Los rayos solares han sido utilizados para crear fogatas, inventos y también para dar energía a las naves espaciales en los años 60. En la actualidad, el desarrollo de este tipo de energías renovables y autosostenibles puede ser implementado en los hogares para ahorrar dinero pero también en pro del medio ambiente.

El proceso para proporcionar este tipo de energía a un hogar, según el portal idat.edu.pe es: “primero que todo, los rayos solares son captados por los paneles, generando una corriente directa (DC) que va hacia el controlador de carga, luego esta energía es almacenada en un banco de baterías, para luego pasar a un inversor que convierte la corriente directa (DC) en corriente alterna (AC), que es la que sirve para darle energía a toda la vivienda”.

No solamente espacios o superficies tan grandes como una casa, pueden alimentarse de la energía solar, sino elementos como lámparas, celulares, maletas, entre otros, ya que han sido equipados con herramientas que sin mayores mecanismos, procesan los rayos del sol y los convierten en carga para tu móvil o alumbrar en la noche en tu habitación.

Los principales beneficios que tiene el uso de esta energía renovable, es que no se acaba, aunque el sol se oculte la mayoría de aparatos que funcionan por energía solar, también tienen incorporadas baterías recargables que funcionan como almacenadores de combustible (energía). Otros beneficios que tiene es que:

• No contamina el medio ambiente
• Reduce el uso de combustibles tradicionales
• Ayuda a evitar el calentamiento global
• Evita las importaciones energéticas
• Contribuye al desarrollo sostenible
• Es modular y muy versátil

Además, empresas como Google.Inc están implementando y desarrollando proyectos en los cuales la energía solar es un componente. “El proyecto Sunroof, que consiste en medir la cantidad de energía solar que cae en el techo de tu casa durante un año, y así saber cuánto dinero te podrías ahorrar si utilizas más energía solar que energía tradicional. Además te ofrece ayuda para instalar paneles solares en tu hogar si es que te gustó la idea”, agrega el portal educativo.

Autor: Eduar Fabian Tellez, Estudiante de Comunicación Social.
Editor: Katherine Vargas Gaitán, Periodista Editora. @KatheVargasg

Los cubios son uno de los tubérculos con más alto contenido de ácido ascórbico o vitamina C, este puede perderse en el almacenamiento del producto por lo cual se recomienda comerlo fresco. Se utiliza para bajar el ácido úrico, el colesterol, limpiar la sangre y tratar problemas de próstata.

Es un alimento que se caracteriza por su forma cónica, color oscuro y de sabor agrio. La producción se obtiene de 180 a 220 días después de la siembra.Puede consumirse cocinado, en sopas y frito. Por ser una planta muy rústica tiene pocos problemas de plagas y enfermedades.

Con este tubérculo se pueden realizar diferentes platos, sin embargo, el más conocido es el cocido boyacense, una preparación culinaria típica de Colombia más exactamente del Altiplano cundiboyacense.

El origen del cocido proviene de la olla podrida española instaurada en Colombia en la época de la colonia. Esta hecho a base de carne de cerdo, res, pollo y tubérculos como los cubios, los nabos, las chuguas y las ibias. Además, lleva habas y mazorca.

A continuación, vamos a ver como se prepara y que ingredientes se usan para este excelente plato boyacense, los ingredientes son:

• 1/2 libra de habas verdes
• 1/2 libra de ibias
• 1/2 libra de cubios
• 1/2 libra de chuguas
• 1 libra de papa sabanera o tocana pelada y picada en cuadritos
• 2 cucharadas de aceite
• 1 libra de tocino de cerdo limpio y cocido, picado en cuadritos
• 1/2 taza de cebolla cabezona picada
• 1 gajo de cebolla larga
• 1 tomate grande picado
• 1 taza de leche tibia
• 1 taza de agua tibia
• Laurel, tomillo, orégano
• Sal, pimienta, ajo

Preparación:

Se lavan muy bien las habas, se sancochan y se pelan. En una olla se prepara un guiso con el aceite, las cebollas, las hierbas y condimentos, se deja sofreír hasta que esté.

Se le agregan las habas y la papa picada en trozos pequeños, más una taza de agua y una taza de leche; se deja hervir a fuego bajo 20 minutos. Se le coloca encima el tocino de cerdo picado y se deja hervir por 20 minutos. Se le prepara un guiso con cebolla y tomate, el cual se le esparce por encima a la hora de servir. De esta manera es que se prepara un cocido boyacense.

Fuente: Cocina Semana

En una amable vereda del Municipio de Dagua-Valle, llamada Las Camelias, los cultivos de piña adornan las faldas de las montañas, mientras al pie de la carretera que sube entre las fincas un letrero grande invita a disfrutar las delicias de BERCIU.

Doña Ercilia Salazar vivía en Cali y allí tenía facilidades para generar algunos ingresos que ayudaran en las necesidades de la casa. Pero al llegar a vivir a la mencionada vereda, una pregunta asaltaba su mente: ¿qué hacer ahora para sobrevivir?, su vecina Miria Bedoya, quien la conocía desde que era una niña de nueve años, le dio una sencilla idea que con los meses se convertiría en una pequeña empresa: hacer arepas.

Días después, con apenas 26.000 pesos de capital, comenzó la aventura. Doña Berta, quien años atrás fuera la profesora de la niña Ercilia en el jardín infantil, sería hoy su primera socia. Y una receta muy natural empezaría a cautivar a los clientes: solo maíz blanco cocinado con sal, molido al inicio a mano, y actualmente en molino eléctrico, para vender arepas pre-cocidas.

Fue con la llegada de don Uriel, como nuevo socio, que comenzó a diversificarse el negoció: se logró comprar el molino eléctrico; se inició la producción de lácteos; y se completó el nombre de la empresa: BERCIU, por las iniciales de Berta, Ercilia y Uriel.

Arequipe, Manjar Blanco y Yogurt de diferentes sabores llegaron para agrandar la lista de delicias. Pero merece una mención especial el Yogurt de Piña, porque es producido con la fruta cultivada en la propia vereda y con la leche de la “Mona”, una vaca lechera de Las Camelias.

Los clientes de estos vecinos emprendedores se encuentran principalmente en la ciudad de  Cali, pues Olmedo Valencia, laico misionero católico y esposo de doña Ercilia, ofrece los productos entre sus conocidos y amigos que viven en la capital valluna y gustan de comprar estas ricuras producidas en las Camelias.

Actualmente doña Ercilia es secretaria de la Junta de Acción Comunal de la vereda, y trabaja para que otros habitantes de la zona se beneficien de las capacitaciones del SENA, así como hace unos años lo pudo hacer ella en Lácteos, Emprendimiento y Manipulación de alimentos. Hoy, gracias a sus gestiones como miembro de la Junta, han logrado iniciar la formación como Técnicos en Sistemas Agropecuarios Ecológicos.

¡Felicitaciones a doña Ercilia, Doña Berta y Don Uriel por sus éxitos! Y a nuestros lectores ¡Los esperamos para que gocen estos manjares del Valle!

La receta del Yogurt de piña (compartida por doña Ercilia, en entrevista con elcampesino.co):

1. Caramelizar la piña en azúcar. Bien picada y sin usar el corazón de la fruta.
2. Cocinar la leche. Ha de mediré la temperatura de la misma con un termómetro diseñado especialmente para ello.
3. A los 70 grados de temperatura se le agrega leche en polvo si está muy aguada la leche.
4. A los 90 grados temperatura se baja el fuego y se sostiene así durante diez minutos.
5. Luego se hace el choque térmico poniendo la olla en un recipiente con agua frío y al bajar a los 43 grados de temperatura se le agrega el cultivo lácteo.
6. Se “empiyama” (cubrir la olla con una tela) y se deja a la temperatura ambiente durante 4 o 6 horas.

Nota: durante el proceso se puede agregar una anilina vegetal de  color amarillo.

Autor: Andrés Laguna Agudelo, Facilitador EDC , Valle del Cauca y Cauca. Correo
Editor: Katherine Vargas Gaitán, Periodista Editora. @KatheVargasg

Señor, ¿trajo bolsa?, -no señorita, -entonces, ¿va a pagar la bolsa de plástico?  Esta es la pregunta recurrente por estos días cuando llegamos al supermercado.

En muchos países, el cobro de las bolsas plásticas ha reducido el uso de las mismas y por ende ha disminuido el volumen de su producción. Pues es que el plástico en general se ha constituido en una verdadera plaga para la humanidad, nacemos plastificados.

A manera personal, pienso que la medida puede ser útil siempre y cuando nos concienticemos todos del aporte que estamos haciendo para mejorar las condiciones del planeta.

Pero el problema de fondo está latente, ya que el objetivo real no es el pagar por las bolsas que se requieran para empacar una compra en cualquier supermercado, el fin real sería, dejar de usarlas.

Es muy común observar actualmente que todo se empaca en plástico, es el caso de las frutas que se pelan y se empacan en bandejas de icopor (material altamente contaminante) y se recubren en plástico.

El uso de todo este tipo de material se volvió un vicio, no solo en lo particular sino en lo comercial y lo industrial, sin importar todos esos daños colaterales que vienen asociados; solo importa la necesidad de obtener más clientes y mejores ganancias para incrementar sus ansias desmedidas de dinero; es que esto es diversificar y captar clientes sin importar los efectos ambientales dañinos. Solo manda el dinero y nada más…

Es sorprendente la cantidad de plástico que va a los rellenos sanitarios diariamente, pero también los vemos disgregados o tirados en las calles o en cualquier sitio donde hace presencia el ser humano, porque lo único que importa es deshacernos de esta basura en cualquier lugar sin importar las consecuencias.

Según un artículo de Science, a los océanos llegan cada año al menos 12.5 millones de toneladas de plástico, provenientes de los 192  países con costas que generan 275 millones de toneladas de desperdicios de plástico, cerca del 11% de la basura generada. A este ritmo de generación de basura y de degradación sin freno nos quedaremos sin mares. Si  tendremos mares, pero no los que necesitamos y queremos. ¡Tendremos mares de basura!

El año pasado se fabricaba un promedio de 40 kilos de plástico por cada uno de los siete mil millones de personas que habitamos el planeta, suficientes para envolver la tierra varias veces, una cifra realmente alarmante.

Entonces, ¿será que pagar por el uso de las bolsas en nuestras compras es una solución?  O ¿será que el cobro de las bolsas les generará un gran ahorro a estas empresas, para seguir empacando en plástico la mayor cantidad de productos?

Autor: Luis Fernando Moreno Gallego, Facilitador EDC – Antioquia.
Editor: Katherine Vargas Gaitán, Periodista Editora. @KatheVargasg