sábado, mayo 18, 2024
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Día Internacional de la Educación, panorama colombiano

Según el DANE, para el año pasado el 78,7% de las instituciones educativas rurales no contaban con conexión a internet y el 8% no tenían electricidad, evidenciando la brecha educativa de este sector. A continuación, un panorama de lo que fue el 2020 en materia de educación.

El Día Internacional de la Educación fue proclamado en 2018 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para celebrarlo cada 24 de enero. Sin embargo, este año su tercera versión se llevará a cabo el 25 de enero y su tema será “Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19”.

El evento internacional de la celebración se organiza en colaboración con la Oficina Regional de la UNESCO en Nueva York, la Sede de la Organización de las Naciones Unidas, la Alianza Mundial para la Educación y el Centro de Estudios Interdisciplinarios (CRI, según sus siglas en francés). Además, contará con la participación de asociados de la Coalición Mundial para la Educación.

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Este evento está previsto en tres segmentos: el primero se denomina “Celebrando los héroes del aprendizaje», que se enfocará en evidenciar las experiencias de los educadores que continuaron sus labores en pandemia. El segundo será «Prometedoras innovaciones para transformar la educación», cuyo punto central será hablar sobre esas propuestas nuevas en términos de pedagogía, tecnología, asociación, entre otros.

Por último, el tercer segmento hablará de «Financiamiento de la transformación de la educación» con el Lanzamiento de la Campaña mundial para la educación 1 mil millones de voces. Como punto adicional, el CRI anunciará a los ganadores del concurso «Conversación con el Principito», cuyo objetivo era que los niños, niñas y jóvenes se imaginaran y escribieran sobre una conversación entre El principito (personaje literario) y una niña, durante el confinamiento.

La emergencia sanitaria generada por COVID-19 trajo consigo múltiples retos a la educación que se vió obligada a adaptarse a la virtualidad para continuar, ya que el no volver a un salón de clase puso un impedimento para los niños, niñas y jóvenes que no tenían los recursos suficientes para seguir con su proceso formativo y por ende, se vieron obligados a dejar de asistir a clase.

Según un informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en agosto de 2020, la emergencia sanitaria generada por COVID-19 ha provocado la mayor interrupción de la historia en los sistemas educativos, ya que para mediados del mes de abril 1.580 millones de alumnos en más de 200 países se vieron afectados.

Esto dejó un saldo de cierre casi masivo de escuelas y centros de aprendizaje que afectó al 94 % de los estudiantes a nivel mundial, y un 99% en el caso de los países de ingreso bajo o mediano bajo. Es por esta razón que para la segunda mitad del año 2020, se preveía que cerca de 23,8 millones de niños, niñas y jóvenes podrían abandonar su formación o no tener acceso a ella en el 2021, como consecuencia económica de la pandemia.

Para agosto de 2020 se calculaba que un 40% de los países que presentaban bajo nivel económico, no habían podido brindarle apoyo a los estudiantes en riesgo durante la crisis sanitaria. Además, incluso para los niños y niñas con acceso a la educación, se calcula que en el mundo unos 387 millones, es decir el 56 %, presentaban faltas en las capacidades básicas de lectura.

Educación en Colombia durante el año 2020

Según un análisis del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Pontificia Universidad Javeriana, en Colombia, para inicios de la cuarentena el 63% de los estudiantes de grados  5º y 11º de colegios públicos manifestaba no tener acceso a internet ni computador en sus hogares.

De acuerdo con el Sistema de Matrícula SIMAT, para el mes de agosto de 2020 en cuanto a la matrícula total de niños y niñas fue de 9.395.018, registrando un total de 102.880 de retirados, es decir el 1,1%. Asimismo, según la Encuesta Pulso Social realizada por el Dane en la segunda mitad del 2020 en 23 ciudades del país, en el 87,4% de los hogares los niños, niñas y jóvenes continuaron las actividades educativas en casa desde que se cerraron los colegios en marzo. Sin embargo, el 4,5% no pudo continuar con la formación académica de sus hijos.

Por otro lado, la educacion rural del país presentaba un panorama complejo para los estudiantes, ya que a pesar de que en julio de 2018 según el Plan Especial de Educación Rural realizado por el Ministerio de Educación, 1’969.969 niños, niñas y jóvenes contaban con una matrícula en escuelas rurales, desde el inicio de la cuarentena a mediados de marzo, estos casi dos millones de estudiantes fueron enviados a sus casas.

Teniendo en cuenta que en el territorio nacional hay diferencias entre las zonas rurales y urbanas en términos de conectividad y adquisición de dispositivos electrónicos, la situación de estudio en casa se hace preocupante, por ejemplo, según los resultados del Boletín Técnico Educación Formal (EDUC) 2020 realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 78,7% de las instituciones educativas rurales no contaban con conexión a internet y el 8% no tenía electricidad. Además, solo el 9,4% de los hogares rurales cuenta con computador de escritorio, portátil o tableta.

En cuanto a los 103.494 docentes de las zonas rurales, al inicio de la cuarentena un análisis del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE), reveló que el 48% de los educadores no tenían las habilidades técnicas y de enseñanza necesarias para integrar la virtualidad y sus herramientas al desarrollo de sus clases.

Como consecuencia, se hace cada vez más necesario plantear estrategias o promover iniciativas que acompañen la educación con desarrollo del territorio de acuerdo a las necesidades propias de cada uno, entendiendo que las acciones deben estar encaminadas a lograr una enseñanza de calidad en todas las zonas del país.

Acción Cultural Popular – ACPO en su apuesta por una formación integral rural, desarrolla proyectos como las Escuelas Digitales Campesinas, que es un programa dirigido a los habitantes rurales de Colombia y cuyo fin es transformar su realidad, la de sus familias y la de sus comunidades. Además, trabaja en pro del bienestar y la promoción de la construcción de una cultura de paz.

Para lograrlo, cuenta con áreas de formación como: Alfabetización Digital, Comunicación y Periodismo Rural, Derechos Humanos en la comunidad rural, Mi proyecto de vida en el campo, Liderazgo en la comunidad rural, Valores Cívicos y Democráticos, entre otros. Para conocer más, ingrese a: Escuelas Digitales Campesinas.

Por: Isabella Durán Mejía. Periodista.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

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