El incremento en la oferta de productos agrícolas muestra que se han implementado las medidas propuestas para mejorar la nutrición de los colombianos.
El Departamento Nacional de Planeación (DNP), evaluó positivamente la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional. Para la entidad, el buen funcionamiento del proyecto significa un paso hacia adelante en la lucha contra el hambre. Uno de sus principales retos ahora es reorientar sus acciones y recomendaciones hacia un eventual posconflicto.
Los buenos resultados se han dado a partir del trabajo articulado por la Comisión Intersectorial de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Cisan), que hace seguimiento a su implementación y reúne a 10 entidades del Gobierno. Es presidida por el Ministerio de Agricultura.
De la evaluación realizada por el DNP se destaca que, de las 89 comisiones existentes en el país, la CISAN es una de las pocas que funciona efectivamente. Ha presentado un trabajo constante de revisión, reuniéndose con frecuencia a través de diferentes mesas técnicas de trabajo. Allí se han debatido y concertado estrategias para mejorar la nutrición, que luego se han llevado a directivos para ser aprobadas e implementadas.
El trabajo de la Cisan está intrínsecamente ligado con la agricultura. Debe haber menos límites para acceder a los alimentos y mejorar los costos para acceder a los mismos en las mejores condiciones. Por esto ha sido importante también el aumento de hectáreas sembradas, que ya va en más de 185 mil en este año, según MinAgricultura.
Los retos que vienen son continuar fortaleciendo la oferta agrícola y mejorar las condiciones de los campesinos. La intención del ministerio es lograr que el país pueda abastecer con su propia producción al resto del país, asegurando calidad y buenos precios. Además, continuará en la búsqueda de reducir intermediarios para que el pequeño productor sea el mayor receptor de beneficios en la cadena productiva.