sábado, junio 21, 2025
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Estados Unidos prohibiría fondos para fumigaciones aéreas en Colombia

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De acuerdo con la organización ecologista internacional  Greenpeace, el glifosato es un herbicida que se comercializó por primera vez en 1970 por Monsanto, y desde entonces miles de toneladas de este producto tóxico han afectado a todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud – OMS lo clasifica como probablemente cancerígeno para los seres humanos, además de ser una de las causas de pérdida de biodiversidad. 

Por dicha situación y teniendo en cuenta la urgencia de tomar medidas ante la crisis ambiental, la congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez perteneciente al Partido Demócrata norteamericano, propuso unas enmiendas en las que se prohíbe el envío de fondos desde este país para las fumigaciones aéreas en Colombia, además de exigir la elaboración de un informe del Departamento de Estado y de Defensa sobre Derechos Humanos.

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La propuesta fue aprobada por la Cámara de Representantes estadounidense en el marco del Acto de Autorizaciones para la Defensa Nacional – NDAA, que tiene el propósito de establecer los gastos que en materia de defensa y seguridad hace este país. Sin embargo, cabe mencionar que para que el proyecto se convierta en ley el Senado de Estados Unidos debe avalar y empatar con su propio NDAA. 

¿Que implica para la lucha contra las drogas de Colombia?

Pese a que el Gobierno Nacional defiende las fumigaciones con glifosato, el informe La experiencia de Colombia en materia de política de drogas en la última década, elaborado por el grupo de organizaciones Acciones para el Cambio; refiere 10 puntos de análisis que revelan en general los fallos históricos de cara a este tema. 

Por ejemplo, respecto al objetivo de eliminar o reducir la demanda de sustancias, el Ministerio de Salud registró que el consumo de sustancias psicoactivas y psicotrópicas aumentó de 1,6% en 1996 a 2,7% en 2008 y a 3,6% en 2013. Además, ha habido un aumento en la resiembra de hectáreas de coca que habían sido erradicadas. En 2018, de las 80.571 hectáreas erradicadas al menos 28.199 fueron nuevamente sembradas.

Otro dato alarmante de la investigación es que hay una estrecha relación entre la pobreza y las zonas con mayor cantidad de cultivos ilícitos en el país. Los departamentos con indicadores más altos de pobreza multidimensional suelen coincidir con los que tienen cultivos de coca en su territorio, entre los que se encuentran  Guaviare, Caquetá, Cauca, Chocó, Norte de Santander.

Lo anterior funciona como un llamado a reestructurar una nueva política de lucha contra las drogas que sea pertinente y justa con las condiciones de la sociedad civil colombiana, y que respete los derechos humanos que las aspersiones aéreas vulnerar como el derecho a la vida, a la alimentación y a un medio ambiente sano. 

 

Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora. 

Carta del campo: Creer en la educación para la reincorporación

Reina Esperanza Arias Calderón nació el 11 de febrero de 1986 en Belén de los Andaquíes, un pequeño municipio de Caquetá. No tuvo muchas comodidades y no conoce realmente a su familia completa debido que desde muy niña estuvo  sola con su padre, quien tomó el papel de mamá y papá. 

“Él sufría mucho conmigo porque tenía que trabajar y cuidarme, después de mis 10 años mi vida tuvo un gran giro, pero no a mi favor, ya que mi padre consiguió una esposa que lamentablemente me maltrataba demasiado, pero por miedo a ella nunca le dije nada a mi padre.

A los pocos meses me llevaron a vivir a Bogotá, pero duramos muy poco porque lograron conseguir una finca en una vereda llamada Caño Limón del departamento de Arauca, donde conocí a unos milicianos quienes me empezaron a contar cómo era la vida en la guerrilla de las FARC” cuenta Reina. 

Cuando tenía 12 años decidió encaminarse en las montañas araucanas e ingresar en agosto de 1998 a la columna móvil Alonso Castellano. Allí participó de un curso de 2 meses para después tener diferentes capacitaciones. Al transcurrir de tiempo se empezaron las negociaciones del Gobierno colombiano y las FARC.

“Apenas empezando las negociaciones me enviaron a Venezuela a estudiar 2 años y  cuando regresé ya se había firmado el Acuerdo de Paz, se había hecho el desarme y pues en ese mismo tiempo conocí a un ser maravilloso que actualmente es mi esposo, con el que tomamos la decisión de salir de las ETCR donde nos encontrábamos y salir a trabajar juntos y empezar nuestras vidas desde cero.

“Hace 2 años llegamos a San Vicente del Caguán donde actualmente vivimos, y en un campamento feminista nos encontramos por casualidad con una compañera excombatiente que trabaja como facilitadora del proyecto MIA, de Escuelas Digitales Campesinas. Me habló del   proyecto y me interesé en él, así que me inscribí para que me enseñara a manejar las plataformas donde actualmente termine el curso de Mi proyecto de vida en el campo”.

Quiero resaltar en mi rol como facilitadora educativa, que Reina Esperanza es una mujer muy responsable y dedicada con los cursos, siempre con disposición de seguir aprendiendo junto a este proyecto que llegó a Caquetá gracias al Fondo Europeo para la Paz, y que es implementado por Acción Cultural Popular – ACPO.

Por: Diana Marcela Marín. Facilitadora educativa del proyecto MIA.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

Cultivos de café no requieren tanto cloro

Así lo estableció el ingeniero agrónomo Jorge Luis Arteta, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, quien explica que, particularmente en Colombia, la mejor manera que encuentran los agricultores para corregir la acidez del suelo y suplir los requerimientos de nitrógeno, fósforo y potasio, entre otros elementos en sus cultivos, es con fertilizantes minerales, por encima de los químicos como el amonio (compuesto por amoniaco NH3) o la urea (amonio con dióxido de carbono).

En el caso de la producción de café, los cultivadores recurren a fertilizantes con cloruro de potasio por ser el más económico del mercado, pese a que contiene 45 % de cloro.

En el estudio, adelantado en la finca Lusitania de la vereda El Mesón, en el municipio de Garzón (Huila) con el apoyo de la empresa Yara Colombia, el magíster evaluó durante tres años el efecto de aplicar dichas dosis de cloro en aspectos como la absorción de nutrientes del grano después de floración hasta la cosecha, la productividad y calidad física, sensorial de la taza y la composición bioquímica de los granos verdes antes de ser tostados.

El investigador explica que el papel clave del potasio como fertilizante se relaciona con el metabolismo de las plantas, pues ayuda a mejorar la fotosíntesis, la función de las enzimas y el transporte de azúcar, proteínas y almidón.

“De ahí, las plantas de café arábico se sometieron a cinco tratamientos de reducción de cloruros mediante aplicaciones con cuatro repeticiones, así: el primero a 100 %, el segundo a 75 % de cloruros, el tercero a 50 %, el cuarto con 25 % de cloruro y uno sin aplicaciones”.

Las plantas desarrollaron todo su proceso de crecimiento, floración y cosecha; cuando los frutos estaban en óptimas condiciones para su recolección, se escogían algunos a medida que crecían para ver cómo absorbían los elementos según los tratamientos. “Recogimos primero a los 30 días, luego a los 60, después a los 90, y así sucesivamente hasta que el fruto estuvo maduro, que es entre 240 y 280 días”, explica el magíster.

Después de dos años, el investigador halló que al reducir el 25 % de aporte de cloruros en los programas de fertilización se obtuvo un mayor consumo de potasio, nitrógeno, calcio y magnesio –nutrientes importantes en el grano–, además de una mejor respuesta productiva. Específicamente aplicó 189 kg de potasio, 22 kg de azufre y 129 kg de cloruro, para reducir su uso en un 25 %.

“El café utiliza el cloruro como micronutriente, e incluso cuando no se aplica este elemento en los fertilizantes, la planta igual necesitaba absorberlo y concentrarlo en sus frutos”, el afirma tesista.

Señala además que al reducir esa cantidad de cloruro hubo mayor eficiencia de nitrógeno como macronutriente del café. “Si la planta aprovecha mejor el nitrógeno que se le aplique, el caficultor tendrá un ahorro monetario, para porque si él aplica solo 100 kg de nitrógeno, la planta de café será mucho más eficiente y contaminará mucho menos la atmósfera y el medioambiente”. Por último, comprobó que el café arábico sigue siendo productivo, de calidad y origen suave –como se caracteriza el café colombiano– al absorber sus nutrientes en los diferentes tratamientos aplicados.

El magíster concluye que la producción caficultora debe tener en cuenta los tiempos específicos para aplicar los elementos o nutrientes que aportan al café, es decir que “no siempre necesita todos los nutrientes en las mismas dosis, con las mismas fuentes y en un solo momento. Por ejemplo, se requiere el calcio, pero en gran parte en la etapa de prefloración y los primeros 30 días; el magnesio se requiere a los 120 días, etc.”

Por: Agencia de Noticias UNIMEDIOS.

Software calcula cantidad ideal de fertilizantes en cultivos

El programa, desarrollado de manera autodidacta por Daniela Rayo Álvarez, estudiante de la Maestría en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, se constituye en una herramienta tecnológica que coadyuva en la interpretación de análisis físicos y químicos del suelo para lograr una fertilización óptima y adecuada.

Fertirayo trabaja con un servidor de bases de datos que permite actualizar, agregar y modificar datos objetivos de las fincas de cultivos en cualquier momento. Esto con el fin de mejorar la asignación del fertilizante a la planta, entregar las cantidades necesarias y ver los valores nutricionales más adecuados.

“Por ejemplo, cuando el suelo es ácido y necesita ser encalado, antes de aplicar el fertilizante se deben hacer los cálculos respectivos en relación con el poder neutralizante de las fuentes de carbonato de calcio. Entonces, Fertirayo hace los ajustes correspondientes. Si solo se aplica lo adecuado para el suelo y la planta, se beneficiaría también el bolsillo del agricultor, pues así podría saber cuántas toneladas de cal comprar”, señala la investigadora.

El programa pretende contemplar seis módulos: análisis de suelos, necesidad de fertilización (química o de síntesis, orgánica, o la combinación de las dos, ya sea en forma granular, líquido o soluble), características edafoclimáticas (de suelo y clima) de la zona de estudio, base de datos de cultivos, análisis de aguas y herramientas e informes.

Tanto en cultivos de hortalizas como de frutales y pasturas, el técnico o ingeniero podrá diligenciar en el sistema el nombre de la finca, ubicación, perfiles de los propietarios o encargados, ficha técnica de los lotes o hectáreas, la fenología (ciclo biológico) del cultivo, su ciclo productivo, rendimientos y requerimientos críticos de nutrientes en el suelo, entre otros.

Sistema probado

Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, la investigadora se propuso aprender sobre programación de manera autodidacta y creó este programa desde Visual Basic y se lo mostró al equipo de dirección: el fitomejorador Sanín Ortiz Grisales, el ingeniero de sistemas José Reinel Uribe Ceballos, y el ingeniero agrícola Robert Rodríguez, quienes apoyaron su creación. A partir de ese momento comenzó el desarrollo en firme de Fertirayo.

“En la mayoría de las fincas, los agricultores usan indiscriminadamente los fertilizantes sin tener en cuenta el respaldo de un análisis físico y químico del suelo. Además, el abandono del Estado al pequeño y mediano agricultor no permite planificar el uso racional de los fertilizantes”, explica la estudiante.

Agrega que el sistema ha sido probado con 113 análisis de fincas del Cauca, en los municipios de Morales, Piendamó, Timbío y Cajibío, y en el Valle del Cauca, en el municipio de Palmira. Las primeras pruebas funcionales y no funcionales del prototipo confirmaron que “el software opera sin problemas y proporciona confiabilidad, seguridad, amigabilidad y facilidad de uso”.

Fertilizantes de alto costo

En el establecimiento de nuevos cultivos, los fertilizantes representan casi el 40 % del costo de la operación. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en Colombia se aplican 392,5 kilogramos de fertilizantes más que en otros países de Latinoamérica, lo que sin duda es un despilfarro con daño ambiental.

Por lo tanto, este programa le permitiría al agricultor optimizar costos, tiempo, eficiencia y aumentar el rendimiento de los cultivos con proyecciones a gran escala, pues “muchos técnicos no tenemos esa herramienta que ayuda a optimizar tiempo, porque una interpretación de un análisis de suelos bien elaborada se hace con una dedicación de tiempo exclusivo de uno a dos días, teniendo en cuenta si solo se va a analizar un cultivo, dos o tres”, menciona la estudiante.

Además sería un apoyo que le apunte a cuidar y preservar los suelos sin abusar de los fertilizantes y los químicos que pueden degradarlo a largo plazo. Fertirayo estaría disponible a principios de 2022 tanto para dispositivos móviles (tabletssmartphones, etc.) como para computadores.

Por: Agencia de Noticias UNIMEDIOS.

#Opinión: Una feria de vanidades

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Ni libros ni medallas, que no les confundan. En Colombia no hay lugar para ferias, aunque se sigan dando. Hoy imperan las balas, las que su policía dispara contra la población por ejercer su derecho a la protesta, y las monedas, las que el propio presidente se ha dedicado para que su imagen quede grabada en algún sitio más allá de en los anales de la estulticia.

A este aprendiz de político, que sigue los dictados de su maestro, lo que le importa es figurar, que hablen de él aunque sea mal. Por eso se dedicó a presentador de televisión, a exprimir la economía con sus promesas naranjas y a formar parte de la numismática nacional. Revisen lo bien que lo retrata Matador en sus viñetas.

No deberíamos equivocar el objetivo de las manifestaciones, o al menos no dejar como diana solamente al presidente colombiano. Habría que preguntarse de quién ha sido la idea de concederle una condecoración española al gobernante más inútil de la historia del país. Pero también, de quién ha partido, en estos tristes tiempos que corren, nombrar a Colombia como país invitado de la Feria del Libro de Madrid. Sin ir más lejos, acaba de vetar al periodista y escritor Daniel Samper Ospina impidiéndole participar en un programa de televisión en el que el gobernante iba a someterse a las preguntas de los medios.

Durante el gobierno de este señor, al que el Estado español condecora y recibe con honores, se han sucedido cientos de asesinatos de líderes sociales (Indepaz reporta 116 solamente en lo que va de año), que en muchos casos también eran defensores ambientales de esa diversidad y vitalidad que aparece en el logo de la Feria; se han producido numerosas masacres, que el “insigne” presidente ha cambiado por el eufemismo de homicidios colectivos; se han reprimido con violencia, mucha más de la habitual y con participación de civiles disparando a sus paisanas y paisanos, las manifestaciones populares para reclamar paz, trabajo y dignidad.

Se han incumplido los acuerdos de La Habana que terminaron con los enfrentamientos con la guerrilla de las FARC-EP, que, a pesar de haber abandonado las armas, sigue poniendo una parte importante de los muertos; se ha negado a reconocer púbicamente, y a ponerle algún remedio, a algo que la mayoría ya sabía pero que los gobernantes no querían saber, que fueron seis mil cuatrocientos dos los falsos positivos, personas asesinadas y  presentadas como bajas en combate, entre 2002 y 2008.

Y se han seguido dando los mismos o más casos de corrupción de siempre, el último el protagonizado por la ya exministra de las TIC que ha hecho desaparecer 70 mil millones de pesos (aproximadamente 15 millones de euros al cambio actual) que deberían haber servido para llevar conectividad a las áreas rurales, mayoría todavía en el territorio, en las que niñas y niños no tienen acceso a internet (por cierto, la susodicha no se merece que su apellido se convierta en verbo, aunque sea para recordarnos que ha robado). Y podríamos seguir enumerando.

Por suerte, la creatividad y el arte colombianos, no sólo su literatura, también su cine, su fotografía, su teatro, su música, su pintura y su escultura, están muy por encima de sus políticos y las políticas que practican, de sus legisladores y sus inacciones y de sus jueces y sus sentencias. Pero si el Gobierno colombiano invita a la Feria de Madrid a autoras y autores “neutros”, que otros organismos en el Estado español (ya sean organizaciones sociales, partidos políticos o editoriales) inviten al personal crítico para hacer contrapeso. No solamente o las y los conocidos, sino a toda una pléyade de jóvenes, y no tanto, que llenan la producción literaria, las salas de exposiciones, los teatros y los múltiples festivales al parque y a las calles que se dan en todo el país.

Si es el Gobierno español el que le premia, habría que sancionarle por anteponer los posibles beneficios económicos a la defensa de los derechos humanos y las libertades públicas. Claro, porque detrás de esa medalla debe haber un montón de intereses comerciales para que los buitres empresariales españoles “invadan” económicamente el país andino y echen a los cóndores de allá, a pesar de las muchas águilas negras que sobrevuelan el cielo colombiano.

Creo que es a todas luces injustificable el reconocimiento ofrecido al presidente de Colombia, tanto el de carácter político dado por el Gobierno español como el premio literario que supone que un presidente censurador represente a su país en la Feria del Libro de Madrid.

*Esta nota periodística no representa la postura de Acción Cultural Popular – ACPO organización dueña de la marca registrada Periódico El Campesino y elcampesino.co. Con ello, tampoco compromete a la organización ni al periódico en los análisis realizados, las cifras retomadas, los entrevistados que aparecen, entre otros. 

 

Por: Ignacio «Iñaki» Chaves – Consejo Editorial El Campesino.

Redes micorrizas, la forma en que las plantas se comunican entre sí

Desde tiempos ancestrales los pueblos originarios del mundo han creído en la comunicación del humano con la naturaleza y de la naturaleza consigo misma, lo que les ha permitido entablar relaciones de respeto y agradecimiento con todas las formas de vida. Sin embargo, no fue hasta hace más de dos décadas que se demostró científicamente que las plantas se comunican entre sí.

A partir de un estudio realizado en 1997 por Suzanne Simard, científica en la Universidad de Columbia Británica en Canadá, se confirmó la interacción existente entre las especies vegetales de los bosques, ecosistemas que  funcionan como una gran red que permite principalmente el intercambio de nutrientes.

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Este complejo sistema se conoce como redes de micorrizas, que son asociaciones de ayuda mutua entre hongos y raíces; por las que viajan nutrientes, agua y carbono de una planta a otra siempre que estén conectadas. Además, gracias a otras investigaciones se descubrió que este intercambio no solo es entre plantas de la misma especie sino con otros ejemplares que necesiten de este apoyo natural.

Así mismo, se encontró que las especies vegetales también pueden recibir estímulos a través de sus hojas, que les permiten detectar compuestos orgánicos volátiles y transmitir señales que pueden llegar a manifestaciones de cambios genéticos de adaptabilidad o supervivencia.

Cabe resaltar que respecto a estas redes comunicativas los árboles longevos son los que más conexiones presentan. Por lo que la tala indiscriminada de bosques representa una amenaza no solo para la diversidad vegetal de los distintos países sino para el correcto desarrollo y conservación de la vida.

Por: Karina Porras Niño. Periodista.

Carta del campo: Mujeres resilientes por el progreso colombiano

Rubiela Julio es una lideresa desplazada por los grupos armados de Yopal, Casanare, que por aquellos desajustes sociales en Colombia, llegó a Riosucio, Chocó a más de 800 kilómetros de distancia de su tierra natal.

Esta lideresa conoció el proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA financiado por el Fondo Europeo para la paz e implementado por Acción Cultural Popular – ACPO, y después de realizar varios de los cursos de las Escuelas Digitales Campesinas, se vinculó al Club de Líderes de ACPO.

Con mucha alegría Rubiela cuenta “me estaba desanimando en las clases pero el Club de Lideres me despertó la chispita nuevamente, me siento en mi territorio y las cosas que aprendo las estoy compartiendo con mis compañeras de Casanare y Chocó y me siento útil”.

Ante la pregunta de cuáles son sus planes a futuro, afirma que pese a que la Unidad Víctimas retiró el esquema de seguridad con el que llegó al territorio chocoano “gracias a Dios a donde voy encuentro un  apoyo. Esta vez las Escuelas Digitales Campesinas y comenzó nuevamente mi lucha, voy a seguir trabajando por las mujeres que ha sido mi meta siempre, para que logren emprendimientos reales y que aprendan y vuelen solas haciendo que todas sus ideas e iniciativas se conviertan en realidad”.

Sobrepasando dificultades cotidianas, junto a otras mujeres ha logrado crear proyectos de piscicultura, gallinas, cultivos, entre otras apuestas que buscan mejorar la calidad de vida de estas emprendedoras. “Se crea un consejo comunitario de mujeres y todo mi trabajo comienza a crecer de una manera que no esperaba, tanto que fui nominada a la mujer del año, en representación de la mujer rural, donde ocupe el 3 lugar, fue un trabajo muy lindo”.

Fue tan importante el trabajo de Rubiela Julio, que llegó a la delegación de desplazados en la mesa de víctimas donde capacitaba y velaba por sus proyectos y beneficios. Además, perteneció al consejo departamental de paz de Casanare como consultora y capacitadora de personas privadas de la libertad.

Sin embargo, en ese lapso de tiempo desafortunadamente comenzaron las amenazas contra su vida y por ende la intranquilidad que esto genera para un ser humano, y más para una lideresa tan querida por la comunidad, lo que la hizo tomar la decisión de partir.

Hoy resaltamos a esta gran lideresa como ejemplo de resiliencia y vocación para las demás mujeres pertenecientes a las Escuelas Digitales Campesinas en Colombia, para que nunca dejen de luchar por sus propósitos de vida. 

 

Por: Miguel Ángel Arango Cifuentes. Facilitador educativo del proyecto MIA.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.






Plaza de Mercado Las Cruces: Un legado del campo en la ciudad

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En la zona centro de Bogotá, exactamente en la localidad de Santa Fe se encuentra uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad. Se trata de la Plaza de Mercado Las Cruces, ubicada en la calle 1 AF # 4 – 60 en el barrio que lleva el mismo nombre y que desde 1928 ha visto crecer a varias generaciones alimentándose con la frescura y la alegría de los productos que allí se comercializan.

Con una arquitectura antigua que parece contar las historias del ayer y un pavo real en la punta más alta de la construcción, símbolo de prosperidad y abundancia; las puertas de la plaza reciben de lunes a domingo desde las ocho de la mañana a aquellos que prefieren la cercanía y el despertar de emociones que mercar en la plaza produce.

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Son más de 19.000 las personas que habitan este barrio y sin embargo, la nostalgia invade los pasillos de la plaza, pues según comentan algunos comerciantes la llegada de los grandes almacenes ha dificultado las ventas. La cantidad de puestos es cada vez menor, pasando de 32 en los años 60 a menos de 20 en la actualidad. Un aspecto que no solo afecta a los pequeños productores cuyo negocio es su único sustento, sino la relación cada vez más lejana que existe entre la ciudad y el campo. 

«Con tanto viaje en camiones se encarece y se maltrata el plátano los frijoles, después no alcanza la plata.

Comprándole al campesino su gasto se le reduce y le queda más ganancia al que produce”

Relatos que nos invitan a volver a la plaza

En la sección de granos se encuentra uno de los vendedores más antiguos de la plaza, es don Jaime Borda, un hombre amable que desde 1955 atiende el negocio que tanto esfuerzo le ha costado. “Mi papá me enseñó a trabajar y le ayudé desde que era un niño”, comenta con serenidad mientras atiende a los clientes que lo saludan por su nombre.

Los ojos aguados resaltan cuando recuerda cómo era la plaza en sus inicios “no había tiempo para recibir pedidos ni distraerse, solo para atender a las filas de clientes que llegaban”. Reconociendo las dificultades que se presentan, don Jaime sonriendo hace un llamado para que jóvenes y adultos recurran  a este emblemático lugar.

Ubicada en el centro de la plaza, doña Nubia Lota ofrece con singularidad las frutas y verduras frescas que conforman su negocio, además alegra el ambiente de la plaza con la música que pone en una esquina de su local. “La placita es mi segundo hogar”, dice mientras sonríe con mucha ternura, pues son 45 años los que lleva trabajando allí y muchos de esos años al lado de sus padres.

Con productos provenientes de municipios aledaños a Bogotá, esta mujer mantiene fuerte la esperanza de que la plaza se recupere “los clientes son casi familia, los he atendido casi toda la vida”. Por eso ahora hace domicilios, para seguir apoyando indirectamente a los pequeños productores que trabajan el campo. Una enseñanza que aprendió de sus padres cuando vendían en ese mismo lugar papa y hierbas.

Desde los cultivos de Choachí, Cundinamarca llegan a la plaza los tipos de papa más vendidos en el país, “tocarreña, sabanera, única, R12, superior y la pastusa que es la más querida por la gente porque sirve para todo”. Así lo afirma don Orlando Peña, un hombre emprendedor que desde su niñez cultivo papa y que hace 30 años la ofrece a precios justos y con ñapa a los clientes de la plaza.

Asegura que lo más importante es el cariño con que se trata a la gente, que no se puede olvidar la relación amena para que la plaza se recupere. En su negocio la papa está ordenada y escogida, “lista para lo que el cliente la vaya utilizar, le recomiendo la mejor según lo que quiera cocinar”. Una asesoría que en otros lados no se consigue y que hacen de la visita a la plaza un aprendizaje constante.

“No vaya lejos por papas si las cultiva el vecino, vaya a comprarlas cerquita en el mercado campesino.

Pa’ que tanto intermediario si está cerca el productor, cómprele di’una al vecino que cultiva con amor”

Artículo por: Karina Porras. Periodista.
Fotografías por: Lina María Serna. Periodista – Editora.

135 animales silvestres regresaron a su hábitat natural en el Cesar

En aras de proteger y conservar la fauna silvestre la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, y la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, liberaron 135 especímenes de fauna silvestres en tres ecosistemas del departamento del Cesar. 

En esta ocasión la reubicación y liberación de estos animales (después de un proceso de rehabilitación clínico veterinario y biológico por parte del Centro de Atención y Valoración de Cortolima) se realizó en los municipios de Valledupar, Manaure y Pelaya, lugares que por sus características ecosistémicas son aptos para el desarrollo silvestre de estas especies. 

Al respecto, la subdirectora  general del Área de Planeación de Corpocesar, Adriana García, señaló con beneplácito el trabajo interinstitucional de las dos corporaciones para los procesos de liberación de fauna. “Es muy importante el apoyo entre las dos entidades porque se ve el esfuerzo mancomunado para recuperar nuestro ambiente”, enfatizó la funcionaria.

Durante la jornada conjunta entre las Corporaciones Autónomas Regionales, CAR, del Cesar y Tolima, así como las comunidades, se reincorporaron a su hábitat: 34 tortugas morrocoy (Chelonoidis carbonarius), dos guacamayas azul-amarilla (Ara ararauna), dos guacamayas rojas o bandera (Ara macao), un armadillo cola de trapo (Cabassous centralis), tres lechuzas (Tyto alba), un búho orejudo (Asio stygius), 90 ejemplares de tortugas hicotea Trachemys venusta callirostris (tortuga de orejas naranjas), un ejemplar de Kinosternon scorpioides (tortuga estuche) y una tortuga palmera (Rhinoclemmys melanosterna). 

Por su parte, el subdirector de Calidad Ambiental de Cortolima, Andrés Rodríguez, indicó que el éxito en el traslado de estos animales desde la ciudad de Ibagué hasta Valledupar se debe a la sinergia entre las dos CAR y el acompañamiento del personal especializado para el traslado de estos especímenes. “Esto es un avance muy importante para el medio ambiente. Desde Cortolima trabajamos en la búsqueda de proteger los recursos naturales y con Corpocesar lo estamos logrando”, precisó. 

Las autoridades destacaron que la vinculación de las comunidades a estas jornadas de liberación representa un significativo ejemplo de los esfuerzos que realizan las autoridades ambientales para resarcir el impacto del hombre a la fauna y flora silvestre. La actividad hizo parte del Plan de Reincorporación de Fauna y Flora Silvestre al medio natural pertenecientes al programa de control al tráfico ilegal en Colombia, con el que se busca reducir la tenencia y tráfico ilegal de especies silvestres en el territorio nacional y su internacionalización. 

Por: Oficina de Comunicaciones CORPOCESAR. 

Con educación se fortalecen las mujeres rurales de Caquetá

Desde hace unos meses las Escuelas Digitales Campesinas – EDC  llegaron a zona rural de Caquetá gracias al proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA, un proyecto que es financiado por el Fondo Europeo para la Paz, un mecanismo de cooperación de la Unión Europea enfocado en apoyar la construcción de paz en Colombia. 

Allí las participantes aprenden sobre cómo crear proyectos, herramientas informáticas, trabajo en equipo, entre otros conocimientos que son propicios para la comunidad campesina. En esta formación participa Natalia, una joven de 20 años que aprovecha todas las oportunidades que lleguen al departamento, pues acceder a una universidad resulta demasiado costoso en Colombia. 

“Mi nombre es Natalia Celeita Gonzales, desde mi niñez he vivido en el campo y estudié hasta el noveno grado en un colegio de Campo Hermoso, corregimiento ubicado en San Vicente del Caguán. Luego me desplace al municipio de Puerto Rico y continué estudiando el bachiller en el colegio Sagrado Corazón donde también estudié el técnico en manejo ambiental. 

Después volví al campo a casa de mis padres y pasados unos días entré a estudiar un técnico en agropecuaria y transformación de alimentos en la Ciudadela Juvenil Don bosco en San Vicente del Caguán, donde estudiaba 15 días interna y 15 estaba en la finca, ahí fue donde conocí los cursos de Escuelas Digitales Campesinas, al principio me pareció aburrido porque tenía que leer mucho, pero luego viendo los temas que allí se dictaban me interese cada día más, ya que son muy importantes para crecer como personas y ayudar a la comunidad”. Cuenta esta caqueteña. 

Nuevamente se ha unido a las EDC gracias al proyecto MIA y participa activamente de los cursos, en este caso aprovechando todas las opciones de cursos que puede hacer en esta plataforma y contando con la guía de la facilitadora educativa del proyecto. Además de compartir con más compañeras del área rural y con mujeres en proceso de reincorporación; de esta forma no solo aprende de los cursos, sino también sobre experiencias en distintos aspectos.

Actualmente, Natalia avanza en el curso de  medio ambiente, que aborda temas como manejo de residuos,  protección ambiental y aprovechamiento sostenible de los recursos. Afirmando que “siendo líder o no, comprender cómo poder cultivar utilizando objetos reciclados en el suelo o paseras, entre otras cosas, ha fortalecido mis conocimientos y puedo aplicarlos en todo lo que hago diariamente”. 

Esta mujer rural seguirá trabajando de la mano del proyecto MIA para formarse y certificarse, del mismo modo en apoyar a sus compañeras que también hacen parte de este proceso educativo que llega gracias al Fondo Europeo para la Paz y que tiene el objetivo de fortalecer a la mujer rural y a la mujer en proceso de reincorporación, todas las mujeres trabajando por la paz en Colombia. 

Por: Diana Marcela Marín. Facilitadora educativa del proyecto MIA.

Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

 

 

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