Al nororiente del departamento de Córdoba se encuentra Ciénaga de Oro, un municipio con raíces africanas que conserva en sus calurosas tierras diversos saberes y prácticas ancestrales, posicionándose como un gran destino turístico. Especialmente por las manifestaciones culturales desarrolladas durante la Semana Santa.
En el 2020 el Ministerio de Cultura declaró oficialmente la Semana Santa de Ciénaga de Oro como patrimonio cultural inmaterial de la Nación, reconociendo el arraigo social que representa esta celebración de cara a antecedentes históricos. Que de acuerdo con la institución, vienen desde el siglo XVIII y hacen parte de una convergencia entre celebraciones religiosas, artes populares, técnicas y oficios, espacios culturales, cocina y medicina tradicional.
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Este suceso anual es de gran relevancia para el departamento, pues se trata de un encuentro que evoca la identidad del territorio, donde la propia comunidad se encarga de la organización para mantener vivo este legado. Un escenario donde resalta lo colectivo, ya que mediante las diversas prácticas se refuerzan vínculos generacionales, pues niños, jóvenes y adultos trabajan de forma mancomunada.
Algunos elementos de la celebración
Desde el miércoles de ceniza inician los preparativos, dando aviso con trompeta de que llegó la cuaresma. De ese momento en adelante empiezan a destacar personajes como el campanitero, los penitentes y los niños de pasión; además de artículos como el bombo, el cacho, el caripote y el casco de la legión romana.
Uno de los atractivos más potentes del encuentro es la gastronomía, las casas y espacios compartidos se llenan de ejemplares culinarios elaborados específicamente en estas fechas. Conocido como el rey de los dulces de esta celebración, está el mongo mongo, una mezcla a base de plátanos maduros, mamey, papaya biche, mango verde, piña, coco, panela y clavos.
Lo llamativo de este dulce típico además de su extraordinario sabor, es la preparación, que generalmente se hace en fogón de leña y debe revolverse durante una semana para que logre las características precisas, empleando un palote de madera como se le conoce en la costa. El resultado final se puede acompañar con casabe, que es una tortilla a base de yuca elaborada también de forma artesanal.
Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.