viernes, junio 20, 2025
Inicio Blog Página 214

Día del Maestro, el panorama de los educadores rurales en Colombia

Desde hace más de 50 años y en honor a la visión de gratitud y universalidad de la educación de San Juan Bautista, se festeja en Colombia cada 15 de mayo el Día del Maestro. Una fecha para conmemorar la labor tan indispensable que cumplen las y los profesores en la formación académica y personal de cientos de comunidades. 

Históricamente, el rol del maestro ha consistido en compartir su conocimiento y ser un guía para la  comprensión del mismo, convirtiéndose en un investigador activo que en busca del verdadero aprendizaje transforma sus métodos de enseñanza y se reinventa cada día.

Sin embargo, en las zonas rurales del país los maestros conviven con dificultades que afectan directamente el proceso educativo del que hacen parte. Pues según el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica el 63,1% de las víctimas de las modalidades de violencia documentadas, fueron violentadas en zonas rurales. Lo que indica inseguridad constante por la presencia de grupos al margen de la ley que contribuyen al deterioro del tejido social y a la permanencia de  inequidad en las regiones implicadas.

Le puede interesar: Opinión: Los maestros rurales, verdaderos héroes en tiempos de emergencia

Al ser zonas reconocidas por la constante violencia, se ha presentado una desatención por parte del Estado en cuanto a intervención para mitigar los actos de guerra o fortalecer el sistema educativo, lo que se evidencia en el estudio “Docencia rural en Colombia: Educar para la paz en medio del conflicto armado” elaborado por la Fundación Compartir. Encontrando que la mayor parte de las sedes rurales solamente ofrecen los grados de primaria 46,6% y preescolar 37,5%. Y solo muy pocas, representadas por un 8,4% ofrecen educación secundaria y 2,4% educación para adultos por ciclos.

Cabe mencionar que, de los 330.625 docentes y directivos docentes del país el 34% se encuentra ubicado en zonas rurales, es decir 112.912 maestros. De los cuales solo 74.638 reciben bonificación por difícil acceso teniendo en cuenta las complicaciones de transporte y distancia. Además,predomina la vinculación al Decreto 1278 con 64.449 docentes “por el cual se expide el Estatuto de Profesionalización Docente”, seguido por  33.781 docentes vinculados mediante el Decreto  2277 “Por el cual se adoptan normas sobre el ejercicio de la profesión docente” y 7.449 docentes vinculados por el Decreto 804 “Por medio del cual se reglamenta la atención educativa para grupos étnicos”.

Los anteriores decretos tienen niveles distintos de reconocimiento, ejecución y posibilidades para los educadores, por lo que no todos los maestros rurales tienen posibilidades de ascenso o crecimiento profesional. Por ello, y ante las dificultades de infraestructura, conectividad y seguridad presentes en el campo colombiano; los maestros rurales representan uno de los sectores más importantes para la educación del país, una muestra sincera de amor por la vocación.

Por: Karina Porras Niño. Periodista.

 

Nubia e hijos: la familia campesina que promueve el campo desde Chipaque

Ahora que la emergencia por el Covid-19 ha afectado numerosos sectores económicos y sociales, muchos otros han resaltado por su importancia. El campesinado, sin duda, es y ha sido motor de un país con vocación agrícola como Colombia, donde se produce más del 80% de los alimentos que consumimos a diario, según datos del Ministerio de Agricultura.

Del campo brotan ideas, emprendimientos, empresas y más, además de alimentos, porque el trabajo de las comunidades rurales va más allá de arar la tierra. Así es como nacen ideas, que con ayuda de herramientas digitales, quieren compartir a las ciudades todo aquello que se vive en el campo.

Le puede interesar: Los derechos de los campesinos reunidos en una guía pedagógica

Nubia Rocío Gaona llegó hace dos años a la Escuela Digital Campesina de ACPO en Chipaque, Cundinamarca. Allí, la profesora Elita Flores, hoy Coordinadora de Educación de ACPO, daba clases de Alfabetización Digital a varios campesinos del municipio que poco o nada sabían sobre herramientas digitales.

Junto a sus compañeros, posiblemente vecinos de otras fincas, Nubia conoció parte del mundo digital y de todas las posibilidades que este ofrece. Por eso, trabajó en equipo con los demás campesinos y alumnos del curso que compartían su misma ilusión, graduarse y obtener su diploma.

Hoy, dos años después, Nubia y sus hijos sorprenden con su canal de YouTube con el que, por una parte, buscan solventar la situación económica que ha menguado los ingresos de campesinos como ella, que se han visto afectados económicamente por la situación actual del Covid-19. Por otra, busca servir de ayuda para que nadie pase hambre, como ellos mismos dicen, ofreciendo sus conocimientos y técnicas para la construcción de huertas en casa.

Escuela Digital Campesina de ACPO en Chipaque, Cundinamarca.

Nuevas redes de venta y consumo en el campo

Pese a que en el campo las brechas y necesidades son más agudas que en las ciudades, miles de familias campesinas han hecho de esta situación una oportunidad para tejer otras redes de encuentro, venta y consumo de productos. Nubia lo está haciendo con sus hijos a través de su canal de YouTube, como muestra de que el campo, con o sin virus, sigue alimentando a todo un país.

La idea que nació el 29 de abril por iniciativa de Arley Gaona, de 14 años, hijo de Nubia, es un éxito en internet por su originalidad y sencillez, y a la vez, es ejemplo del coraje y tesón de familias campesinas que a pesar de los riesgos a los que se enfrentan, continúan trabajando la tierra y brindando un mensaje de solidaridad en tiempos difíciles.

A través de su canal, Nubia e hijos en alianza con Huertos de la Sábana enseñarán a sembrar frutas, verduras, hortalizas, aromáticas y mucho más. También tienen disponibles para la venta kits de siembra a $18.000 para quienes puedan y estén interesados en adquirirlos.

¡Que nadie se tenga que acostar sin comer, sabiendo que podemos cultivar nuestros propios alimentos en casa!

Por: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Opinión: Amazonas, sin camas ni recursos ante el acelerado contagio del Coronavirus

Cuando empezó todo esto, tal vez, ninguno de nosotros pudo llegar a imaginar que tanto desastre pudiera aparecer en ciudades intermedias, pueblos, veredas y zonas rurales apartadas de tanta civilización. La pandemia en principio, atacó grandes ciudades en otros continentes y finalmente apareció entre nosotros.

Como siempre, poco o nada estábamos preparados; aun en las ciudades, donde se cree que el sistema de salud medianamente funciona, se ha visto un poco desorientado gracias a esta nueva enfermedad sobre la cual no se sabe mucho y que además ataca a todos sin distinción.

Le puede interesar: El panorama de mujeres rurales durante el Covid-19

Leticia, la capital del Amazonas solo cuenta con tres respiradores para atender  pacientes infectados por el Coronavirus.

Es sorprendente como en el Amazonas, en su Capital Leticia esta pandemia ha llegado de una forma inesperada, contagiando a muchos y sobre todo con un par de hospitales que poca ayuda han recibido del gobierno durante muchos años, la visita del Ministro de salud y Protección Social Fernando Ruiz Gómez, se produjo hasta el cuatro de mayo y hasta ahora parece ser que no se resuelve mucho.

Esta visita, dejó en claro que El Amazonas es la parte más afectada de acuerdo con el número de habitantes por millón. Esto es un problema, pues solo hay tres ventiladores para tanta gente además de la falta de personal en los mismos hospitales.

Solo a través de CNN, la cadena internacional de noticias fue que muchos en el país nos enteramos de la situación real de esta población, una entrevista con el Médico Carlos Vargas dio a conocer al mundo la situación real de esta población y la falta de apoyo por parte del Gobierno Nacional.

El Amazonas es una región donde el 80% de la población es indígena, Leticia, su capital es frontera con Brasil, el país latinoamericano con más contagios de la región y Perú; situación que hace aún más difícil un control fronterizo por parte de autoridades militares o de policía en cuanto a paso de extranjeros, pero ese no es el caso, el asunto es poder atender a quienes no esperábamos que fuesen a contagiarse por estar habitando una zona bastante remota y alejada de la civilización.

Hasta le fecha, se han contabilizado más de 120 casos de indígenas contagiados según la ONIC en todo el territorio nacional.

Es muy triste saber que la población ancestral de nuestro país se encuentra  desprotegida ante una catástrofe, orden público y en este caso una pandemia, tampoco hay que dejar de lado la población carcelaria hacinada desde ya hace mucho tiempo en estos territorios.

Solo falta esperar que esta situación, que a todos nos tiene en espera de ser resuelta, se acabe pronto y así poder mirar y replantear cómo acoger a la población indígena y campesina regada por todo el País para que más adelante no sea una sorpresa si se vuelve a presentar una situación de esta magnitud.

*Esta nota periodística no representa la postura de Acción Cultural Popular – ACPO organización dueña de la marca registrada Periódico El Campesino y elcampesino.co. Con ello, tampoco compromete a la organización ni al periódico en los análisis realizados, las cifras retomadas, los entrevistados que aparecen, entre otros.

Por: Nicolás Montañez. Equipo Editorial El Campesino.

Comunidades rurales siguen reforestando bosques amazónicos en época de pandemia

En el departamento del Caquetá, un territorio rico en diversidad de especies animales y vegetales, el proyecto Amazonía Joven, junto a las comunidades rurales continúan en su trabajo por la conservación del bioma amazónico. Reproducen semillas de árboles nativos de la región para reforestar los bosques y garantizar la seguridad alimentaria de sus hogares.

Estas actividades, antes de la cuarentena por la  Covid-19, eran realizadas por 118 personas participantes del proyecto Amazonía Joven en cuatro custodios de semillas ubicados en Puerto Rico, Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán; específicamente en las veredas Miraflores Alto, Miraflores Bajo, El Café y Palermo Bajo.

A causa del aislamiento preventivo y la normatividad para evitar la propagación del virus, los participantes ahora continúan con la reproducción de semillas en sus hogares aprovechando las especies de sus fincas. Mientras tanto, para cuidar los procesos adelantados en los custodios, cada semana dos participantes de cada  familia van a estos espacios a realizar actividades de riego, siembra, recolección de semillas, y abono orgánico. 

Le puede interesar: Así fue la primera clase virtual en La Chipa, Caquetá en época de pandemia

¿Qué son los custodios de semillas en el proyecto Amazonía Joven?

Es una estrategia ambiental que incentiva la conservación, recuperación de los bosques y  la soberanía alimentaria desde el rescate de semillas nativas, la siembra y el consumo de lo local. Desde el año 2018 se han construído estos espacios que cuentan con los siguientes áreas: área de germinación, área de crecimiento, área de reciclaje, caballones, composteros, lombricompost, pacas biodigestoras y terrazas.

Junto al equipo de Amazonía Joven, los 118 participantes se han formado en fabricación de abono orgánico, manejo de hortalizas, construcción de huertos, reproducción de semillas y plaguicidas orgánicos. Herramientas que son funcionales para trabajar en unión con la naturaleza sin perjudicarla. 

“Es una idea muy bonita, antes nosotros era tumbe y tumbe arbolitos. Ahora miramos qué árbol es y cómo cuidarlo. Un trabajo que realizamos en comunidad”, dice  Rosa Raigoza de la vereda  Miraflores Alto en Puerto Rico, Caquetá.

Es estos cuatro custodios las comunidades rurales de la Cuenca Media del Río Caguán han conseguido reproducir árboles de cedro, achapo, marfil, pata de vaca, samán, castaños, chipo y cultivar diferentes tipos de hortalizas y vegetales. 

Comunidades rurales diciendo no a la deforestación en Caquetá 

Cabe resaltar que desde el 2018 la deforestación se convirtió en masiva en el departamento del Caquetá. De acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – IDEAM, la deforestación a finales de 2018 en la Amazonía correspondía a un 75, 5%; mientras tanto, en el primer trimestre del 2019, se redujo a un 57, 7%. 

Aunque es vital la reducción de la deforestación; el daño ambiental es de un nivel muy alto al perder más de 24 mil hectáreas de bosque entre el 2018 y el 2019. En función de fortalecer la Amazonía; los cuatros custodios cuentan en el día de hoy con 7.945 plántulas que crecen sanas y tendrán como destino final los bosques ubicados en la cuenca media del río Caguán, embellecer los parques de los centros poblados, fortalecer los sistemas productivos y reforestar yacimientos de agua y quebradas. 

Esta estrategia del proyecto Amazonía Joven no solo contribuye a la conservación de la Amazonía colombiana, sino que permite llevar a cabo procesos significativos para la comunidad como lo son espacios de formación ambiental y productiva, organización de los territorios y formación de líderes que han creado comités ambientales en las Juntas de Acción Comunal – JAC de los centros poblados. 

Estos logros han sido posibles gracias a la financiación del Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea, que se encuentra comprometido por la construcción de paz, la reconciliación, el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad económica de territorios vulnerables en Colombia. Así mismo, el proyecto ha sido implementado por la Corporación Manigua, Acción Cultural Popular y la Diócesis de San Vicente del Caguán. 

Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Comunicador proyecto Amazonía Joven en Caquetá.

La cocina, un recurso para el aprendizaje en casa

El concepto de cuarentena está ligado a la necesidad de aislar a una población para evitar un peligro. Quisiera utilizar esa misma idea coo espacio necesario para repensar nuestro estar en el mundo. Es como si todo el cuerpo social hubiese sido puesto en remojo con el propósito de depurar todo aquello que ha extraviado su camino.

La escuela, con toda su carga simbólica, formadora responsable de preservar un legado histórico y constructora de cultura, debe asumir este escenario reflexivo al que nos ha empujado la pandemia y debe proponer situaciones de aprendizaje que puedan ser realizadas por los estudiantes en sus hogares.

Lo más interesante de lo que está pasando es que nos ha permitido ver al maestro, no solo como mediador de los procesos de construcción de saberes en prácticas de interacción, socialización y comunicación, sino como recontextualizador de la cultura, mediador de la interacción simbólica, del debate argumentado y lo más importante: depositarios de autoridad.

Ahora, corresponde a los padres de familia ocupar ese referente imprescindible para asumir con altura la responsabilidad de acompañar a los menores. Ellos necesitan que sus hijos estén ocupados en asuntos productivos y no quieren verlos idos o en-red-ados en sus dispositivos electrónicos, ausentes de los espacios familiares que la vida nos ha devuelto en este interregno de quietud. Por esto, la escuela debe demostrar que sabe leer este momento histórico a través de un despliegue de generosa creatividad.

En nuestras clases utilizábamos los recursos informáticos de manera aleatoria. En la mayoría de los casos bastaba con aprovechar lo básico. Dejábamos este campo lleno de novedades tecnológicas al albedrío de nuestros estudiantes.

Ahora es lo único que hay. De la noche a la mañana, los maestros nos vimos empujados a conocer todo lo que existe en la red, a aprender sobre el terreno y a conocer todas sus bondades para los propósitos pedagógicos. Por ello, en esta ocasión, quiero proponer una de las tantas opciones susceptibles de aprovechar para un proyecto educativo en casa, en familia.

Todo empezó alrededor de un fogón ya milenario. Fue el fuego y el descubrimiento de la agricultura lo que revolucionó la vida del homosapiens sapiens. La palabra hogar viene de hoguera, que hace referencia a un grupo humano que se congrega alrededor del fuego, de la cocción y del consumo de los alimentos.

Todos tenemos cocina y, por esta época, todos hemos regresado a sus leños ardientes, como dice el poeta indígena Vito Apshana. El fogón siempre había estado allí –de petróleo, eléctrico o de gas- pero se había convertido en algo distante, en algo que otros usaban para nuestro servicio. Ahora vuelve a ocupar su imaginario de fuego, de calor de hogar que reúne, de espacio ritual en el que la familia renueva sus lazos de afecto y agradece a la divinidad –no importa el credo religioso- por regalarnos la vida, la posibilidad de estar juntos y por procurarnos los alimentos que aseguran nuestro bienestar.

El ritual de consumir los alimentos vuelve a convertirse en símbolo de unión familiar. Antaño la mesa era sagrada, nadie podía faltar o excusarse de estar ocupado, no como ahora se costumbra: el joven come en su cuarto o el niño come después. Antes, mamá o papá llamaban una sola vez y no se empezaba hasta que todos no estuvieran al frente de su plato. Todavía recuerdo a mi madre, a mi abuela, a mis hermanos con sus manos juntas en posición de oración, todos sentados, con los ojos cerrados, escuchando las palabras agradecidas por los alimentos que nos aprestábamos a consumir.

Mi propuesta, entonces, es convertir la cocina y lo que en ella hacemos en proyectos de aula que llamaremos ‘cocinatorios’dinámicas que reemplazan las clases en los salones y en los laboratorios. Se trata de poner en cuestión a la familia y a sus hábitos alimenticios. Pero no quedarse allí, que sería poca cosa. Es aprovechar este momento único y feliz para recuperar el nexo entre el hombre y la tierra, volcar nuestros ojos a las maravillas que nos regala la naturaleza, a valorar las plantas y los animales, a recapacitar que la salud del planeta es nuestra propia salud. Pero ir más allá, pregunta tras pregunta, para comprender toda la riqueza cultural que encierra el consumo de los alimentos y la historia de cada uno de ellos.

Todo proyecto empieza con una pregunta problematizadora que luego desencadena otra cantidad de interrogantes. Haré la pregunta orientadora y luego expresaré algunas más susceptibles de surgir en las reflexiones de los estudiantes. Es la famosa lluvia de ideas. Cada cuestionamiento debe interpelar a las distintas áreas de conocimiento.

Comencemos con esta: ¿Nos estamos alimentando bien? ¿cómo lo sabemos?, ¿por qué se puede afirmar que: somos lo que comemos?, ¿has realizado una estadística de los alimentos que consumes en una semana, en un mes?, ¿conoces la cantidad de nutrientes que hay en tus alimentos? ¿Qué son los nutrientes?, ¿por qué son importantes?, ¿qué beneficios aportan a nuestro cuerpo?, ¿cómo se clasifican?, ¿de dónde provienen los alimentos que llegan a nuestra mesa?, ¿son de producción nacional o son importados?, ¿qué cantidad de grasos, proteínas y vitaminas contienen los alimentos que consumimos a diario? Relaciona las verduras y las frutas que hacen parte de tu alimentación cotidiana.

Enumera los productos procesados que hacen parte de tu dieta diaria. ¿Sabes qué procesos intervienen en los productos industrializados?, ¿cómo se preservan los alimentos empacados?, ¿qué es una dieta balanceada?, ¿en qué se diferencian unas dietas de otras?, ¿todos en el hogar deberían consumir los mismos alimentos y en las mismas proporciones?, ¿la alimentación cambia de acuerdo a la edad o a la actividad física?, ¿has pensado en las dietas que rigen a los deportistas de acuerdo a las distintas disciplinas?, ¿nuestro país es autosuficiente?, ¿garantiza su propia seguridad alimentaria?, ¿qué diferencia hay entre seguridad alimentaria y soberanía alimentaria?

La ventaja de estas preguntas es que estarán basadas en registros reales de cada uno de nuestros estudiantes. La consigna inicial puede ser: toma foto a todas las comidas que ingieras durante el lapso de una semana; convierte esas fotos en un cuadro de varias entradas, donde aparezca la hora de consumo: desayuno, almuerzo, comida, cena o complementos entre comidas que en algunos hogares se merienda hacia las diez de la mañana y cuatro de la tarde.

Ya tenemos el insumo básico para nuestra investigación. Ahora sí, pueden recurrir a las preguntas arriba formuladas. Se abre toda clase de posibilidades. Cada maestro, en acuerdo con sus estudiantes, enfocará su atención en aquellas variables que interesen a su campo de estudio. Ejemplo, para las áreas de sociales y lengua castellana, comenzaría una indagación sobre la procedencia de cada uno de los alimentos, su origen, el recorrido que han hecho –en algunos casos, como el café y la caña de azúcar- desde otros confines hasta llegar a nuestra mesa.

El compositor nicaragüense, Carlos Mejía Godoy, nos recuerda que “somos hijos del maíz”, en homenaje a los pueblos originarios que poblaron América antes de la llegada de los españoles. En su canción nombra varios alimentos derivados de este fruto prodigioso que se cultiva en todos los pisos térmicos, que se viste de variados colores, granos grandes y chicos, blandos o duros, que consumimos ya sea en mute, mazamorra, envueltos, chicha o en la arepa o tortilla, compañera ideal de caldos, huevos, carnes, porotos o simplemente migada en una taza de aguapanela.

Pero no somos solo hijos del maíz, somos hijos de todos los alimentos que se fueron agregando a nuestro mestizaje cultural. Un verdadero amasijo de productos y especias que hacen la delicia de muchos hogares en el mundo. “Pan, pez y vino son alimentos divinos” dicen las sagradas escrituras. ‘Que no falte el pan en tu mesa’, expresión cotidiana que pondera las bondades de este manjar. ¿Sabías que el pan no es hechura americana?, ¿conoces todo su proceso, desde el trigal hasta el horno?, ¿cuál es su contenido en nutrientes?, ¿por qué su consumo, agregado de azúcares y saborizantes, está relacionado con los problemas de obesidad?, ¿en qué culturas se consume y desde qué épocas?

Por eso, como decía mi abuela: ‘’hay que mantener el fogón prendido’’ porque la cocina mueve la agricultura y, con ella, la vida en todas sus manifestaciones. La cocina es química, es matemática –cuantificable y medible-, es biología, es ética, estética, geografía, es literatura. Como no extasiarse con el conmovedor poema de Carlos Castro Saavedra, El pan. He aquí algunos de sus versos.

“Nací en la tierra, entre los muertos,
los muertos me amasaron con sus manos podridas,
y me dijeron que creciera
y buscara la boca de los hombres.

Fui tierra, semilla, espiga, harina,
viajé en talegos blancos y viajé en buques negros;
me compraron, me ataron, me vendieron
y cantaron encima de mí los panaderos.

En los hornos quemaron mi blancura (…)

Pero no me dejaron y me pusieron preso (…)
No he podido salir a poseer el mundo,
a recorrer los dientes y los barrios,
a repartir mi corazón de trigo. (…)

Pertenezco a mis hijos, a los hombres
y no puedo nutrirlos con mi masa de padre, (…)

Estoy preso, hijos míos, estoy preso,
preso porque en el fondo sigo blanco,
preso porque me gusta que me muerdan los pobres,
preso porque me duele ser amargo.

Soy el pan y tengo hambre,
hambre de amar y de calmar el hambre;
soy el pan preso, hambriento de la tierra,venid a libertarme”.

Por: Fundación Compartir.

18 países adelantan protocolo para prevenir el COVID 19 en sector agropecuario

Directrices generales de bioseguridad aportan información para la prevención del riesgo de contagio por el COVID 19 en las zonas rurales, se trata de un documento virtual desarrollado con el fin de brindar consejos sobre la protección de salud de las personas encargadas de actividades agropecuarias. Esta iniciativa nace por organismos internacionales como CVP, OIRSA y CAN, los cuales conforman entre ellos 18 países.

El Organismo Internacional Regional de Sanidad (OIRSA), creado en 1948, se encarga de controlar enfermedades de impacto socio-económico, control, radicación y prevención de plagas. Está integrado por países como Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Costa Rica, República Dominicana y Nicaragua. Propone estrategias sanitarias frente a esta crisis que afecta al sector agropecuario, así lo podemos encontrar en el documento virtual.

Le puede interesar: Propuestas para la resistencia de la ruralidad frente al COVID- 19

El Comité Veterinario Permanente del Cono Sur (CVP), es el encargado de evitar, controlar, prevenir los riesgos e impactos sanitarios que afectan la comercialización y producción de animales y subproductos, productos de origen animal. Lo conforman países como Chile, Paraguay, Uruguay, Argentina y Bolivia. En este momento es uno de los organismos que hacen parte del documento virtual.

Comunidad Andina (CAN) conocida como Grupo Andino o Pacto Andino encargado de «alcanzar un desarrollo integral, equilibrado y autónomo», para la unificación andina sudamericana y latinoamericana como los son Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia. Apoya medidas de prevención e higiene personal en el trabajo, el seguimiento y mitigación de contagios en el campo, por eso la unión de los tres organismos para enfrentar la demanda de alimentos en los 18 países.

Jorge Hernando Pedraza, el secretario (CAN), relata la importancia de cuidar y proteger la salud de todas las personas involucradas en la producción de cultivos, cosechas, trasporte y de abastecimiento de productos alimentarios que llegan día a día a los hogares y la unión de los 18 países para sobrellevar esta pandemia que afecta el sector agropecuario y poder salir a flote.

Para finalizar, el documento virtual, “Directrices generales de bioseguridad para la prevención del riesgo de contagio del COVID 19 en el medio rural” es uno de los gestos solidarios, haciendo la unión entre países y organismos, que brinda oportunidades en zonas rurales para prevenir, cuidar y enseñar para poder afrontar esta crisis a nivel mundial desde lo agropecuario.

Por: Andrea Bohórquez Bueno.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Pesca en Chocó: fuente de sostenimiento de la región

El Parque Nacional Katios con una superficie hasta las 72.000, se ubica entre los departamentos de Chocó y Antioquia. Se trata de la principal fuente pesquera de la región. Este parque es reconocido por estar entre Sudamérica y Centroamérica. Cuenta con abundante fauna y flora, además de tener selvas húmedas y tropicales, un conjunto de humedales y ciénagas declarado como Patrimonio Natural Mundial por el UNESCO en el año de 1994.

Parque Nacional Katios cuenta con guardaparques que protegen el área brindado tranquilidad

El parque Katios, además de bridar insumos pesqueros a la comunidad, cuenta con recursos hidrobiológicos que son protegidos en conjunto del municipio en Unguía en los territorios de Puente América y Tumaradó, principales proveedores de información del área, permitiendo esta labor la cual se implementó desde el 2011 teniendo en cuenta el manejo y el uso de los recursos, que permiten en estos tiempos difíciles de pandemia, el sostenimiento de las familias.

Le puede interesar: El concurso de Huertas Caseras que fortalece una comunidad del Huila

El tener un buen balance entre los recursos es fundamental para el sustento de la comunidad y la conservación del parque. El cual se encarga de analizar la información procedente de la población y tomar medidas de igualdad que protejan el parque y a las familias.

Algunas de las especies en protección con las que cuenta el parque son el Sábalo, Bocachico, Robalo y Doncella, son pescados de consumo de los ciudadanos, los cuales deben tener unas condiciones de consumo, se debe tener en cuenta el peso, la talla, las redes recomendadas y los sitios en conservación que son habilitados deben tener un seguimiento constante, ya que está predeterminado.

Los departamentos que hacen parte el parque: Antioquia en el municipio de Turbo cuenta con el 35%, al igual en Chocó con los municipios como Riosucio con el 63% y Unguía con el 2%, según el Parque Katios.

El parque hace parte de la diversidad biológica del país al igual que sus recursos hidrobiológicos, las familias de estas regiones se encuentran acatando normas y obteniendo conocimientos de la conservación, protección del territorio, con todas las medidas tomadas, ayudando a frenar la contaminación y la permanencia del sustento de la región en esta pandemia.

Por: Andrea Bohórquez Bueno.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

 

Informe de precios mayoristas en Colombia para el mes de mayo

El sector agrícola representa uno de los pilares más importantes para el desarrollo social y económico del país, y pese a las dificultades que se han presentado a causa del COVID- 19 los procesos de producción y distribución de este sector han continuado con sus labores. Razón por la que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE ha realizado un informe especial sobre los precios y el abastecimiento de productos en los primeros días del mes de mayo.

En Pasto, Nariño se redujeron los precios de frutas como el mango, la naranja, la papaya y la piña. Evidenciando en esta última una reducción de 20,59% en el precio quedando el kilo en $1.350 debido al aumento en la oferta del producto proveniente de Restrepo, Valle del Cauca. Igualmente, se registró una caída en los precios mayoristas de verduras como el pepino cohombro y la arveja, quedando el kilo de esta última en $2.500.

Le puede interesar: Un plan de choque para garantizar el suministro global de alimentos

Por otro lado, en Medellín se redujo el ingreso de alimentos y por ende su comercialización. Las alzas más significativas en los precios se dieron para la cebolla junca, la habichuela, la lechuga, el pimentón y la zanahoria. En cuanto a este último producto, el precio incrementó en un 73,20% quedando el kilo a $981 debido a la menor oferta proveniente de Bogotá, Cundinamarca y San Pedro, Antioquia.

Del mismo modo, aumentaron los precios de la piña, la arracacha y la papa criolla, vendiéndose el kilo de esta última en 3.750 a causa del menor ingreso de oferta proveniente de Sonsón y La unión, Antioquia.   Así mismo, en Villavicencio el incremento de lluvias interrumpió el proceso de recolección, por lo que se evidenciaron alzas en los precios de verduras como la lechuga, el tomate y la zanahoria, y tubérculos como la papa criolla.

En Armenia, también subieron los precios en productos como la cebolla junca, el frijol verde y el tomate. Pués la caída en las recolecciones de este último producto en municipios de Antioquia provocó un aumento de 17% en el precio, quedando el kilo en $1.773. Además, debido a los menores envíos de carga desde Ipiales y Túquerres, Nariño la papa negra presentó un alza de 11,11% en su precio, quedando el kilo a $867.

Por: Karina Porras Niño. Periodista.

El concurso de Huertas Caseras que fortalece una comunidad del Huila

El municipio de Acevedo (Huila) está ubicado en el Macizo Colombiano, territorio de asentamiento de los antiguos pobladores Andaquies. En este municipio de ancestralidad e historia, la Administración Municipal ha convocado a los campesinos a participar en el Concurso de Huertas Caseras con el lema “no comprar lo que la tierra me puede dar”. El concurso ha logrado generar un tejido social y cultural que es necesario destacar desde la importancia de las huertas campesinas.

El lema “no comprar lo que la tierra me puede dar” es una invitación a reflexionar sobre la soberanía alimentaria, pues es el derecho que tienen las comunidades a definir sus propias políticas alimentarias desde una visión ecológica, económica, social y cultural cohesionadas a la idea de territorio y región. De esta manera, regresar a la huerta casera es un modelo económico que da renglón a la soberanía alimentaria. 

La estrategia del concurso es una invitación a modificar los sistemas de producción del campesino, el monocultivo le quitó a muchas fincas o parcelas la figura de la huerta. Ya lo decía un habitante de la región “si la huerta muere, se acaba el jardín de la casa”, pues es el espacio de la diversidad agrícola, es la alacena siempre abierta a las cocineras y curanderas. Y con la invitación a este espacio la población lo ha entendido, ya casi son 100 familias que han dedicado a pensarse desde las semillas. Hasta el momento se destaca la variedad en la siembra, cebolla, cilantro, acelga, tomate, pepino, pimentón, plantas aromáticas, y otros, que le han apostado al criadero de pollos y gallinas.

Por eso es necesario comprender y sentir que las huertas siempre han sido un espacio pedagógico para la comunicación y siembra del pensamiento de la región,  es el espacio donde brota la identidad cultural, es el espacio donde se narra la sabiduría de las mujeres, es el espacio donde están los ojos de las abuelas, es un intercambio para sentir humanidad con la naturaleza. Por eso no se puede hablar de seguridad alimentaria en la huerta. La huerta es el terreno arado por las manos de mujeres y hombres que construyen el sabor de la comunidad, la huerta siempre será botica para los dolores del cuerpo y el alma, la huerta es seguridad, es vida.

Con los criterios y parámetros de calificación en el concurso: diversidad de especies, siembra escalonada, calidad de la producción y aprovechamiento de los recursos de la finca, es seguro que los ganadores serán todos los campesinos acevedunos, y que más allá del momento en que se incrusta la estrategia, el hecho de convocar para volver a las huertas es una semilla a la memoria colectiva.

Por: Jose Eder Toledo Cubillos. Investigador Cultural. Habitante de Huila.

Opinión: ¿Cuánta tierra necesita el ser humano?

Aunque un poco tétrico, sería bueno comenzar por dar la respuesta que, al final de aquel ilustrador texto, nos daba el genial L. Tolstoi: “Dos metros de la cabeza a los pies era todo lo que necesitaba”. Así es, al final, por mucho que luchemos, que robemos o que acumulemos, solamente ocuparemos, en el caso de quien sea enterrado, lo que mide un ataúd, menos de dos metros cuadrados.

No necesitamos más tierra, pero sí más pan, más salud, más educación y más trabajo. Más conciencia de clase para luchar por los derechos y libertades tantas veces sustraídos. Porque las clases sociales siguen existiendo; y si no, échenle un vistazo a cómo estamos llevando esta crisis en función de los territorios, las poblaciones, los niveles de renta, la calidad de los servicios de salud, etc.

Pese a que no hayamos tomado buena nota de ello, ya nos lo enseñó Tolstoi con su irónica filosofía de la vida “Hay tierras en abundancia, ¿pero me dejará dios vivir en ellas? ¡He perdido la vida, he perdido la vida! ¡Nunca llegaré a ese lugar!”. La parábola de la existencia en un cuento que nos mostró que la ambición no nos salva de morir empobrecidos. Las enseñanzas del novelista ruso están tan vigentes como a finales del siglo XIX. El acopio, tan consustancial al capitalismo y a su consiguiente consumismo, no nos servirá de mucho. La insatisfacción por seguir acumulando de quienes mucho tienen no mejorará la vida sobre la Tierra de las personas que no poseen casi nada.

Es necesario recuperar el valor de la lucha de la clase trabajadora y constatar que la actual pandemia no cambiará mucho el problema de la tenencia de la tierra en el planeta ni el panorama de la clase trabajadora. Habrá que seguir combatiendo.

La tierra del mundo está cada vez en menos manos. La inversa reforma agraria existente en todas las geografías ha logrado darle la vuelta a la lógica del reparto y acentuar aún más si cabe la desigual distribución de la tierra. Un campesinado empobrecido que apenas cuenta con superficie que cultivar y cuyos productos son comprados por las industrias agrarias o sus intermediarios a precios irrisorios. Una producción agrícola que llega a los mercados a un mínimo de diez veces su valor y que deja los beneficios por el camino.

Hay muchos titulares para pensar:

“Mucha tierra en pocas manos”

“Creciente concentración de la tierra en la región más desigual del mundo”

“Un millón de hogares campesinos en Colombia tienen menos tierra que una vaca”

E informes para constatar:

“Concentración y extranjerización de tierras productivas en Colombia”

¿Seremos más humanos después de la pandemia? Permítanme que lo dude. Esta crisis sanitaria ha mostrado muchos de los grandes valores del ser humano y muchas de las miserias que padecemos. Puede que, después de la incertidumbre por el mañana, vuelvan la certeza de la explotación, la exclusión de las personas y la destrucción del planeta.

¿Cuánta tierra necesita un hombre? Lo que necesitamos es seguir reivindicando derechos y luchando por la clase trabajadora, demandando justicia social para una vida digna y buscando el buen vivir para la mayoría explotada de esta tierra.

Para conmemorar el Día del Trabajo, los sindicatos CC.OO. y UGT en España han pedido: “Trabajo y servicios públicos. Otro modelo social y económico es posible”; mientras, en Colombia la CUT denunciaba que “Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro”, para lo que pedía ir “Contra el sistema capitalista y por los derechos de la clase obrera”.

Así que, feliz día a las trabajadoras y trabajadores del mundo. ¡Qué viva el 1º de mayo!

*Esta nota periodística no representa la postura de Acción Cultural Popular – ACPO organización dueña de la marca registrada Periódico El Campesino y elcampesino.co. Con ello, tampoco compromete a la organización ni al periódico en los análisis realizados, las cifras retomadas, los entrevistados que aparecen, entre otros.

Por: Ignacio «Iñaki» Chaves – Consejo Editorial El Campesino.

 

4,474SeguidoresSeguir
787SuscriptoresSuscribirte