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Aluna y Chiribiquete, un cuento interactivo sobre este tesoro natural

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El Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, se encuentra ubicado en los departamentos del Caquetá y Guaviare, según los datos de Parques Nacionales de Colombia se extiende en un área aproximada de 2,7 millones de hectáreas y en él habitan diferentes comunidades indígenas de las etnias uitoto, tucano, cubeo, wanano, desanos, pijaos, piratapuyos, yukuna, matapí, tanimuka y andoque. 

Debido a que esta reserva alberga más de 4.000 especies de fauna y flora, y resguarda más 70.000 pinturas rupestres que tienen una antigüedad de cerca de 20.000 años, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – Unesco, la declaró Patrimonio mixto de la Humanidad en el año 2018. Por lo que, su preservación no solo es responsabilidad del Estado, las autoridades departamentales y locales, si no también de la ciudadanía en general.

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Con el objetivo de generar conciencia en los niños, niñas y jóvenes sobre la importancia de cuidar la Serranía del Chiribiquete, el escritor José Ardila con el apoyo del Parque Explora lanzó el pasado 22 de abril del 2021 Aluna y Chiribiquete; un cuento interactivo que a través de un viaje imaginario enseña las riquezas ocultas de este gran ecosistema. 

“Chiribiquete es muchas cosas. Es el centro del mundo para varias comunidades amazónicas, es el lienzo sobre el cual se ha pintado una historia que empezó hace unos veinte mil años y que se sigue contando incluso en nuestros días. Es vida, agua, selva. Y es un lugar tan sagrado para muchos chamanes, que solo se atreven a visitarlo con el pensamiento”, afirmó el Parque Explora.

La historia se desenvuelve con Aluna, una niña que desea conocer Chiribiquete porque su abuela le ha contado grandes anécdotas de este lugar, pero no puede visitarlo, ya que según le ha explicado su familiar es un territorio sagrado al que sólo tienen acceso pocas personas. De esta manera, la pequeña encuentra en su mente una manera de transportarse y recorrer esta maravilla natural.

A partir de este escenario se dan a conocer algunas de las especies que habitan en el Parque Nacional como el jaguar, la danta y la guacamaya. De igual manera, se describe la geografía del territorio, se representan algunos de los pictogramas que pueden encontrarse,  y se relata la cultura de las comunidades indígenas que salvaguardan los recursos naturales del territorio.

Así, esta iniciativa le explica a los más pequeños por qué la Serranía del Chiribiquete es un tesoro geológico, biológico y cultural de la humanidad. Además, hace un llamado a la necesidad de protegerlo y contribuir a garantizar su conservación en el tiempo. 

Si usted desea ver el cuento interactivo puede consultar el siguiente enlace: Aluna y Chiribiquete.

 

Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

Identifican 5 tipos de papa criolla que podrían tolerar la sequía

La Solanum tuberosum más conocida como  papa criolla, es un tubérculo que pertenece a la familia de solanácea, esta especie se cultiva en 8.787 hectáreas del territorio nacional principalmente en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cundinamarca y Nariño. Y es un alimento característico de la gastronomía colombiana que aporta sabor y textura a platos típicos como el ajiaco. 

El cultivo de papa criolla se desarrolla de manera efectiva en zonas con alta humedad y de clima frío, sin embargo, con los efectos del cambio climático este alimento tiende a ser altamente susceptible a las temporadas de sequía. Una de las dificultades que enfrentan los papicultores, por ejemplo a quienes no cuentan con sistemas de riego. 

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Desde el año 2020 la Universidad Nacional – UNAL, ha liderado diversos proyectos en torno al mejoramiento de semillas con el propósito de generar impactos positivos en la producción y calidad de los productos agrícolas. Teresa Mosquera Vásquez, magister en Evaluación Fenotípica de la institución educativa, realizó una investigación para identificar variedades de papa criolla resistentes al estrés hídrico.

En el estudio se analizaron 109 tipos de este tubérculo, entre ellas la criolla Colombia, criolla guaneña, criolla latina, criolla paisa y criolla galera; especies que han sido mejoradas y son propias del Programa de Fitomejoramiento de la UNAL. De acuerdo con la explicación de Vásquez, se sembraron en condiciones normales y se les suspendió el riego durante 15 días para determinar su resistencia. 

Como resultado, se identificó que las variedades CCC059, CC103, CCC116, CCC140 y CCC14 fueron las que menos se deshidrataron, debido a que contienen características especiales en su ADN que las hacen más tolerantes a la falta de agua. Ante este positivo hallazgo Lina María López Contreras, magíster en Ciencias Agrarias de Genética y Fitomejoramiento UNAL, aseguró que “la investigación sienta bases importantes para futuros programas de mejoramiento que permitan desarrollar variedades de papa adaptables a condiciones de sequía y que puedan ser empleadas por los productores”.

Cabe destacar que, aunque ya se han realizado estudios genéticos de papa criolla, la UNAL resalta que este es el primero que se efectúa para la tolerancia al estrés hídrico. Por lo que este proyecto se posiciona como un avance importante, que podría mejorar la productividad de los cultivos de papa criolla y representa una oportunidad para hacerle frente a las consecuencias del calentamiento global. 

Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

El Congal, una comunidad que renace tras el paso de la guerra

La vereda El Congal se encuentra ubicada en el municipio de Samaná, Caldas y como muchos territorios de Colombia fue víctima del conflicto armado. En el año 2002, cerca de 54 familias tuvieron que abandonar sus tierras a causa de un enfrentamiento entre grupos al margen de la ley, que dejó la vereda completamente destruida y en llamas. 

A pesar de la situación, 17 familias de la región guardaron la inquebrantable ilusión de regresar a El Congal y recuperar su hogar,  por eso a finales del 2014, hicieron la solicitud de restitución en la Unidad de Restitución de Tierras sede Eje Cafetero. Que presentó la demanda en 2015 ante los jueces especializados, y un año después en el  2016,un juez los reconoció como víctimas de abandono forzado del predio, y les concedió el derecho a la restitución de sus tierras y a la titulación.   

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Con el objetivo de establecer nuevamente en el territorio a esta comunidad, en los últimos años se aceleraron los procesos y el pasado 16 de abril de 2021, se realizó la entrega oficial de todas las órdenes emitidas por el juez. Para lograrlo se desarrolló un trabajo mancomunado con diferentes entidades entre las que destacan: la Unidad de Restitución de Tierras, la Agencia Nacional de Tierras, el Batallón de Desminado Humanitario del Ejército Nacional, la Gobernación de Caldas, Instituto Geográfico Agustín Codazzi, SENA, Centro Nacional de Memoria Histórica y Unidad para las Víctimas.

Hoy con la entrega de más de 80 hectáreas desminadas, la construcción de viviendas dignas para las 17 familias, los títulos de propiedad, la reconstrucción de la escuela, el centro del poblado, un sistema de acueducto que beneficia a más de 300 familias y las vías de acceso; la comunidad del Congal renace y escribe una nueva historia. 

El director de la Unidad de Restitución de Tierras, Andrés Castro,  afirmó que “esta entrega realizada hoy en El Congal, es la muestra a una comunidad renovada, con sus sueños intactos pero especialmente con todas las herramientas para seguir adelante y seguir aportando al crecimiento del campo colombiano gracias a la implementación de sus proyectos productivos y a las ganas que tienen de crecer. Hoy decimos con entusiasmo: se ha hecho justicia con El Congal”.  

Cabe destacar que, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en el departamento de Caldas se han devuelto cerca de 5.264 hectáreas de tierras a sus propietarios en la ruta étnica y 3.696 hectáreas en ruta campesina. Y además, se han invertido en 57 proyectos productivos de ganadería, porcicultura, frutales y café para que las comunidades puedan garantizarse un futuro estable.

Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona – Periodista.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

Radio Mundo Rural: Incremento del dólar y su afectación a Colombia

En el 2019 cuando la Organización Mundial de la Salud – OMS declaró que el COVID -19 implicaría una pandemia, se empezó a registrar un incremento en el dólar alcanzando un alza histórica en 2020 que superaba los $4.000 pesos. Desde entonces su valor no ha bajado mucho, pues para noviembre del presente año se encuentra en $3.800.

Dicho incremento genera preocupación en Colombia ya que el año pasado el peso se ubicó como la moneda más devaluada del mundo, superando a países que se encontraban en crisis o con dificultades en su moneda  como por ejemplo Venezuela y Argentina. Cabe mencionar que el peso colombiano tiene pocas posibilidades de aumento porque depende casi en su totalidad del petróleo. 

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Además, el país cuenta con deudas internacionales por préstamos y bonos, y como estos pagos se hacen en dólares cada que sube el dólar se hace más grande la deuda externa. Afectando directamente por un lado a las pequeñas y medianas empresas, y por otro lado a las comunidades más vulnerables que no tienen facilidad para acceder a precios tan altos.

Si  desea conocer el panorama del campo  en relación con la subida del dólar puede escuchar el programa completo de Radio Mundo Rural a continuación.

Temas en la mesa de Radio Mundo Rural:

  • Pueblos indígenas, abanderados en el cuidado y protección del medio ambiente. (El papel clave de la comunicación).
  • Expertos advierten que se hace urgente cambiar el modelo económico, para combatir la escasez.
  • Escasez de mano de obra y altos precios de los alimentos, opacan la bonanza cafetera.
  • Municipio invitado:  Toribío, Norte del Cauca.

 

Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.



En Chocó el coco se convierte en una alternativa a la producción minera

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Chocó es un departamento considerado una de las regiones con mayor riqueza en términos de biodiversidad del mundo. Sin embargo, reporta los índices de pobreza más altos en Colombia. Cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), reportaron un crecimiento negativo del producto interno bruto (PIB) del 5,7% aportando sólo el 0,4% al PIB del país.

Esto debido a la reducción de la minería en el sector, es decir que la región no cuenta con un sector productivo que permita llenar el vació de la actividad minera y así dar a sus habitantes una estabilidad económica.

Con la reducción de las actividades del sector minero, muchos habitantes han visto en la agricultura una oportunidad para generar ingresos “Chocó es una región que presenta condiciones desfavorables, en lo relativo a la aptitud de los suelos, deficientes drenajes y bajo acceso a mercados” aseguró Leyner Mosquera,Ingeniero de Producción Industrial del Instituto Tecnológico Metropolitano ITM – Medellín

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Sumado a esto el departamento cuenta con sólo dos vías principales; la transversal Quibdó-Medellín y la vía Quibdó- Pereira, esto dificulta que los productores puedan transportar sus cosechas y que reciban un pago justo por ellas. “Sin infraestructura vial adecuada, es difícil lograr crecimiento económico en el sector agrícola” destacó Mosquera.

Esaud Ibargüen, un pequeño productor de la región asegura que el problema radica en la falta de un apoyo estatal para que las comunidades puedan fortalecer las diversas iniciativas y proyectos productivos, ya que en el chocó según expertos no se ha realizado proyectos que le apuesten a la preparación de los suelos para el sector agropecuario.

Cultivo de coco para un ingreso rentable y sostenible

Ante esta desalentadora situación, Esaud ha hecho esfuerzos para encontrar una forma de producir que le genere rentabilidad, desde el año 2006  ha cultivado en su finca ubicada en el municipio Bajo Baudó, arroz, caña, lulo, maíz, banano bocadillo, cacao y otros productos que han dado buenas cosechas, pero ante la falta de apoyo para su comercialización se han perdido. 

A finales del año 2020, decidió cultivar de manera empírica cocos y su cosecha resultó ser de muy buena calidad, consiguió un mercado en Valle del Cauca que le facilita un transporte para su comercialización y vende a más de $15.000 pesos la docena.

Debido a la alta calidad de la fruta, la demanda del coco ha crecido un 40% según cifras del investigador Mosquera, por lo que actualmente Esaud Ibargüen impulsa el proyecto de siembra de coco empírico en el Bajo Baudó, con este busca motivar a la comunidad para que vean en la fruta una oportunidad de desarrollo y de la cual se han beneficiado más de 10  familias de la región.

Cabe mencionar que en Tumaco, Nariño por ejemplo, según cifras del Ministerio de Agricultura la producción de coco asciende a 50.413 toneladas, siendo así el municipio líder en producción.

“Yo invito a Tumaco a que nos unamos y que podamos hacer una misma alianza, para que nos enseñen como el coco les da tan buenos dividendos y al gobierno que recuerden que en pacifico colombiano también somos muchos los agricultores que necesitamos de su apoyo para crecer en el sector” dijo  Ibargüen.

El cultivo de coco se plantea entonces como una alternativa para el agro del Chocó, ya que es una semilla que se da de manera natural en el suelo de la región, lo que le brinda una oportunidad a los productores de competir en el sector agropecuario y generar una rentabilidad digna que les permita reinvertir en sus cultivos.

 

Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

Bibliotecas Públicas para la Paz, por el crecimiento educativo en el campo

Las comunidades de los corregimientos de Cuatro Esquinas, en El Tambo, Cauca, y de Chuguldí, en Samaniego, Nariño, celebran la construcción e inauguración de las primeras Bibliotecas Públicas Rurales para la Paz. Un proyecto que surgió como resultado del trabajo interinstitucional y comunitario entre el Ministerio de Cultura con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo -AECID, y  las administraciones municipales.

Cuatro Esquinas y Chuguldí son corregimientos que quedan aproximadamente a 50 minutos de sus respectivas cabeceras municipales. El Tambo es reconocido por ser el mejor productor de chontaduro del país y en Samaniego se produce un excelente café. Ambos territorios han trabajado generando proyectos productivos y turísticos que les permiten proyectar sus comunidades para que encuentren oportunidades de crecimiento socioeconómico. 

La entrega oficial de estas bibliotecas hace parte de la estrategia de cooperación que lidera el Ministerio de Cultura, en beneficio de la protección y promoción de la cultura y el patrimonio del país. Cerca de 715 personas participaron en la adecuación de los espacios y definición de los proyectos, actividades y servicios con enfoque territorial que ofrecerán las bibliotecas. Lo que permitió la construcción de un modelo bibliotecario que realmente responde a las realidades e intereses de quienes habitan en la región.

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Durante 20 meses las entidades públicas, los cooperantes, las organizaciones sociales, los líderes locales y las comunidades de estos dos corregimientos, participaron de distintas maneras para cumplir la meta de tener una biblioteca pública en su territorio. Esto les ha permitido formular y desarrollar proyectos conjuntos alrededor de la palabra, los saberes, los libros y  la tecnología en los distintos grupos poblacionales.

Estos espacios ofrecerán una colección bibliográfica que reúne más de 1.000 títulos, entre ellos libros especializados en emprendimiento y libros digitales para diversos públicos, además de la dotación tecnológica que incluye tabletas electrónicas, un proyector de video, computadores, cámara fotográfica, entre otros equipos y recursos didácticos  que permitirán el acceso libre a la información y propician la generación de conocimiento.

Bibliotecas Públicas Rurales para la Paz permitió la implementación no solo de dos Bibliotecas Públicas Rurales, sino de siete puntos de lectura en zonas rurales y dos estrategias de itinerancia, que posibilitan programas para el desarrollo territorial en otras zonas. Cabe aclarar que los puntos de lectura son espacios fijos que cuentan con materiales y  mobiliario especialmente diseñado para favorecer las prácticas individuales o colectivas en torno a la lectoescritura. 

La estrategia de itinerancia es una iniciativa vinculada a la biblioteca pública para garantizar la extensión de los servicios bibliotecarios a toda la población, especialmente a la que está ubicada en zonas distantes, rurales o veredales, que no pueden acceder a la biblioteca municipal.

 

Por: Juan Camilo Bonilla Osorio. Periodista voluntario.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

Carta del campo: La generosidad de los regalos campesinos

En el campo colombiano desde siempre ha perdurado la costumbre de regalar el fruto de la tierra o lo que se hace en casa, los campesinos comparten lo que producen con sus manos, pues es su esencia. La generosidad es una característica que está muy presente en la vida de las personas que viven en el campo.

Han existido múltiples formas de entregarlos, desde tejidos en fibras naturales, madera, tela y otros materiales que relatan los saberes y oficios  de nuestros campesinos, y ha sido cada época, cada región, la que ha impregnado de naturalidad esos mágicos momentos.

No es para menos, llegar a una finca colombiana y recibir de manos de un campesino ese milagro de la cosecha, lo que él ha sembrado, cultivado y cosechado con amor, es sencillamente hermoso.

Hoy exaltamos estas maravillosas tradiciones que nos recuerdan la importancia de mirar atrás, de reconocer y admirar con profunda gratitud el legado campesino lleno de sabiduría de emplear con amor lo que tenemos a nuestro alcance.

En el Museo del Campesino ubicado en el Tolima, descubrirás esas hermosas historias de nuestros ancestros que nos pondrán en asombro y maravilla. A través de nuestra marca TINCARA el milagro de la cosecha, ponemos a disposición de los visitantes regalos con productos colombianos cosechados con amor.

Puedes seguirnos en Instagram, Facebook y Linkedin como @tincaraelmilagrodelacosecha, y visitar nuestra página www.tincara.com 

Por: Sandra Paola Caicedo Aranzazu. Museo del Campesino.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora. 





Nuevas líneas de ají mejorarían la productividad en el país

El ají, chile o pimiento es el fruto que florece del arbusto herbáceo Capsicum spp, utilizado  comúnmente en la gastronomía para dar sazón a las comidas. De acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en Colombia se siembra principalmente en los departamentos del Magdalena con el 40%, Bolívar con 19,9%, La Guajira con 9,2% y Córdoba con 5,16%; y genera una producción de entre 8 a 10 toneladas por hectárea. 

Según Neyi Fernanda Zúñiga Daza, ingeniera agrónoma de la Universidad Nacional – UNAL, los cultivos de ají son susceptibles a contraer dos enfermedades. La primera es Phytophthora capsici, la cual  genera una mancha oscura en el cuello de la raíz que marchita la plata hasta su muerte. La segunda es Fusarium oxysporum, que provoca amarillamiento en las hojas y causa el deterioro de los frutos y del tallo. 

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Con el objetivo de desarrollar unas semillas más resistentes a estas patologías, Augusto García Dávila, docente de Ciencias Agrarias de la UNAL, lideró el proyecto de investigación denominado Evaluación agromorfológica de líneas avanzadas de ají picante Capsicum para la agroindustria. 

En dicho estudio se analizaron 7 variedades de ají que fueron creadas en el año 2020 por un grupo de estudiantes, en el marco del Programa de Mejoramiento desarrollado por la institución universitaria, que se lleva a cabo en el municipio de Palmira, Valle del Cauca. 

Conforme con la explicación del investigador Dávila, se evaluaron 3 líneas de ají  tabasco, 2 de habanero y 2 de cayenne. Para el análisis se sembraron 16.667 plantas en parcelas de aproximadamente 5 metros, con condiciones de campo similares a las de las zonas productoras del país. Esto con el propósito de “conocer el comportamiento del material vegetal en diferentes zonas o ambientes”.

Como resultado del estudio, 2 cepas de tipo tabasco y 1 de habanero demostraron tener un alto grado de resistencia a las enfermedades, por lo que las semillas representan una oportunidad para fortalecer la producción de ají. Actualmente, las variedades se encuentran en el proceso de registro ante el Instituto Colombiano Agropecuario – ICA para legitimar su siembra. 

Cabe destacar que, la UNAL sede Palmira ha mejorado otros alimentos que ya cuentan con el aval del ICA como la habichuela UnaPal Milenio, el pimentón UnaPal Serrano, el cilantro UnaPal Precoso y el zapallo UnaPal Bolo Verde. 



Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora. 

 

Los campesinos y su labor como guardianes del legado cultural

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El Ministerio de Cultura explica el patrimonio cultural como “la expresión creativa de la existencia de un pueblo en el pasado remoto, en el pasado cercano y en el presente.  Habla acerca de las tradiciones, las creencias, los logros de un país y su gente. La palabra patrimonio significa algo que ha sido heredado, debe, de hecho, considerarse como el legado que recibimos de nuestros ancestros y que debe pasar a las futuras generaciones”.

Bajo esta concepción, en Colombia existen más de 25 bienes y dinámicas tradicionales que son parte del patrimonio cultural. De acuerdo con el Ministerio de Cultura, tienen una gran importancia ya que representan la identidad de la sociedad, compuesta por distintas prácticas, valores y mensajes (históricos, artísticos, estéticos, políticos, religiosos, sociales, espirituales, naturales, y simbólicos, entre otros). Además, son el vehículo para entender el pasado y la diversidad de los pueblos; por eso, debemos conocerlos y preservarlo.

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En la construcción de la cultura colombiana, las comunidades rurales conformadas por cerca de 11 millones de personas, son y serán las protagonistas. Pues desde sus labores y conocimientos ancestrales han conformado a lo largo de la historia todo aquello que nos representa como país. 

Por ejemplo, las cocinas tradicionales son patrimonio cultural inmaterial, debido a que contienen los sabores típicos y las principales recetas que se han transmitido de generación en generación por más de 150 años. Es importante resaltar que, cada cocina regional se origina de una profunda relación entre los pueblos (indígenas, afrocolombianos, raizales y campesinos) y  la diversidad biológica del territorio que habitan. 

Otro patrimonio cultural inmaterial es el espacio cultural de San Basilio de Palenque, proclamado así en el 2008, el cual abarca una dinámica que proviene de las comunidades afrodescendientes y que instauró manifestaciones musicales y orales, como el lumbalú, los cantos de trabajo, los cantos de velorio, las décimas palenqueras, la música de sexteto, el bullerengue sentao, la cumbia y el mapalé; características del folclor colombiano. 

Así mismo, los cantos de trabajo del llano son una  expresión musical declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO, como patrimonio cultural de la humanidad. Hacen parte del sistema tradicional de crianza de ganado de los llanos orientales y es conocida porque por más de 200 años, campesinos de la región han plasmado en melodías a capela la labor de la ganadería. 

La música vallenata del Caribe, la manifestación cultural silletera de Antioquia, la partería del pacífico, las músicas de marimba y la celebración de Semana Santa en Mompox, también se encuentran en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Por su parte, el paisaje cafetero de la Cordillera de los Andes es patrimonio cultural inmaterial de la humanidad desde el 2011 y reconoce la actividad ancestral y por excelencia del cultivo de café en Colombia. 

Todo lo anterior evidencia el valioso aporte de las comunidades rurales en la construcción de la identidad e historia, que desde la tradición siguen conservando las enseñanzas de nuestros ancestros para mostrarle al mundo lo que significa ser colombiano. 



Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

 










Carta del campo: Resiliencia y dedicación caracterizan a las caqueteñas

Florinda Madrigal es una mujer campesina nacida el 30 de septiembre de 1997 en San Vicente del Caguán, un pequeño municipio que pertenece al departamento de  Caquetá. “Vengo de una familia muy pobre, a tan solo un año de edad mis padres se separaron por motivos que nunca entendí, mi madre con mucho esfuerzo logró sacar adelante a 11 hijos siendo yo la hija número 9.

Habiendo terminado el grado octavo a los 15 años de edad tuve que parar mis estudios porque quedé embarazada de mi primer hijo, y me tocó trabajar para ayudar a mi madre y los gastos de mi embarazo. A los 16 años conocí a un hombre mayor que me propuso vivir con él, nos mudamos a un caserío llamado Luz Chiquita cerca a San Vicente, a los dos meses de vivir juntos quedé embarazada de mi segunda hija, luego nos separamos”, comentó.

Florinda conoció las Escuelas Digitales Campesinas gracias a que su actual pareja hace parte de una asociación conformada por personas en proceso de reincorporación, fue así como  se enteraron del proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA.

“Me interesé, me acerqué a la facilitadora y le pregunté si podía hacer parte de los cursos de formación de la plataforma y ella me explicó todo. Ahora me encuentro inscrita  ya cursando el segundo curso de la plataforma que es sobre Alfabetización digital, me han parecido unos cursos súper geniales,  la verdad ha sido duro porque no cuento con internet permanente pero cada que encuentro la oportunidad la aprovechó al máximo”. 

Quiero resaltar en mi rol como facilitadora educativa, que Florinda Madrigal es una mujer muy responsable y dedicada con los cursos de las Escuelas Digitales Campesinas – EDC, ella está a la disposición de seguir aprendiendo junto a este proyecto que llega al Caquetá gracias al Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea, y a Acción Cultural Popular – ACPO que es el implementador. 

 Por: Diana Marín. Facilitadora del proyecto MIA.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

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