En días previos a la celebración del Día Mundial de la Alimentación, la ONU advierte riesgos climáticos que afectan a los sistemas agrícolas y generan más hambre.

El director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, informó que es necesario que los sistemas agrícolas se adapten para combatir el cambio climático y así evitar el hambre, problemática que afecta a  casi de 800 millones de personas en el mundo.

Eventos como el de El Niño, que afectó este año a África y a Centroamérica, o el paso del huracán Mathew en Haití, demuestran que cada año el planeta sufre cada vez más por fenómenos naturales que son impredecibles. Además de esto, los  más perjudicados resultan siendo las familias pobres que viven en zonas rurales de países que se encuentran en desarrollo.

Con el lema “El clima está cambiando, la alimentación y la agricultura también”, la ONU busca llevar a cabo acciones de  adaptación y mitigación de los sistemas agrícolas frente al clima, lo cual también contempla implementar innovaciones tecnológicas e invertir en programas sociales.

Durante la ceremonia del lanzamiento del programa, el Primer Ministro italiano, Matteo Renzi,  añadió que el hambre, así como la inmigración y los refugiados, eran un problema político generado por los “egoísmos nacionales” que exisen hoy en el continente europeo y defendió las políticas de su gobierno entre las que se encuentran reducir la presión fiscal a los agricultores, mejorar la calidad de los alimentos y despilfarrar menos.

Por su parte, varios líderes africanos expresaron que la mayoría de países firmantes del Acuerdo de París ya se comprometieron a realizar los cambios necesarios y que lo único que falta es implementarlos. Pidieron rápidez y más accciones y menos palabras para ayudar a los más necesitados. La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Ertharin Cousin, agregó que lo fundamental en este caso, es trabajar con las comunidades para que éstas puedan cultivar sus propios alimentos y no dependan de la ayuda que ofrecen las organizaciones.

El representante de la FAO en Colombia opina que es urgente que los campesinos se asocien para que se articulen mejor al mercado

 Por. María Camila Cabezas, Antropóloga – Universidad Nacional.

En entrevista al diario El Tiempo, Rafael Zavala Gómez del Campo, representante de Colombia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) resaltó la importancia del trabajo del equipo en el campo para hacer que los campesinos sean más competitivos en el mercado nacional.

Según él, en un estudio reciente se declaró que Colombia se encuentra dentro de los países capacitados para “alimentar al resto del mundo” debido a su capacidad agrícola. Para que esto realmente suceda, es necesario dejar de lado la ganadería extensiva, que ocupa muchas tierras y genera pocos empleos, y dar paso a la producción de especies que generen más trabajo.

Otro de los problemas es que en Colombia el 70% de los alimentos provienen de pequeños productores pero sólo el 5% de la agricultura familiar es producida por asociaciones u organizaciones. Lo que la FAO espera, es que en dos años ese 5% pase  a ser el el 50% para que así sea  más fácil que la política pública esté orientada a créditos, extensionismo, innovación y asistencia técnica, y no en individuos sino en organizaciones.

Es decir que el Gobierno, en vez de dar cuotas individuales puede dar mejores cosas a grupos más grandes. Por esta razón, para el representante es clave que se generen alianzas en el campo. Por otro lado, Gómez también resaltó la necesidad de que las ciudades sean más solidarias con el campo y compren sus productos en vez de comprar importados. De acuerdo con él, es indispensable que los cololmbianos le den cabida también a los pequeños productores.

Aparte, Gómez resaltó que el campo colombiano también puede ofrecer servicios de turismo rural. Lo cual implicaría mejorar las vías de acceso y formar capital humano rural. Además de los servicios turísticos, el campo también tiene capacidad para ofrecer servicios ambientales que que darían origen a esquemas de conservación de recursos naturales.

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que revelo el panorama laboral del campo en América, cada vez son menos jóvenes los que quieren trabajar en el campo.

Solo uno de cada cinco jóvenes toma la decisión de trabajar en el campo, en el informe la OIT revela que las condiciones laborales del campo con un factor determinante para que los jóvenes piensen más en desarrollar sus vidas en zonas urbanas. La OIT en el informe no muestra un panorama alentador para los próximos años, pues revela que año tras años la falta de jóvenes en el campo va a ser mayor.

Así mismo, el informe señala que la falta de inversión y políticas claras para los campos latinoamericanos han abierto una brecha entre lo urbano y lo rural, pues el 46,2% del campo se encuentra en un estado de pobreza frente al 23,8% de las zonas urbanas. La OIT hace un llamado para que se trabaje en mejorar las condiciones laborales para que los ciudadanos tengan garantías.

La Organización Internacional del Trabajo da una seria de recomendaciones a los gobiernos de la región, en cuanto a trabajo infantil, mayor inversión para la construcción de colegio, mejoramiento al sector salud, los esfuerzos por mejorar el campo deben ser incansables, más cuando este ocupa el 20% de la población total de Latinoamérica.

En Colombia, entidades como el Ministerio de Agricultura han desarrollado diferentes programas, como Colombia Siembra con el cual han logrado bajar la tasa de desempleo. El Departamento Nacional de Estadística (Dane) a través de un informe de desempleo en Colombia resaltó como el sector agro ha sido fundamental para bajar las tasas de desempleo en el país, una noticia que invita a continuar con los esfuerzos dirigidos al sector rural, sobre todo ahora que el país discute el fin de una guerra que en su mayoría ha afectado a los campesinos colombianos.