En las mágicas tierras del departamento de Putumayo, conocido principalmente por las tradiciones y visiones ancestrales que aún se conservan en los resguardos indígenas que el territorio alberga, pueblos como los Kamëntsá y los Inga motivaron a los hermanos Palchukán originarios del Valle de Sibundoy a conformar una agrupación musical para fortalecer la herencia indígena.
Conocidos como Lamento Andino desde 1985 y con los grupos latinoamericanos de la época como maestros, han manifestado a lo largo de su carrera el potencial artístico y sabedor que más adelante consolidaron como Grupo Putumayo.
A partir de las fiestas, cantos, sonidos e instrumentos autóctonos de los pueblos asentados en Putumayo el grupo ha trabajado por preservar la cultura indígena a través de la magia reflejada en cada una de sus canciones.
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Teniendo en cuenta las sensaciones que despierta esta música en la que se recrean melodías de la selva, aires colombianos y sonidos andinos el grupo encontró en el pintor, escultor y escritor colombiano Alfredo Vivero la forma pictórica de manifestar las melodías. Esto gracias a un trabajo conjunto de investigación sobre la simbología y cultura indígena del Putumayo.
Por medio de la utilización de distintos instrumentos, la ritualidad en la composición de las piezas y las enseñanzas que llevan cada una de ellas la agrupación hace un llamado en producciones como tierra de amores, azul y madre selva a reconocer el valor de los pueblos indígenas y rescatar las visiones ancestrales y conscientes respecto a la naturaleza y la vida.
Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.