El Ulex europeaus más conocido como retamo espinoso, es un arbusto leñoso originario de Europa central que pertenece a la familia de las leguminosas Fabaceae, y se caracteriza por su gran capacidad de adaptación a los climas y su velocidad de reproducción. De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, esta especie llegó a Colombia en los años 50’s con el propósito de reforestar áreas degradadas por la deforestación, se encuentra principalmente en los ecosistemas de páramo y el bosque altoandino.
A pesar de que se sembraron con el objetivo de reverdecer las tierras, el retamo espinoso provocó un impacto negativo, pues según la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, esta planta produce cerca de 20.000 semillas al año y tiene amplias distancias de dispersión, lo que impide el crecimiento de otras especies nativas como el frailejón, que es indispensable para la producción de agua. Además, facilita la propagación de incendios, ya que contiene aceites inflamables en sus ramas y tallos, por ello es considerada una de las 10 plantas invasoras del país.
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Con la misión de contribuir a la erradicación de este ejemplar presente en ecosistemas bogotanos como el Parque Nacional Natural de Sumapaz, donde aproximadamente 15.000 hectáreas se encuentran invadidas por este arbusto. Un grupo de profesionales de la Universidad Javeriana crearon en el 2016 el taller Invasor Ocupante – INVOCU; un proyecto que promueve la restauración y conservación de la biodiversidad nativa a través de la elaboración de productos artesanales y sostenibles a base del retamo espinoso.
Con los extractos de la planta se fabrican llaveros, macetas, resmas de papel, cuadernos, papel maché y cartón paja. Según David Felipe Díaz, cofundador de INVOCU, la transformación del retamo espinoso inicia con la recolección de la especie, que es realizada con la comunidad de la vereda Curubital de la localidad de Usme. Después, mediante un proceso de extracción inhabilitan las semillas de las plantas y toda la materia orgánica que pueda reproducirse, hasta obtener una pulpa manejable que permite elaborar los productos.
Además, esta iniciativa desarrolla capacitaciones en temas como ganadería y cultivos sostenibles, con los que pretenden formar a las comunidades sobre el cuidado del medio ambiente para minimizar la creación de ambientes que proliferen el desarrollo de plantas invasoras. Conforme con la explicación de Díaz, actualmente se encuentran trabajando para ampliar su catálogo de productos y fabricar empaques, platos y pitillos, que ayuden a mitigar la contaminación que generan los plásticos de un solo uso.
Este emprendimiento cuenta con el apoyo de la Conservación Internacional, el Ejército Nacional y la Reserva Natural de la Sociedad Civil la Casita Feliz del Sumapaz. Si usted desea conocer más de este proyecto puede consultar el siguiente enlace: INVOCU
Por: Jennifer Cristancho Medina – Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.