Maltrato infantil, un problema grave en nuestra sociedad porque todos los niños y adolescentes tienen derecho a la integridad física y psicológica y a la protección contra todas las formas de violencia.
Por: Yenoval Daniel Cruz Alfonso
Facilitador de las EDC de Garagoa-Boyacá
El Maltrato infantil es un problema universal que ha existido desde tiempos remotos. No obstante, no existe una definición única de maltrato infantil ni una delimitación clara y precisa de sus expresiones. Se entiende como maltrato infantil a todas aquellas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y emocional del niño, cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad. Ello supone la existencia de un maltrato físico, negligencia, maltrato psicológico o un abuso sexual. (NCCAN, 1988).
Todos los menores de edad tienen derecho a la integridad física y psicológica y a la protección contra todas las formas de violencia. Sin embargo, por razones sociales y culturales de distinta índole, es sabido que sufren violencia en el hogar, en la escuela, en los sistemas de protección y de justicia, en el trabajo y en la comunidad. Es por este motivo que debemos tomar cartas en el asunto y brindarles el mejor trato empezando desde el propio hogar.
Existen varias formas de maltrato infantil, como el maltrato físico que abarca una serie de actos perpetrados utilizando la fuerza física de modo inapropiado y excesivo. Es decir, es aquel conjunto de acciones no accidentales ocasionadas por adultos (padres, tutores, maestros, etc.), que originan en el niño un daño físico o enfermedad manifiesta. Aquí se incluyen golpes, arañazos, fracturas, pinchazos, quemaduras, mordeduras, sacudidas violentas, etc.
También tenemos el maltrato emocional, que corresponde al conjunto de manifestaciones crónicas, persistentes y muy destructivas que amenazan el normal desarrollo psicológico del niño. Estas conductas comprenden insultos, desprecios, rechazos, indiferencia, confinamientos, amenazas; en fin, toda clase de hostilidad verbal hacia el niño.
Por otra parte el maltrato infantil también se presenta de forma sexual y es uno de los tipos de maltrato que implica mayores dificultades a la hora de estudiarlo. Consiste en aquellas relaciones sexuales, que mantiene un niño o una niña (menor de 18 años) con un adulto o con un niño de más edad, para las que no está preparado evolutivamente y en las cuales se establece una relación de sometimiento, poder y autoridad sobre la víctima. Las formas más comunes de abuso sexual son: el incesto, la violación, la vejación y la explotación sexual. También incluye la solicitud indecente sin contacto físico o seducción verbal explícita, la realización de acto sexual o masturbación en presencia de un niño y la exposición de órganos sexuales a un niño.
Otra forma de maltrato infantil es el llamado Síndrome de Münchausen que consiste en inventar una enfermedad en el niño o producirla por la administración de sustancias y medicamentos no prescritos.
Independientemente de las secuelas físicas que desencadena directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales, emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de las estas secuelas depende de la intensidad y frecuencia del maltrato, características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades sociales, etc.), el uso o no de la violencia física, relación del niño con el agresor, apoyo intrafamiliar a la víctima infantil, acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.
Es por estos motivos que por medio de este artículo se busca informar a la comunidad para poder evitar estos tipos de maltrato en nuestros hijos, amigos y compañeros tomando cartas en el asunto y empezando desde nuestros propios hogares. Recordemos que de ser el caso de presenciar o vivir uno de estos tipos de maltrato no dude en acudir a las autoridades competentes para denunciarlo.