Para nadie es un secreto que cuando se trabaja con grupos grandes de personas, la convivencia es un elemento fundamental para mantener la armonía, que se ve afectada cuando hay personalidades y caracteres diferentes, sobretodo cuando hay que ponerse de acuerdo en la toma de decisiones que pueden afectar directa e indirectamente a todas las personas que conforman el grupo.
Situación que se ha evidenciado a lo largo del proceso formativo del proyecto Encuentro de Sabores Tradicionales, ejecutado por Acción Cultural Popular – ACPO en Ciénaga de Oro, Córdoba. El cual se desarrolla con 30 mujeres en un rango de edad de 35 a 65 años, cuya labor es la cocina tradicional.
Todas son seres humanos maravillosos que aportan significativamente a los objetivos del proyecto y sus conocimientos son fundamentales para el proceso que se viene realizando. Sin embargo, cuando se trata de ponerse de acuerdo y tomar las mejores decisiones como grupo, se presentaban inconformidades y disgustos, pues las participantes tienen costumbres y caracteres muy marcados y arraigados, esto no justifica los comportamientos, pero si nos ayuda a entender un poco el por qué.
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Cuando se inició el curso de Asociación y emprendimiento, se les dio la opción de elegir el horario que más se ajustara a su cotidianidad y de este ejercicio surgieron dos grupos, uno que estudiaría los martes en la mañana y otro los jueves en la tarde. Pese a que fue una decisión que se consideraba estratégica, terminó creando u n ambiente de división y competencia.
El proceso para mejorar dicha situación fue acompañado por la profesional psicosocial Adriana Ramírez, quien trabajó en el fortalecimiento de habilidades comunicativas y resolución de conflictos. Fueron 4 encuentros que por medio de actividades vivenciales, lograron que las mujeres trabajaran en equipo y reconocieran algunas falencias a nivel grupal. Así mismo, se logró unir a ambos grupos y en la actualidad trabajan con el proyecto un solo día y un solo horario a la semana.
Uno de los sucesos que permitió ver los frutos de este trabajo psicosocial, fue lo ocurrido el pasado 12 de octubre, cuando todo el grupo fue contratado por la Alcaldía Municipal para suministrar almuerzos, postres y meriendas a un grupo de visitantes. En esta ocasión, el equipo de ACPO decidió dejar que ellas mismas se organizaran, ya que era la mejor oportunidad para poner en función todo lo aprendido en el curso, y lo más importante, lograr que trabajaran con democracia, comunicación asertiva y dejar de lado las diferencias.
Resultó ser un éxito ya que lograron entregar todos los servicios y trabajaron de manera organizada, sin diferencias con respeto y la mejor actitud, el grupo se vio más unido y sobre todo se ve más interacción entre ellas durante los encuentros de formación. Razón por la cual se puede decir que la unión hace la fuerza y algunos líderes que se han logrado identificar suman esfuerzos para mantener este equipo de sabedoras gastronómicas.
Por: Víctor Alfonso Guerrero. Facilitador educativo del proyecto Encuentro de Sabores Tradicionales.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.