Desde el domingo 24 de febrero, cuando inició el incendio; Parques Nacionales y la Corporación Autónoma Regional de Cesar, coordinaron esfuerzos con el Resguardo Arhuaco de la Sierra, la Confederación Indígena Tayrona, la Fuerza Aérea Colombiana, el Cuerpo de Bomberos y otras instituciones, para tomar acciones que permitan controlar las llamas y de esta forma evitar que sigan siendo afectadas las comunidades indígenas, la fauna y la flora del sector.
Hasta el momento, el incendio presentado a 3.500 metros sobre el nivel del mar, ha arrasado con 800 hectáreas de vegetación, y las dificultades para controlarlo se debían a que dentro del Parque Nacional se encuentran cerca de 95 focos de calor. Así mismo, condiciones climáticas como nubosidad, humo y fuertes vientos, además del difícil acceso a la zona, complicaron el avance de las operaciones.
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Ante la situación, se activó el Comité de Gestión del Riesgo, para organizar la atención médica y la recolección de ayudas humanitaria, ya que los pueblos Seynimin y Waniyaka de la etnia arhuaca han tenido que huir del lugar por las afectaciones en su territorio. El pueblo arhuaco, es uno de los más dinámicos y combativos de Colombia, y a través de los años han logrado desarrollar una organización política con la que han conseguido luchas exitosas en cuanto a su territorio.
Esta etnia, considera a la Sierra Nevada como el corazón del mundo, por lo que la gravedad del incendio se siente no solo en sus viviendas sino en su cosmología y arraigo con la madre tierra. Es por esto, que resulta indispensable un plan de labores para la restauración del territorio, la fauna, la flora y las comunidades indígenas.
Por: Karina Porras. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.