Pensar hoy en escuelas como escenario de paz, es pensar en la vivencia, no solamente es una frase; en realidad es dar un sentido distinto a la manera en la que pensamos la educación y cómo reconocemos la necesidad de tener presente otros escenarios como la familia y la comunidad.
Por: Nelson Enrique Molina Sánchez
Practicante Fundación Universitaria Juan de Castellanos
Son muchas las razones por las cuales hoy día se habla de la paz en el mundo; teniendo en cuenta que las condiciones de violencia, conflicto y guerra han atravesado la vida de muchas generaciones.
En nuestro país, se lleva a cuestas un conflicto armado de más de cuatro décadas que ha afectado la estabilidad social y económica, donde los más afectados han sido las familias de más bajos recursos. En ese sentido, las actuales condiciones que representa el proceso de paz, las problemáticas sociales, el conflicto, las diferentes formas de violencia que persisten en los distintos escenarios familiares, comunitarios, escolares, fortalecen la idea de construir escuelas de paz.
Las escuelas como escenarios de paz, no son solo un concepto o un discurso de moda; es una vivencia cotidiana que se construye en el dialogo, en el respeto, en el reconocimiento mutuo, como actores sociales y que además trasciende las paredes de las escuelas y se vivencia en la familia, en la comunidad, en el trabajo y demás escenarios de interacción social.
En el año 2000, Naciones unidas proclamó la primera década del nuevo siglo como la “Década de Fomento de una cultura de la paz”, lo cual generaría en las escuelas, iniciativas que redujeran la violencia. De igual manera, el documento “Unicef va a la escuela para construir una cultura de la paz” se menciona la necesidad de trabajar desde la promoción y ejercicio de los derechos de niños, niñas y adolescentes, lo cual resultaría en el ejercicio de una ciudadanía responsable y consciente.
Sin embargo, en nuestro país aún falta fortalecer esos procesos, lo cual lleva a pensar en la necesidad de que maestros y demás actores movilicen iniciativas distintas que favorezcan la construcción de escuelas para la paz dirigidas principalmente a niños y niñas.
El momento por el cual pasa el país representa retos para las escuelas, para las familias, para la sociedad en general. Vale la pena preguntarnos si nuestro sistema educativo y estilo de vida llevan a la vivencia de la paz en las escuelas y demás escenarios sociales. Necesitamos mayor unión, lo cual es posible si se fortalecen y en realidad se generan políticas públicas, educativas, líderes que impulsen la idea de construir escuelas de paz.