La era de la corrupción

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Opinión de: Luis Fernando Moreno Gallego – Facilitador Escuelas Digitales Campesinas Antioquia

Poco a poco se desangra el país por el deseo del dinero fácil

Es triste y lamentable como se ha visto la sociedad colombiana permeada y salpicada por la corrupción; a cada momento podemos observar como nuestra sociedad se ha venido abajo por la pérdida de nuestros valores, solo importa el “¿cómo voy yo?” en cualquier tipo de contrato; las coimas, las comisiones, el soborno y el comprar conciencias, están a la orden del día. El favorecer a unos u otros depende del dinero que se tenga para repartir a diestra y siniestra sin importar quienes se vean implicados en este desangre que está viviendo actualmente el país.

Corrupción
Foto: El Colombiano

Vemos pues como la salud, el deporte, la infraestructura vial, la educación, las instituciones públicas y privadas están a merced de este cáncer que corroe al pueblo colombiano, la corrupción nos está tocando en todos los niveles, no solo en el campo económico, sino  en el político, social y cultural.

Casos como Agro Ingreso Seguro, Estraval, Interbolsa, Odebrecht, entre otros, otros y otros, nos hacen pensar que nos llegó la “era de la corrupción”. ¿Dónde quedaron los valores fundamentales que nos inculcaron nuestros abuelos y nuestros padres?, ¿será que las instituciones educativas se dedicaron a fortalecer la enseñanza en las áreas básicas del conocimiento como las ciencias naturales, las ciencias sociales y las matemáticas, y con esto aprendimos de manera exagerada el uso de la calculadora en la proporción del cuanto me corresponde por avalar, colaborar y/o comprar conciencias a cambio de favores y exclusivas?

¿Dónde quedó la formación en valores y la educación integral que se ha proclamado por décadas en Colombia? Es que la educación de los niños, adolescentes y jóvenes tiene que volverse propósito nacional. Los valores que han dado forma a nuestra patria han de seguir vigentes en la configuración de una sociedad en la que nos acojamos y en la que sean respetados los derechos de todos.

Pero lo más grave es que en Colombia nos acostumbramos a todo, tenemos muy mala memoria, la justicia es lenta y termínanos por olvidar y archivar los casos por “vencimiento de términos”, mientras tanto, al pueblo colombiano se le exprime y se le arrincona  a punto de impuestos, multas y salarios irrisorios para que las arcas del gobierno se sigan llenando,  para tapar los huecos fiscales,   para que los políticos sigan robando y repartiendo los dineros de los colombianos a sus anchas y a su conveniencia, buscando alcanzar sus “sueños”, buscando el interés personal sobre el bien común.

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