Después de que un grupo de expertos de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) revisó una serie de estrategias para reducir las emisiones de gases efecto invernadero- GEI, se estableció una hoja de ruta para combatir el cambio climático.
Documento que fue presentado al Ministerio de Minas y Energía con el fin de que se adopten las acciones de política pública pertinentes para el caso de Colombia.
“El crecimiento de la población y el poder adquisitivo están relacionados con la taza de vehículos por habitante, cuyo número ha venido en aumento, con el consiguiente incremento en el consumo de combustibles”, explica el profesor Rodrigo Jiménez, del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la U.N.
Además se debe considerar que Colombia es un país exportador de minerales energéticos –carbón y coque–, además de petróleo, cuyo proceso de extracción también genera emisiones que afectan el medioambiente. Le puede interesar: Boyacá, lanza programa verde para combatir cambio climático
¿Cuál es la hoja de ruta?
La U.N. ha propuesto acciones en cinco líneas de trabajo establecidas por el Ministerio de Minas y Energía en 2016:
- Manejo eficiente de la energía: En cuanto al manejo eficiente de la energía, los expertos han subrayado la necesidad de producir la misma cantidad de hidrocarburos con menos energía, de tal manera que, por ejemplo, las plantas termoeléctricas produzcan más electricidad por cada kilogramo de carbón quemado.
- Emisiones fugitivas: El punto de las emisiones fugitivas se refiere a que durante los procesos de producción de petróleo y gas se generan emisiones que llegan a la atmósfera. En este punto la recomendación de la U.N. es evitar estas pérdidas mediante una serie de procesos técnicos que contribuyan a disminuir los niveles de contaminación, que incluso podrían reutilizarse.
- Generación de potencia eléctrica: En lo que respecta a la generación de potencia eléctrica, la propuesta de la U.N. busca fomentar la inserción de fuentes menos contaminantes en el mercado eléctrico, como energía eólica o de luz solar, además del empleo de biocombustibles como la caña de azúcar.
- Gestión de la demanda. Se advierte la necesidad de disminuir los picos de los consumos diarios motivando el desplazamiento de las horas de consumo de energía. Le puede interesar: Medidas para mitigar cambio climático en Colombia no son suficientes
- Compensación ambiental. El punto anterior conlleva establecer tarifas diferenciales cuyo valor aumente en las denominadas horas pico –entre 7 y 9 de la noche– para disminuir la participación de la generación térmica durante el pico de la demanda, producida a partir de carbón natural.
Energías renovables como la solar y eólica
“Una de las posibles alternativas es fomentar el uso de fuentes de energía renovables, como solar y eólica, y además que los usuarios tengan baterías que puedan recargar en las horas de menor demanda para luego usarlas en las primeras horas de la noche”, explica la profesora Sandra Téllez, del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la U.N.
En tal sentido se ha establecido la necesidad de implementar el uso de nuevas tecnologías con el fin de hacer mediciones intradiarias inteligentes, además de ofrecer un portafolio más robusto con tarifas diferenciadas en las que el valor de la energía consumida cambie según la hora. También se recomienda fortalecer la cultura energética.