Acción Cultural Popular – ACPO fue fundada en 1947 por monseñor José Joaquín Salcedo, un visionario que apostó por el bienestar, el reconocimiento y el cumplimiento de los derechos del campesinado colombiano. Su labor comenzó con la creación de Radio Sutatenza y las Escuelas Radiofónicas cuya transmisión llegaba a Barranquilla, Bogotá, Cali, Medellín y Magangué, que se pusieron al servicio de las y los campesinos, para llevar educación a las zonas más apartadas del país. Esto con la firme convicción de que el conocimiento es el eje fundamental de la transformación y el desarrollo integral de los territorios.
Hoy, como cada 23 de agosto celebramos el aniversario de la familia ACPO y conmemoramos su legado, el cual se ha mantenido a lo largo de 74 años, impactando positivamente cientos de poblaciones rurales, y aportando día a día a la construcción de una Colombia más justa, equitativa e inclusiva con quienes labran y protegen la tierra, garantizan la seguridad alimentaria, y son un pilar fundamental para la sostenibilidad de la nación.
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ACPO está compuesta por una gran calidad humana que ha puesto todo su saber, empeño y dedicación por esta visión de cambio social, y para lograrlo ha contado con el liderazgo de personas como Mariana Córdoba, una argentina que en el año 2015 asumió el cargo de Coordinadora de Educación, con la misión principal de hacer seguimiento y coordinar la implementación del programa Escuelas Digitales Campesinas – EDC; y que hoy es la Directora General de la organización.
“Recuerdo que cuando hice todo el proceso y me dieron el contrato, lo que los directivos en ese momento resaltaron fue que me estaban entregando la nueva joya de ACPO. Porque es que Escuelas Campesinas Digitales era eso, un nuevo hito en la historia de nuestra organización. Entonces, en ese momento me sentí con mucha solemnidad y mucho orgullo. Y lo vi como un gran desafío porque es una organización social que en 74 años ha logrado mantenerse muy fiel a su misión, pero que ha tenido también el desafío y la capacidad de reinventarse”, aseguró Mariana Córdoba al recordar sus inicios en la fundación.
Hablar de la labor que realiza ACPO, es un tema que genera sentimientos y emociones en Mariana, pues con gran satisfacción destaca que la función más importante que desarrolla junto a su equipo es “formar líderes campesinos capaces de promover el desarrollo del campo, capaces de promover un desarrollo que brinde bienestar, que promueva el ejercicio de derechos humanos, todo a través de la educación. Para mi, al momento de hablar de ACPO si tuviera que decir sólo dos palabras siempre serían educación y liderazgo, porque esa es nuestra esencia y eso es lo que hacemos”.
Reinventarse para continuar con un legado de cambio social
Uno de los desafíos que ha enfrentado este proyecto es su forma de sostenibilidad, pues ACPO trabaja en territorios que muchas veces no cuentan con la infraestructura o los medios necesarios como la conectividad para llevar a cabo sus programas educativos. Conforme con la explicación de la directora, estas adversidades no han impedido el ejercicio de su labor, sino que han fortalecido el trabajo en equipo, desarrollando una capacidad de reinventarse y adaptarse de manera efectiva.
Por ejemplo, destaca las estrategias que tomaron a nivel externo e interno en el marco de la pandemia por COVID -19, entre las que resalta el uso de las redes sociales como WhatsApp y llamadas telefónicas para la formación de grupos de trabajo colaborativos. Así mismo, se diseñaron rutas formativas de fortalecimiento en liderazgo, y sus facilitadores acostumbrados a viajar por las veredas de Colombia, distribuyeron contenidos, consignas y realizaron tutorías virtuales. Con estas acciones, ACPO fortaleció el modelo de EDC como una herramienta de formación flexible llevando conocimiento al campo en tiempos de confinamiento.
“74 años después acá seguimos trabajando y pensando cómo hacer para mejorar la situación de las personas que viven en el campo, y que hacen un montón de cosas entre preservar cultura, preservar seguridad alimentaria, preservar medio ambiente. Se idealiza muchísimo el campo, pero se trata también de un reconocimiento de derechos, es por eso que nosotros apostamos a ese reconocimiento de derechos a través de la educación” manifestó la directora.
En la actualidad, ACPO espera seguir impactando por muchos años más la vida de miles de personas, generando herramientas educativas de gran incidencia social y política, que permitan avanzar en el desarrollo rural integral del país. “La acción cultural, quiere decir la acción transformadora del mundo y lo que buscamos mostrar es que esa acción transformadora es una tarea de todos, es una tarea popular. Es mostrarle a campesinas, campesinos y al mundo que el desarrollo es una tarea popular”.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.