En la vereda Las Casitas, ubicada en el municipio de Cajibío, Cauca, una mujer rural distribuye su tiempo entre las labores del hogar, cultivar la tierra y acompañar las actividades y programas que mejoran la calidad de vida de las personas de su comunidad.
Oliva Sánchez Flor, es una mujer rural y bachiller que en compañía de su esposo se dedica a la crianza de sus dos hijas, y a llevar el sustento de su familia cultivando café, caña, plátano, verduras y hortalizas. También es un referente de liderazgo, pues siempre ha estado involucrada en la Junta de Acción Comunal y en la actualidad es vocal del acueducto comunitario.
Cuando se enteró del proyecto Alfabetización Digital para la Gestión Comunitaria del Agua de ASIR-SABA, Oliva descubrió la importancia que tendría en su comunidad, puesto que llevan con el proyecto del acueducto un tiempo considerable y necesitaban conocer más temas.
Con su participación descubrió que su pensar era cierto, pues accedieron a un curso donde ella y muchas personas tuvieron la oportunidad de acercarse por primera vez a un computador, escribir cartas, manejar Excel y diseñar una presentación. Oliva, afirma que todo esto lo necesitaban para organizar la junta del acueducto.
Manifiesta que disfrutó el taller de legalización del acueducto, porque aprendieron a manejar la parte administrativa. Recuerda con ilusión el rostro del presidente de la JAC, pues a su avanzada edad seguía descubriendo y viviendo experiencias importantes.
Dice que debido a la ubicación geográfica el acceso a la información es difícil, casi imposible, y con este proyecto hubo una sensibilización sobre el cuidado del agua y el reciclaje. Oliva continúa con la fe de que lleguen más programas, mientras tanto se involucrará en los temas que benefician a su comunidad.
Por: Andrés Pastrana Torres. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.