La caridad no siempre es desinteresada. En un ecosistema los cambios que un individuo hace en un ecosistema por mejorar su calidad de vida obligatoriamente mejora la calidad de vida de los demás individuos del ecosistema, al hacerlo se beneficia él mismo cómo consecuencia.
Por: Helbert Leal Borda
Facilitador del proyecto Tabletas para Educar de los municipios de Almeida y Tenza
El diccionario de la Real Academia española define la caridad en ocho conceptos que buscando la claridad termina confundiendo, incluso algunas definiciones contradicen a las asertos teológicos. La caridad es asumida en el plano general cómo una dadiva, una fracción, una rebaba que se encuentra en condición de superávit y que sin mayor sacrificio y esfuerzo puede ser donada o entregada para solucionar faltantes o saldos negativos de las necesidades o dificultades de la condición humana particular o de la sociedad. En este contexto la caridad se convierte en una excreción del exceso hacia la escasez.
Es innegable que la caridad tiene como objetivo la solución de una problemática así cómo lo hace un impuesto, tiene el mismo comportamiento de un tributo que se niega a ser obligatorio en la norma pero que en la realidad es aún más innegable su ineludible cumplimiento, la caridad solo es un disfraz que oculta la verdad de quien hace uso de esta aparente generosidad, quién hace uso de la caridad demuestra que se encuentra en condiciones más que suficientes para cambiar los aspectos negativos de su entorno. La caridad no es desinteresada eso es absolutamente imposible en un ecosistema, los cambios que un individuo hace en un ecosistema por mejorar su calidad de vida obligatoriamente mejoran la calidad de vida de los demás individuos del ecosistema, al hacerlo se beneficia él mismo cómo consecuencia. De igual forma mientras los individuos de un ecosistema concentren los recursos, el conocimiento, las oportunidades, controlen la producción y distribución de los mismos, y estos sean renuentes a mejorar en igual proporción las condiciones de los que conviven en su entorno, en algún momento del proceso amenazaran su propia existencia.
La caridad no solo puede entenderse desde del plano económico, debe entenderse desde un plano interdisciplinario, desde la conjunción de conocimientos básicos para la supervivencia de la especie, de una biblia de lo que debe saber todo ser humano para crear una sociedad con mínimos razonables de existencia, y de un deber inalienable, irreductible e irrenunciable de convertir constantemente el entorno en un proceso evolutivo que lo mejora constantemente para el bien de todos. La tecnología se debe desarrollar no solo en el plano del intercambio económico, debe haber un espacio en la que la generación de conocimiento transforme a la caridad en conocimiento aplicado y compartido, con los avances tecnológicos y los progresos científicos necesarios para garantizar que los individuos de una sociedad puedan por si mismos potabilizar, almacenar, distribuir y reciclar agua, el aprovechamiento de los residuos, la generación de energías alternativas, la construcción con recursos naturales renovables, el cultivo de alimentos. Conocimiento que puedan garantizar que los grupos de humanos de una sociedad cualquiera estén en la misma igualdad de condiciones para desarrollarse.