Día del Campesino, un día que debería ser celebrado durante todo el año como homenaje a la ardua labor de cada uno de las personas que con sus manos labran la tierra para darnos el sustento diario.
Por: Ing. Yenoval Daniel Cruz Alfonso
Día del campesino, máximo escenario para conseguir la paz, debería celebrarse en todos los municipios de Colombia cada día del año así como desde hace 46 años se ha venido realizando en distintas fechas como un reconocimiento a la labor y aporte de las comunidades campesinas del territorio colombiano.
La fecha oficial de esta conmemoración es el primer domingo del mes de junio,según el decreto 135 del 2 de febrero de 1965, firmado durante el gobierno de Guillermo León Valencia. Sin embargo, en varios municipios y ciudades del país esta celebración se extiende a todo junio e incluso, a otros meses del año.
Esta fecha se convierte en un momento histórico para fortalecer la identidad de los campesinos reconociendo a la vez, sus ricas prácticas culturales y su sabia relación con la naturaleza. Son las manos fuertes y ásperas de los trabajadores de la tierra los que delatan lo dispendioso de las labores del campo. Producto de estas manos son los alimentos que llegan a la mesa diariamente, y a pesar de esta labor, imprescindible para la subsistencia de la humanidad, hoy en día, se desconoce el valor de los campesinos y de su trabajo no solo para la despensa de alimentos del país si no como base de la tradición y del carácter de los colombianos.
El 23 de Julio de 1964 el Señor Augusto Franco, encargado de los asuntos campesinos de la Caja Agraria solicitó al gobierno nacional en manos del presidente Guillermo León Valencia establecer una fecha en la que todos los estamentos les rindieran un tributo al campo colombiano, petición que cobró forma y vida el 2 de febrero de 1965 mediante el Decreto 135 que señalaba que la Fiesta Nacional del Campesino se celebraría en todo el territorio colombiano, el primer domingo del mes de junio.
En la primera celebración tomaron parte 300 municipios del país y desde entonces se ha buscado que los estamentos reconozcan la trascendencia del trabajo rural y que se unan los esfuerzos de la empresa privada para crear programas que faciliten la labor en el campo», dice Franco.
Sin embargo, para los protagonistas su gran problema no es el día del Campesino en sí, ni su celebración, su atención tampoco se centra tanto en suplir sus necesidades mínimas.
Los labriegos solo desean que se les entregue una parcela y las herramientas más primarias para trabajarla y obtener de ella el beneficio que merecen.
Asimismo, campesinos de algunas regiones solicitan más garantías y colaboración para el hombre, la mujer y la vida rural.
De esta forma vemos como nuestros campesinos deberían ser tenidos más en cuenta tanto por cada uno de nosotros como consumidores de sus productos como por parte de las entidades correspondientes, no solamente un día al año sino permanentemente para mejorar su calidad de vida y brindarles mayores oportunidades de progreso.