La energía eléctrica es un servicio público fundamental para el desarrollo de las actividades cotidianas, pues genera luz y es la fuente de funcionamiento de todo dispositivo tecnológico. Sin embargo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas – ONU más de 800 millones de personas en el mundo no tienen acceso a la electricidad.
En Colombia según cifras del Departamento Nacional de Estadística – DANE, el 98% de la población cuenta con este recurso, sin embargo sus datos revelan que existen zonas del país en las que la energía no llega. Por ejemplo, en el departamento de La Guajira, más de 300 mil personas no cuentan con una fuente de electricidad, en Vaupés cerca de 54 mil y en Vichada 20 mil.
Le puede interesar: Primer mapa de zonas para generar energía solar y eólica en Colombia
EDINA es una compañía colombiana que desde el año 2000 desarrolla proyectos de investigación enfocados en el aprovechamiento de los recursos renovables, con el fin de contribuir a la lucha contra el cambio climático e impactar positivamente en la calidad de vida de las comunidades y la sociedad en general.
Teniendo en cuenta la carencia de red eléctrica en el departamento de La Guajira, y las dificultades que enfrentan las comunidades indígenas wayúu para suplir sus necesidades de energía cuando se oculta el sol; EDINA se propuso en el año 2016 trabajar para ofrecerle una solución viable a esta población y encontró en el mar la forma de brindarles electricidad.
Como resultado crearon Waterlight, una lámpara ensamblada con materiales reciclables que convierte medio litro de agua salada en 45 días de energía eléctrica. «La Guajira fue nuestro lugar elegido para probar este dispositivo. Hemos creado Waterlight bajo nuestro pilares de desarrollo sostenible para mejorar la calidad de vida de estas comunidades», aseguró Gregorio Pinzón, cofundador de EDINA.
Según la explicación de Pinzón, esta tecnología aprovecha el poder de la ionización, un proceso en el cual los electrolitos (minerales que tienen carga eléctrica) del agua salada reaccionan con materiales metálicos en el interior del dispositivo, produciendo de este modo energía eléctrica. Además de proveer luz, es fuente de carga ya que tiene puertos USB en los que se pueden conectar radios o celulares.
Otro aspecto innovador del Waterlight, es que su diseño contiene una correa con figuras que fueron tejidas artesanalmente por la población indígena wayúu, convirtiéndose en un proyecto que no sólo posibilita el acceso a un servicio básico del hogar, sino que también exalta la cultura ancestral de los pueblos originarios.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora