viernes, julio 26, 2024
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El panorama de mujeres rurales durante el Covid-19

Mujeres de Chocó, Caquetá y Montes de María en la región Caribe informan sobre las condiciones que afrontan en sus territorios en época de pandemia por el Covid-19. Un panorama lleno de grandes desafíos por el bienestar de cientos de familias rurales afectadas tanto por la presencia del virus, como de la violencia y la escasez de recursos.

Las dinámicas en educación, economía y salud han cambiado con la emergente pandemia del Covid-19. Es una crisis que todos los colombianos han tenido que afrontar en diferentes tipos de gravedad. En mes y medio desde el inicio de la cuarentena la cifra de contagio por coronavirus  en Colombia supera los 9.456 casos; de estos, 2.300 personas se encuentran recuperadas y 307 han fallecido, según el reporte del Ministerio de Salud. 

Por su parte, la situación en el campo colombiano no tiende a mejorar, pues se reporta que a pesar de cumplir con las reglas de la cuarentena, grupos de personas que no pertenecen a esos territorios no acataron su compromiso y llevaron el virus a zonas rurales. 

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Hoy, todos los líderes y lideresas del campo colombiano evidencian que la situación en el campo es alarmante y coinciden en diferentes problemas. Esta fue la conclusión de la Comisión de Paz en el marco del proyecto del Capitolio al Territorio, puesto que cada departamento manifestó la deficiencia en salud y economía. 

Teniendo en cuenta este panorama, Elcampesino.co recogió los testimonios de mujeres rurales sobre las condiciones que están enfrentando en este momento por el Covid-19 y sus acciones para prevenirlo. El país cuenta de acuerdo con el Ministerio de Agricultura con más de cinco millones de mujeres que viven y trabajan en el campo; cifra que no es definitiva pues el DANE continua con el censo. 

¿Son eficientes las ayudas humanitarias y los controles sanitarios en el país?

Yurani Carrasco, líder en la comunidad de Montes de María centro poblado ubicado entre el departamento de Sucre y Bolívar, manifestó ante el foro del Capitolio al Territorio, que las ayudas humanitarias no han llegado de manera efectiva a su comunidad y las normas de cuarentena no son tomadas en cuenta. 

“Es una situación bastante crítica, nos estamos enemistando entre vecinos al no permitir que personas no residentes entren al territorio, es correr el riesgo, 40% de nuestra población es adulta mayor.  Por otro lado,  no todas las familias, ni los adultos de tercera edad reciben de los programas de adulto mayor o familias en acción a pesar de ser vulnerables y los que reciben una ayuda de $70.000 pesos deben pagar pasajes de $30.000 pesos para ir a un punto a retirar, entonces, ¿cuánto les queda?”, dice Yurani Carrasco. 

Carrasco también anexa que en Montes de María el verano es muy fuerte lo cual impacta de manera negativa en los intentos de cultivar alimentos y garantizar la seguridad alimentaria. 

Desde el departamento del Caquetá, Nidia Ibáñez, que se encuentra en Remolinos del Caguán, un centro poblado a cinco horas vía fluvial de Cartagena del Chairá, informa que los precios en los alimentos se han elevado notoriamente y la comunidad  ha decidido aislarse por completo pues preocupa la llegada del virus.

“Los niños como ya no van al colegio están destinados a labores de las fincas, Remolino se ha aislado por completo y solo llega el bote con comida. Nadie sale, nadie entra, porque en caso de emergencia, no se puede atender de inmediato, el hospital más cercano es a 5 horas o más. También se ha notado un incremento aquí en los precios de los alimentos, por ejemplo, una libra de arroz costaba $1.800 y ahora está en $2.500, y pues aquí no todos reciben ayudas del gobierno y la mayoría no han recibido bonos”, dice Nidia Ibáñez.

Caquetá ha registrado un total de quince casos, uno de los departamentos con menores contagios; sin embargo, la incertidumbre es grande, ya que aun no llegan los resultados de docenas de pruebas que se han enviado. Por otro lado, los grupos armados presentes en la zona informaron a las poblaciones a través de cartas a líderes comunitarios y panfletos que no iban a permitir la movilización dentro del departamento o tomarían medidas por atentar contra la salud de los pueblos. 

Contribución de mujeres excombatientes a la prevención del Coronavirus 

Las mujeres excombatientes del centro poblado Héctor Ramírez en la Montañita, Caquetá, antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación – ETCR, solicitaron apoyo a las Naciones Unidas con recursos para el diseño y elaboración de tapabocas, de esta manera, ayudar a la prevención del virus y a la sostenibilidad económica de su comunidad. 

“Aquí todos estamos muy bien gracias a Dios, todos atendiendo a la higiene. Tenemos un comité de salud para atender a las mujeres lactantes y gestantes, esto con el fin que no deban salir a exponerse. Las Naciones Unidas nos brindaron los materiales para elaborar tapabocas, entonces estamos en proceso de costura. Estos irán como donativos a los hospitales y venta al público”, dice Betsy Ruiz, líder del Comité de Género en el centro poblado Héctor Ramirez. 

Ruiz también comenta que han podido sobrellevar la pandemia gracias al apoyo de las entidades internacionales que se encuentran al pendiente. También hace un llamado al gobierno y al estado colombiano a que no se olviden de las comunidades rurales que en este momento enfrentan grandes crisis y las ayudas expresadas no están llegando. 

Descontrol de la violencia, despidos y desplazamiento en Chocó

El desempleo hasta abril de 2020, alcanza el 12,6%, según cifras del DANE, que afirma que 1,5 millones reportan estar sin empleo. La cuarentena ha empeorado la situación puesto que diferentes entidades han despedido a un sin número  de personas. 

Yolanda Perea,  líder rural del departamento del Chocó, afirma ante la Comisión de Paz que el estado actual en el que se encuentran las  comunidades es crítico, estas se  enfrentan a un incremento del desempleo, la violencia y el desplazamiento. 

“Muchos despidos en diferentes entidades, las empleadas domésticas corren con el mismo destino y solo cuentan con esos ingresos. Se ha generado violencia y un desplazamiento silencioso, es decir, que las masacres para no hacer ruido, ahora las están haciendo a machete, lo que provoca que familias se vayan de sus hogares en plena cuarentena. Las ayudas de familias en acción y adulto mayor no solucionan la gravedad del asunto y es algo que el presidente debe entender”, dice Yolanda Perea. 

También se habló  en el foro de la Comisión de Paz sobre el sector salud en Chocó; en donde la cifra de casos  positivos por el Covid -19 suman 27; pero también,  existen diferentes enfermedades con un porcentaje alto que afectan la salud de los chocoanos y que no están siendo atendidas. 

Desde el municipio de Carmen del Darién en Chocó; Claudia Ruiz, excombatiente, habitante del ETCR de Las Brisas, afirma que hasta el momento en su comunidad son muy ordenados con el control de la población para evitar la propagación de este virus.

“Nos estamos cuidando mucho, manejamos el pico y cédula, todos salen con permiso; el que sale sin permiso no vuelve a entrar. Siempre con el lavado de las manos y de los puntos comunes. Hemos recibido apoyo de diferentes entidades en cuanto a la alimentación y kits de higiene; también hemos podido estudiar gracias al Internet. En salud, pues aquí no ha venido ninguna brigada que nos den recursos para tratar distintas enfermedades o una capacitación para actuar en momento críticos”, dice Claudia. 

Gracias al proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA, financiado por el Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea, focalizado en el departamento del Caquetá y el Chocó, permite el acceso a Internet a las comunidades rurales de los ETCR; de esta manera, pueden seguir conectadas al mundo y continuar con sus estudio virtuales. 

A pesar de las circunstancias por la pandemia, las comunidades rurales en su mayoría, cumplen con las reglas de la cuarentena y evitan salir a los centros poblados. Mujeres madres cabeza de hogar y que trabajaban de forma independiente en pueblos, se han unido a la recolección de las cosechas para garantizar un ingreso económico a sus familias, manejando un protocolo de higiene antes de ingresar a las fincas como el uso de tapabocas, guantes y alcohol.  

Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Comunicador proyecto Amazonía Joven en Caquetá.

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