Plan nacional de desarrollo y la aplicación de la ley 1448/11 (“Ley de Víctimas”).
Por: Victoria Rodriguez Universidad Juan de Castellanos (U.J.C)
Plan nacional de desarrollo, y su aplicación, requieren de hacer un análisis partiendo de la realidad de violencia que vive el país, precisamente por problemas de intolerancia frente a la apropiación de tierras, como la masacre de los niños en Caquetá. Cabe preguntarnos hasta dónde se está cumpliendo realmente el plan nacional de desarrollo implementado por el actual gobierno; cuando la población campesina se encuentra en total abandono por parte de las instituciones del estado, y vemos como esos lugares apartados de la población vive en condiciones infrahumanas, en viviendas de madera, sin ningún servicio público, donde es claro el abandono y nulo desarrollo socio-económico de estos lugares.
El plan nacional de Desarrollo no incluye a los campesinos de estas zonas periféricas, y están desprotegidos, sin ningún beneficio que les brinde mejores oportunidades, como es comercializar sus productos, apoyo en educación agraria, situación que hace que este conflicto de violencia campesina, lo que deja en claro que el estado colombiano mediante el Plan nacional de Desarrollo no resuelva los problemas agrarios.
No les brinda el apoyo de proyectos de inclusión social, con el fin de disminuir, la pobreza, analfabetismo, escolarización, y maltrato de violencia infantil, así como los asesinatos de los dirigentes de las reclamaciones, por lo que continuará el crecimiento de la brecha de desigualdades, pues no se trata de restituir las tierras, sino de capacitar y brindar a este sector de trabajadores del campo mayores garantías para su crecimiento económico.
Algunos partes de las políticas agrarias del gobierno Santos:
“La agricultura en el Plan Nacional de Desarrollo
Las líneas centrales del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014 (PND)[1] hacen evidente el verdadero rumbo de la política agraria y su continuidad de propósitos con el gobierno anterior frente a la distribución de la propiedad agraria, la configuración de la agricultura y los “cultivos promisorios”, el acceso y aprovechamiento de los recursos del subsuelo, los atractivos para las grandes inversiones externas y, en general, frente al mundo rural. La insistencia en este enfoque pareciera desconocer que las circunstancias actuales, caracterizadas por muy modestos desempeños de la agricultura, son resultado directo del sesgo excluyente de la política de atención al sector y al mundo agrario, en general, con excepción de los beneficios para los sectores más fuertes de la sociedad en términos económicos y políticos y del debilitamiento institucional, marcado por este mismo sesgo.”( http://viva.org.co/cajavirtual/ La política agraria del Gobierno Santos ).
Indudablemente, el plan nacional de desarrollo, en muchas regiones del campo no tiene representación en las políticas agrarias, ya que aún no se cuenta con la presencia del Estado en ningún plano, no hay vías de acceso, no cuentan con servicios básicos, no cuentan con instalaciones de centros de salud, de educación, plan de alimentación escolar, y menos que de alguna forma se implementen los programas básicos de desarrollo social, situación que afecta a toda esta población que están al imperio de la ley del más fuerte o despiadado.
Dentro de las policitas del Plan nacional de Desarrollo, se encuentran proyectos de ley que buscan la protección y garantiza al acceso de beneficios sociales, y de capacitación para la productividad de los campesinos colombianos, donde se quiere lograr una sostenibilidad del campos con bienestar para sus labriegos, dándoles herramientas como productores del agro para que tengan un mejor desarrollo económicos con mayores ganancias y suplir otras necesidades.
Se hace necesario que dentro del Plan Nacional de Desarrollo existan verdaderas políticas agrarias para favorecer el crecimiento de la productividad agraria, brindando beneficios a los campesinos, a través de capacitación en el agro, capacitación en asocian de productividad, capacitación en excelencia de calidad, pues es necesario que se ejecuten programas para fortalecer la producción, y elevar el estándar de calidad, con las respectivas exigencias fitosanitarias, para que el pequeño, mediano cultivador, pueda asociarse y sacar al mercado un producto con calidad.
Además es necesario tener en cuenta los grandes cambios climáticos, para que estos no sean un problema en el crecimiento económico de las políticas agrarias.
[1] 1 Departamento Nacional de Planeación, Prosperidad para todos. Plan Nacional de desarrollo 2010-2014, Bogotá, 2010