De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Granada, España, la cerámica hace referencia a la acción de transformar la arcilla (una roca sedimentaria descompuesta constituida por agregados de silicatos de aluminio hidratados, procedentes de la descomposición de rocas que contienen feldespato), en objetos como ladrillos, loza y porcelana.
Esta actividad data de los años 24.000 a.C., por lo que tiene un gran valor histórico y la resistencia de sus componentes ha permitido realizar varios hallazgos arqueológicos, aportando así a la construcción y recuperación de la memoria de las sociedades. Sin embargo, este es un material que no se puede reciclar, pues se mezcla con elementos como el agua, sílice, plomo, estaño y óxidos metálicos, generando una materia inoxidable e inorgánica.
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Conforme con la Alianza Global de Recicladores, uno de los errores más comunes a la hora de desechar las piezas de cerámica es no hacer la correcta separación de los residuos, lo que puede ocasionar que estos sólidos contaminen los ecosistemas. Así mismo, asegura que por desconocimiento la cerámica es depositada en los contenedores de vidrio lo que también es incorrecto, ya que al tener composiciones diferentes su proceso de fundición debe realizarse de manera separada.
Según la explicación de la entidad, lo correcto es depositar el material cerámico en un punto limpio. Posteriormente, este es transportado a los vertederos autorizados, para ser triturado, con el fin de descomponerla lo que más se pueda. Finalmente, es almacenada en el menor espacio posible junto a la categoría de los desechos no reciclables.
Reutilizar la cerámica para crear arte
A pesar de estar catalogada como un material no reciclado existe una técnica que permite la reutilización de la cerámica denominada trencadís, en la cual se utilizan trozos quebrados de este material para crear mosaicos, marcos y revestir de superficies, especialmente en la arquitectura como fachadas, parques, jardines, puentes, bancos, diseños, logotipos, interiores, baños; aportando resistencia y embelleciendo los espacios.
Un gran precursor de esta novedosa idea de reciclaje fue el arquitecto español Antoni Gaudí, pues elaboró más de 7 obras artísticas en fachadas de Barcelona como por ejemplo, en la Basílica de la Sagrada Familia, con esta técnica que se convirtió no sólo en una forma sostenible de reutilizar la cerámica, sino en una forma de arte. Cabe destacar que los trabajos de Gaudí fueron declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO, Patrimonio de la Humanidad en 1984 y 2005.
Teniendo en cuenta que esta técnica aporta a la construcción de un mundo más sostenible te compartimos algunos pasos para que crees tus propias obras en cerámica reciclada.
- Recorta la cerámica: Para lograrlo cubre con un paño los retazos y golpea con un martillo hasta obtener las piezas de las formas irregulares.
- Explora tu creatividad: Conforma el dibujo o la forma que deseas plasmar y fíjala con pegamento especial para cerámica.
- Cubre las juntas: Cuando estén fijas las piezas cubre con masilla las juntas, es decir los espacios que hayan quedado.
- Limpia: Una vez se haya secado la masilla, con una esponja y agua, elimina los sobrantes.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.