En las entrañas de San Vicente del Caguán, Caquetá, específicamente en la Ciudadela Juvenil Amazónica Don Bosco se dio uno de los eventos más significativos del año en el marco del proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA. El cual es financiado por la Unión Europea a través del Fondo Europeo para la paz, e implementado por Acción Cultural Popular ACPO en los departamentos de Caquetá y Chocó.
Se trata del evento de graduación del Técnico Laboral Agropecuario, que con mucho esfuerzo y dedicación 20 mujeres excombatientes desarrollaron durante varios meses, con aprendizajes enmarcados no solo en la parte teórica en manejo y transformación de alimentos, sino con fases prácticas que les permitieron reconocer su potencial para la realización de estas prácticas agrícolas.
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El sábado 23 de octubre del 2021 el salón de la Ciudadela recibió a las estudiantes que desde las 09:00 am empezaron a llegar. Sus rostros reflejaban lo emocionadas que estaban, pues sabían que en esta ocasión eran ellas las protagonistas, y que todos los presentes se encontraban allí para acompañar y conmemorar su gran logro.
Entre los asistentes al evento se encontraban representantes de ACPO, de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización – ARN y de la Diócesis de San Vicente del Caguán. Por su parte, Mariana Córdoba, directora general de ACPO, dio la bienvenida con un agradecimiento especial a las mujeres, por haber creído en el proceso y haber invertido su tiempo en la formación a pesar de tener diversas actividades de cara a su proceso de reincorporación.
Flor Alba Ortiz, participante del proyecto, compartió con sus compañeras un discurso motivador en el que afirmó que “es un compromiso que estamos recibiendo hoy, de cómo podemos aportar a la educación tanto de la niñez, como de los adolescentes y los adultos. Espero que todas estemos con ese mismo compromiso y que esto nos sirva de herramienta para poder desarrollar nuestra parte económica con el ánimo de poder sacar adelante la parte social, política y cultural, y poder aportar mucho al proceso de construcción de paz”.
Así mismo, María de los Ángeles Vargas, también graduanda, afirmó: “para nosotras es muy satisfactorio poder venir a esta actividad, sinceramente es el primer diploma que vamos a recibir. Nosotras tenemos un regalo, todas somos exguerrilleras y pensar en nuestro futuro lo hacemos cada día, y cada día lo tenemos que hacer mejor, esa es nuestra meta”.
Con las notas de la marcha triunfal de fondo, cada una fue invitada a pasar adelante por su diploma, un elemento que simbólicamente premia su compromiso con el sueño de una Colombia en paz, donde las oportunidades para la mujer rural sean cada vez más tangibles y acordes a la identidad de cada territorio, un certificado para generar espacios que fortalezcan su labor comunitaria y aporten a la sostenibilidad de lo pactado en el Acuerdo de Paz.
Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.