sábado, noviembre 23, 2024
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Francisco Vera Manzanares, una joven voz en favor de la naturaleza

Resaltamos la labor de uno de los ambientalistas más jóvenes de Colombia y Latinoamérica. Con tan solo 12 años, Francisco ha participado en diversos espacios nacionales e internacionales para hacer un llamado a trabajar en defensa del planeta.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas – ONU, cada tres segundos el mundo pierde una superficie de bosque equivalente a un campo de fútbol, y  tan solo en el último siglo, hemos destruido la mitad de nuestros humedales. Así mismo, el 50% de los arrecifes de coral ya se han perdido y para 2050 podrían desaparecer hasta el 90% de estos ecosistemas.

Colombia es considerado el segundo país más biodiverso del mundo, pues alberga miles de especies de fauna y flora que mantienen el equilibrio ecosistémico y la permanencia de la vida. Sin embargo, más de 50.000 especies están en peligro de extinción y solo en 2019 158.894 hectáreas de bosque fueron deforestadas.

Un llamado a la acción en favor de la vida

Francisco Javier  Vera Manzanares, es un activista ambiental de 12 años nacido en Bogotá pero fiel a sus raíces rurales de Villeta, Cundinamarca. Municipio en el que vive desde los 2 años y al cual se refiere desde el aprecio y agradecimiento; pues lo considera su ecosistema favorito y el lugar donde se conectó con la naturaleza y todas sus formas.

Desde hace más de 5 años, enfoca sus acciones en la defensa del medio ambiente y ha participado en diversos escenarios nacionales e internacionales  para hacer un llamado sobre la urgencia de cuidar el planeta. Espacios como el Congreso de la República fueron los primeros testigos del potente discurso en voz de una persona muy joven, pero muy comprometida. Lo que lo ha llevado a convertirse en Embajador de Buena Voluntad de la Unión Europea. 

Con gran seguridad y ante la pregunta de cómo nace su amor por esta causa, Francisco asegura que “estar rodeado de la naturaleza influyó bastante, creo que de lo que uno se rodea, así es como uno piensa. Entonces eres lo que amas y amas lo que conoces, y yo conozco mi territorio que no sólo es paisaje, son unos sonidos, una cultura y una historia”. 

Afirmación que resulta bastante interesante para pensar en posibles caminos que permitan recuperar los saberes ancestrales que unían al hombre con la Tierra. Por su parte, ya tiene claro que “independientemente de lo que estudie podría ser político para incentivar un cambio en lo que hago actualmente, que es el medio ambiente. Porque sabemos que los políticos son los que escriben las leyes y los decretos que influyen en las políticas ambientales”.

“Los gobiernos que no toman acciones por el ambiente también se podrían definir como gobiernos negacionistas del cambio climático. Tienen en cuenta su beneficio y sus ganancias, pero realmente perderán muchos más si no le ponen atención a la situación actual con refugiados climáticos, huracanes o  derretimiento de los polos”. Manifestó, reconociendo el rol fundamental de los gobernantes para recuperar el medio ambiente.

Los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, y las malas prácticas humanas guiadas por la industrialización aceleran dichos efectos. Según diversas investigaciones, el momento de actuar es ahora si se quieren evitar daños irreversibles.

Desde lo individual podemos aportar con acciones como el ahorro de agua y luz, generando menos basura, evitando el uso de plástico, reciclado, y promoviendo contenidos y espacios que generen conciencia ambiental. También, podemos apoyar organizaciones y proyectos que trabajan por la defensa de la naturaleza.

Como es el caso de Guardianes por la Vida, un movimiento ambiental inicialmente conformado por 6 niños que junto a Francisco se tomaron varios espacios para alzar sus voces y ejercer su ciudadanía. Actualmente, más de 200 niños y niñas hacen parte de este proyecto que busca la participación e incidencia de la generación más joven.

“Es importante conversar sobre el papel de las empresas y los ciudadanos, y ahí es donde entra ese cambio del sistema económico y social. Los ciudadanos podemos cambiar desde lo cotidiano, aunque las empresas pueden cambiar a mayor escala porque son las que deciden cuales son sus modelos sostenibles o no sostenibles, si buscan la neutralidad del carbono o si buscan acabar con el plástico” expresó Francisco.

La lucha contra el cambio climático implica el reconocimiento de la naturaleza como algo más que un recurso; la defensa de las comunidades campesinas, indígenas y afro que cuidan el territorio y labran la tierra de manera respetuosa por la soberanía y la seguridad alimentaria; y finalmente, la veeduría de las acciones locales, nacionales e internacionales que se desarrollan en pro del planeta. 

Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.

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