El proyecto Pescado para el Desarrollo trabaja por darle a la juventud rural herramientas para que puedan construir un proyecto de vida que les permita mejorar su calidad de vida, la de su familia y su región.
Teniendo en cuenta que en el núcleo familiar los jóvenes adquieren determinados valores, el proyecto busca la participación activa de los padres o acudientes por medio de actividades como las convivencias.
Un espacio donde padres e hijos trabajaron unidos para fortalecer su comunicación y respeto, y que de acuerdo a lo que afirmaron, son escenarios de gran importancia para la expresión de emociones y la búsqueda de herramientas para la resolución de conflictos.
Hay que recordar que el 23 de julio del 2020 el Gobierno sancionó la ley 2025 que establece los lineamientos para implementar escuelas para padres, madres y cuidadores en las instituciones educativas de todo el país, la cual señala obligatoriedad de la familia para acompañar los procesos de aprendizaje de sus hijos e hijas.
Sin embargo, por parte de las instituciones educativas actualmente no se implementa una escuela de padres, madres y cuidadores que brinde formación en valores, competencias socioemocionales, sexualidad y pautas de crianza no violentas.
Estas actividades de comunicación entre los jóvenes y sus padres permite que los conocimientos y habilidades que los jóvenes reciben en el colegio se soporten y tengan coherencia en los hogares. Ejercicios como la escritura de una carta por parte de los padres permite que los jóvenes sientan apoyo en la construcción de su proyecto de vida.
Por: Sandra Riaño García. Facilitadora educativa del proyecto Pescado para el Desarrollo.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.