Las grasas saturadas o también llamadas grasas malas no se deben incluir en la dieta de manera constante; sin embargo, el consumo esporádico de una pequeña cantidad de grasas saturadas en su dieta no será excesivamente perjudicial.
Por: Carlos Arturo Leiva
Facilitador proyecto Tabletas para Educar en el municipio de Guayatá y Sutatenza – Boyacá.
Cuando nos hablan de grasas saturadas probablemente no sabemos que significa y su incidencia en nuestro cuerpo. Comencemos entonces, por decir simplemente que las grasas saturadas son grasas malas que no debemos incluir en nuestra dieta diaria. Una pequeña cantidad no afecta nuestro cuerpo, pero en niveles elevados nos provoca el aumento del colesterol que hará que nos aparezcan esos gorditos indeseables inicialmente en el abdomen.
Son un número alto de alimentos los que poseen grasas saturadas: alimentos fritos, productos de pastelería, embutidos, etc. Por esto es importante reducir el consumo de estos alimentos para ayudar a bajar los niveles de colesterol y mejorar nuestra calidad de vida.
Los principales alimentos que contienen grasas saturadas son los derivados de los lácteos, como leche, yogurt, queso, mantequilla, seguido de los aceites como el de coco o de palma. Por último los encontramos en las proteínas animales como la manteca de cerdo, carne de vaca, pollo y cordero.
Una dieta saludable debe contener grasas buenas y no debe contener, excepto esporádicamente grasas saturadas. Una buena dieta para controlar y rebajar los niveles de colesterol, y así preservar la salud, debe de incluir cereales integrales, frutas y verduras, lácteos desgrasados, frutos secos y semillas, aceites vegetales no refinados, como el aceite de oliva virgen extra, legumbres, pescados sin grasa y cortes de carne magros, sin piel ni grasa, preferiblemente carnes blancas, como el pollo o el pavo. Tanto el pescado o la carne deben de cocinarse al horno, o a la plancha, para evitar las grasas saturadas.
