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Así es como nació la primera fábrica textilera de Colombia en Samacá

Aunque a lo largo de los años se presentaron diversas problemáticas por la depresión económica y la competencia, siempre los samaqueses han aunado esfuerzos para sacar adelante un legado que no solo es del municipio sino también del país.

En el año de 1884, en el municipio de Samacá, a tan sólo 30 km de Tunja, nació la primera industria textil como efecto de la activa economía, producto de sus zonas carboníferas, una de las más ricas del departamento; así como también por su área agropecuaria, industrial y comercial que caracteriza este bello municipio.

La fábrica textilera nació como un intento de industrialización que se dio en el siglo XIX, por su capacidad de producción del carbón y el hierro, de allí la ferrería que dio inicio a la textilera que vio crecer varias generaciones de samaquenses con esfuerzos del departamento de Boyacá e inversionistas privados, comenzó a operar en 1889.

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En sus primeros años atravesó una fuerte crisis por situaciones del contexto nacional y mundial como la Guerra de los Mil Días, las inexistentes vías de acceso, entre otros factores que detuvieron en reiteradas oportunidades su producción. Es así que su patrimonio pasó a ser vendido a precios muy bajos y que al parecer fueron a parar en Medellín, para construir a la fábrica Coltejer.

Es así como renace en 1905 la Compañía de Samacá con nuevos inversionistas, y con el objetivo de sacar de las ruinas su infraestructura, para construir grandes espacios en los cuales poner en funcionamiento su maquinaria.

Gracias a esa visión, se alcanzó una producción de más de 2.800 metros de telas semanales. En enero de 1911 se comentaba que la textil consumía 5 toneladas mensuales de algodón y producía 9 mil metros de tela a la semana.

El auge de la textilera ubicó al municipio de Samacá como una prioridad para la construcción de vías de acceso; por lo que se más adelante se desatacó su participación en la Exposición Nacional de 1930. Luego, las industrias antioqueñas habían alcanzado grandes avances tecnológicos que la Compañía de Samacá no logró.

Luego, el 1 de noviembre de 1936 colapsó la represa El Rabanal, hecho que inundó la planta, por lo que se decretó un año de receso en los trabajos, y en 1964 se pasó a ser Intextil fabricando paños para billares, lonas y telas para colchones.

Aunque a lo largo de los años se presentaron diversas problemáticas por la depresión económica y la competencia, siempre los samaqueses han aunado esfuerzos para sacar adelante un legado que no solo es del municipio sino también del país, por todo lo que esta industria trajo en medio de la industrialización, abriendo puertas a grandes producciones de telas, pero también al progreso de un municipio que no solo se basa en la minería y agricultura.

La cultura, las historias, los legados y aprendizajes son la principal razón de tener hoy en día funcionando la textilera, aunque no como lo quisieran los samaquenses.

Por: Angie Katherine Castiblanco. Facilitadora educativa ACPO.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

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