La Corporación Autónoma Regional del Magdalena (CORPAMAG) y el Acuario y museo del mar del Rodadero, liberaron 106 tortugas que fueron rescatadas en el 2020 por el equipo de expertos del Centro de Atención de Fauna Marina de la corporación. Los especímenes correspondían a 100 tortugas bebés Caguama y 6 adultas, cinco de ellas Verdes y una Carey.
Las tortugas fueron devueltas al mar de la Playa Inca Inca, ubicada en la ciudad de Santa Marta, Magdalena, portando una distintiva marca numerada en sus aletas para su reconocimiento durante el proceso de monitoreo. Esto permite que, si una de ellas es capturada en las redes de pesca, puedan ser reportadas y entregadas a disposición de CORPAMAG.
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La jornada de liberación contó con el apoyo de la Armada Nacional de Colombia, a través de la Capitanía de Puerto y la Estación de Guardacostas en Santa Marta. También la Alcaldía de Santa Marta, la Secretaria de cultura y turismo, y la Policía Nacional acudieron.
Amenazas que enfrentan las tortugas marinas
Los huevos de tortuga marina suelen ser buscados por los cazadores para venderlos en el mercado ilegal de especies silvestres, debido a que los compradores tienen la creencia de que éstos contienen propiedades afrodisíacas.
La tortuga Carey y la Verde son altamente afectadas por la caza ilegal para el consumo de su carne, uso de su caparazón y robo de sus huevos. Asimismo, las construcciones en zonas costeras también constituyen un factor de riesgo, al invadir los sitios de nidada de las hembras con materiales de construcción y máquinas.
Además, cuando las crías buscan el camino al mar en la noche, su guía es la luz de la luna y ya que las construcciones tienen luces artificiales o farolas, esto las confunde y desvía hacia otros caminos en los que tienen pocas probabilidades de sobrevivir por la deshidratación, la presencia de depredadores o el paso de automóviles.
Por otro lado, los depredadores también son una gran amenaza, ya que según CORPAMAG por cada 1.000 huevos en el nido, sobrevive 1. Esta baja cifra de supervivencia afecta a la conservación de la especie, teniendo en cuenta que las hembras siempre dejan los huevos en el mismo lugar y los depredadores volverán allí a alimentarse, repitiendo el ciclo.
Estas amenazas comprometen el potencial reproductivo de la especie y causa un daño ambiental severo, ya que las tortugas de mar son protectoras de los arrecifes de coral. Además, son controladoras naturales de las fragatas portuguesas (comúnmente conocidas como aguas malas) que pueden afectar a los turistas.
Por: Isabella Durán Mejía. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.