Desde hace unos meses las Escuelas Digitales Campesinas – EDC llegaron a zona rural de Caquetá gracias al proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA, un proyecto que es financiado por el Fondo Europeo para la Paz, un mecanismo de cooperación de la Unión Europea enfocado en apoyar la construcción de paz en Colombia.
Allí las participantes aprenden sobre cómo crear proyectos, herramientas informáticas, trabajo en equipo, entre otros conocimientos que son propicios para la comunidad campesina. En esta formación participa Natalia, una joven de 20 años que aprovecha todas las oportunidades que lleguen al departamento, pues acceder a una universidad resulta demasiado costoso en Colombia.
“Mi nombre es Natalia Celeita Gonzales, desde mi niñez he vivido en el campo y estudié hasta el noveno grado en un colegio de Campo Hermoso, corregimiento ubicado en San Vicente del Caguán. Luego me desplace al municipio de Puerto Rico y continué estudiando el bachiller en el colegio Sagrado Corazón donde también estudié el técnico en manejo ambiental.
Después volví al campo a casa de mis padres y pasados unos días entré a estudiar un técnico en agropecuaria y transformación de alimentos en la Ciudadela Juvenil Don bosco en San Vicente del Caguán, donde estudiaba 15 días interna y 15 estaba en la finca, ahí fue donde conocí los cursos de Escuelas Digitales Campesinas, al principio me pareció aburrido porque tenía que leer mucho, pero luego viendo los temas que allí se dictaban me interese cada día más, ya que son muy importantes para crecer como personas y ayudar a la comunidad”. Cuenta esta caqueteña.
Nuevamente se ha unido a las EDC gracias al proyecto MIA y participa activamente de los cursos, en este caso aprovechando todas las opciones de cursos que puede hacer en esta plataforma y contando con la guía de la facilitadora educativa del proyecto. Además de compartir con más compañeras del área rural y con mujeres en proceso de reincorporación; de esta forma no solo aprende de los cursos, sino también sobre experiencias en distintos aspectos.
Actualmente, Natalia avanza en el curso de medio ambiente, que aborda temas como manejo de residuos, protección ambiental y aprovechamiento sostenible de los recursos. Afirmando que “siendo líder o no, comprender cómo poder cultivar utilizando objetos reciclados en el suelo o paseras, entre otras cosas, ha fortalecido mis conocimientos y puedo aplicarlos en todo lo que hago diariamente”.
Esta mujer rural seguirá trabajando de la mano del proyecto MIA para formarse y certificarse, del mismo modo en apoyar a sus compañeras que también hacen parte de este proceso educativo que llega gracias al Fondo Europeo para la Paz y que tiene el objetivo de fortalecer a la mujer rural y a la mujer en proceso de reincorporación, todas las mujeres trabajando por la paz en Colombia.
Por: Diana Marcela Marín. Facilitadora educativa del proyecto MIA.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.