Es difícil creer que todo un país, de tradición agrícola y rural como Colombia, no haya sido parte de la votación relacionada con la implementación de la Declaración de los Derechos Campesinos a finales del año pasado en la Asamblea General en la ONU, Organización de las Naciones Unidas.
Esta declaración, no es un asunto vinculante para ninguno de los estados miembros pertenecientes a la organización, sin embargo, se sugiere o invita a que se difunda esta y así generar respeto por la iniciativa. Cabe anotar que, en Colombia, de acuerdo con el censo realizado por el DANE del 2018, el 18% de la población vive en zona rural.
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La idea general de este documento, tiene que ver con el reconocimiento a las personas que trabajan y viven el campo en su vida diaria, en los que han nacido y trabajan alimentando las grandes ciudades para que tengan una vida digna y un reconocimiento ante el resto del país.
Uno de los puntos que más llama la atención es el número 17 que tiene que ver directamente con la posibilidad de defender sus tierras de agentes externos invasores que poco o nada tiene que ver con los oficios relacionados con las zonas rurales, este articulo dice: “Los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales tienen derecho a la conservación y protección del medio ambiente y de la capacidad productiva de sus tierras, así como de los recursos que utilizan y gestionan”.
Afortunadamente, Colombia no sufre de una crisis alimentaria grave a diferencia de otras naciones donde por factores como el cambio climático, la tierra produce poco o nada, somos un país con una gran variedad de climas donde prácticamente todo el año se produce algo, aguacates, mandarinas, naranjas y sobre todo hay suficiente espacio para la ganadería y producción de leche.
Las zonas rurales deben mantener su estado
De acuerdo con este artículo, lo más importante es establecer las zonas rurales como tales, que las poblaciones rurales se dediquen a sembrar y que no sean en el futuro unos espacios que se vayan a utilizar de manera inadecuada en otros asuntos que no tengan que ver específicamente con la vida rural.
En muchos sitios se puede ver la tecnificación, pero esta en realidad facilita los procesos de producción, pero también, se ven de manera inexplicable, proyectos de urbanización que poco o nada tienen que ver con los paisajes u oficios que se desarrollan en estas de las regiones.
Esto puede abrir una opción de organización para que la tierra sea bien utilizada y que así mantenga su tradición ya sea agrícola o ganadera y que esta pueda ser defendida para estos fines.
Por: Nicolás Montañez. Equipo Editorial El Campesino.