Causas de las bandas criminales en Colombia.
Por: Yaneht Díaz
Facilitadora de las EDC de Cundinamarca
Diariamente, al enfrentarnos con los medios de comunicación nos vemos bombardeados con la cantidad de crímenes que se ven en Colombia, juzgamos y adoptamos una posición confortable que resguarda nuestra opinión de critica ajena al problema; se oye de robo, muerte, violación y aun con más auge de bandas criminales que encierran lo anterior.
La creación de estos “clanes” se justifica con la ineficiencia que muestra el gobierno, se penaliza por el gobierno y se condena por el gobierno, pero el punto de origen verdaderamente se encierra en la base familiar que los integrantes de las bandas criminales tienen.
El clasificar las clases sociales es el punto de partida para dividir a la comunidad. Tener un mejor ingreso no exime la posibilidad de que un familiar o uno mismo este involucrado con una banda criminal, tanto la señora de servicios públicos como la doctora del hospital son seres humanos capaces de tomar decisiones que influenciarán definitivamente en su mundo para bien o para mal.
Los complejos que la gente vive son emanados, desde el momento de concepción hasta su muerte, y es la familia la encargada de orientar al individuo para que no haga parte de las bandas criminales, pero no solo la familia que está unida por sangre, sino también la familia unida por una nación, por una región o por un pueblo.
El mundo se pregunta constantemente ¿Por qué tanta maldad? Victimizando a las personas que han corrido con tan mala suerte viéndose en apuros frente a un acto de violencia, pero no voltean la cara de esa hoja y ven que tanto víctima como victimario están condenados hacer parte del ciclo del crimen.
¿Por qué tanta maldad? Y cuando se ve a un niño tirado en la calle se le huye por pensar que contagiará alguna enfermedad, cuando una señora desplazada pide ayuda se le ignora por su vestimenta, cuando algún minusválido pide trabajo se le rechaza por creerlo incapaz, pero en cambio contratan a gente de corbata que la mitad del tiempo toma agua en la oficina y la otra mitad va al baño; en cambio si una mujer elegante pide un favor se hace lo más rápido posible porque tal vez tenga un buen cargo y ayude; en cambio si hay un niño de cabello dorado con ojos azules se le abraza y pide una foto por culpa de los estereotipos que creo la sociedad. ¡En cambio sí ven a los jóvenes en bandas criminales, culpan a los papas de ellos sin saber siquiera si están vivos!
No podemos seguir juzgando a los jóvenes que hacen parte de estas bandas, cuando a un profesional recién graduado no se le da empleo por falta de experiencia, cuando le decimos a un menor de edad que no tome mientras se le manda por una paca de cerveza, porque solamente nos encontraremos en la posición inerte de espectadores.
Una rosa en medio de claveles pierde su olor y su encanto para tratar de ser parte del grupo, ¡Nunca lo será! Pero acabará su esencia e identidad, asimismo les pasa a estos jóvenes que hacen parte de las bandas criminales de nuestro país. Si no ayudamos a tiempo alguien más lo hará y muy seguramente influenciara de una manera diferente que no lo dañara solo a él, esto también nos afectara porque somos parte de la hermosa familia colombiana