sobre el país ha cambiado, pues se visibilizan aspectos culturales, ambientales y sociales que muestran la verdadera riqueza de Colombia.
Por: Juan Camilo Bonilla Osorio. Periodista voluntario
Tumaco, conocido como la perla del Pacífico, está ubicado al sur occidente del país en el departamento de Nariño. Pese a ser afectado por el conflicto armado, la violencia y la pobreza, cuenta con una riqueza cultural que le ha permitido a este rincón del país ser más resiliente y positivo.
Territorio en el que están asentados diferentes grupos étnicos como afros (negros, raizales, palenqueros), mestizos e indígenas, que relatan un mundo de conocimientos ancestrales que aportan a los acuerdos sociales y las diversas maneras de reconciliación en medio del contexto de violencia.
Nuestra población tumaqueña ha optado por los Derechos territoriales y culturales para aumentar y facilitar las luchas en contra de los diferentes flagelos que enfrentan , teniendo como sello los conocimientos culturales para la colectividad que conllevan a la libertad y la promoción de paz.
Por lo anterior la llegada del proyecto Comunicar y Proteger la Paz: Defendiendo a nuestros defensores, de Acción Cultural Popular – ACPO, permite contar desde la mirada de innovación cultural que tiene la comunidad y las organizaciones beneficiadas los procesos e historias del territorio.
La cultura genera e impulsa la libertad de las comunidades y mitiga los índices de delincuencia, quitándole espacio a esto que con talentos, expresiones y saberes regeneran las nuevas ciudadanías para dar mayor valor social a través de una cultura de paz.
Como se puede evidenciar en el proceso de armonización que hace la Mesa Distrital de Mujeres, organización participante del proyecto. Cada vez que se realiza un espacio de diálogo como parte de sus acciones culturales al iniciar que permite la conexión, paz y ancestralidad.
Para realizar un acto de armonización es necesario que varios participantes lleven un elemento del territorio de acuerdo a lo que desean agradecer, ya sean frutos, velas, flores, joyas, alimentos o elementos religiosos, generando una gran mándala en el centro del espacio.
Por: Cristian Alejandro Gongora. Facilitador educativo del proyecto Comunicar y Proteger la Paz.
El río Ganges es considerado el cuerpo de agua más importante de la India, pues para el hinduismo este afluente personifica a la diosa Ganga, que desde sus aguas limpia a nivel material y espiritual a quien se sumerja en el río, por lo que históricamente y hasta la actualidad se le ha conocido como un río sagrado.
Además de su importancia espiritual, este cuerpo hídrico es uno de los motores económicos de las ciudades aledañas, ya que sus tierras son fértiles para la siembra de una variedad de alimentos y sus aguas son utilizadas para el riego de cultivos, el uso doméstico, la pesca y el turismo. Actividades que generan una gran cantidad de residuos afectando gravemente la calidad del agua y la biodiversidad de este ecosistema.
Ante esta realidad Roberto Restrepo, escritor y director en un trabajo conjunto con Ana Milena Piñeros, ecóloga y productora asociada; realizaron el documental Ganges: un viaje por los sentidos del agua, con el que buscan visibilizar los daños ambientales causados a este río y además proponer una reflexión sobre las acciones del hombre y la importancia de recuperar los conocimientos que vinculan al ser humano y la naturaleza como un todo.
Este audiovisual, que se estrenó en las salas de cine colombianas el 6 de junio del 2019, hace parte de un trabajo investigativo de más de tres meses, y cuenta con la participación de habitantes aledaños al río, maestros espirituales, expertos y científicos que se refieren a la situación del Ganges y su estrecha relación con el hombre.
Además de mostrar la realidad del río y constituirse como algo informativo, llega al espectador de una forma impactante y sensitiva despertando la reflexión sobre los daños causados, los responsables, los conocimientos perdidos con la llegada de la modernidad y aún más importante sobre las acciones que podrían remediar el daño causado, no solo en la India sino en todo el planeta.
Colombia es uno de los principales países donde el fuerte económico se encuentra en el sector agrícola, siendo el tercer consumidor de fertilizantes en el continente después de Brasil y Argentina. Cerca del 70% de las importaciones de estos productos provienen en su mayoría de Estados Unidos, China, Rusia y Ucrania.
El país importa aproximadamente un 42% de fertilizante urea, que se utiliza para el cuidado y crecimiento de las plantas y cuyos principales productores son estas dos regiones actualmente en conflicto. Lo que llevó a un incremento en el precio de este insumo, e inmediatamente al alza en la generación de alimentos, combustibles, fibras y medicamentos que se obtienen de los cultivos.
El 75% de los fertilizantes utilizados en Colombia son traídos desde afuera, es decir más de $402 millones de dólares concentrados en urea, fosfato diamónico, fosfato monoamónico y cloruro de potasio.
De acuerdo con el documento Política Agropecuaria y de Desarrollo Rural 2018-2022: Un Campo para la Equidad, establecido por el Gobierno, “la FAO calcula que para alimentar 9.700 millones de personas en el mundo en 2050, será necesario producir casi un 50 % más de alimentos”.
Lo cual representa una gran oportunidad para Colombia, ya que cuenta con tierras aptas para cultivar. Por eso hay una necesidad de aumentar la productividad del sector pero solo será posible mediante la utilización racional de los recursos naturales.
Esto sumado a la importancia de mejorar la eficacia en la innovación, tecnificación y utilización de los insumos agropecuarios, ojalá optando por alternativas orgánicas que ayude al equilibrio económico de los gastos y a la calidad de los productos agrícolas.
Por: Juan Camilo Bonilla Osorio. Periodista voluntario.