El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación y es su obligación proteger las riquezas culturales
Por: Carlos Arturo Leiva Perilla, facilitador EDC- Boyacá
Existen en Colombia, según cifras oficiales, cerca de 600 mil indígenas a los que el Estado considera patrimonio nacional invaluable como riqueza cultural y social. Se encuentran organizados en 81 grupos, hablan 75 lenguas diferentes y habitan el 25% del territorio nacional.
Desde la época de la conquista los indígenas en Colombia y en América han sido diezmados casi hasta desaparecer. Miles de indígenas murieron, desapareciendo también la más importante riqueza que puede dejar el hombre como es la cultura, los conocimientos y saberes.
Lo cierto es que América estaba poblada por una variedad de culturas, de símbolos, de tradiciones, de costumbres y de artes que fueron ignoradas, menospreciadas y destruidas, en su gran mayoría, por los invasores que llegaron de Europa con su afán de riqueza, de dominación.
Hoy en día, aunque los territorios indígenas gozan constitucionalmente de autonomía para la gestión de sus intereses, pueden gobernarse por autoridades propias, administrar recursos y establecer tributos y participar en las rentas nacionales, los grupos al margen de la ley también contribuyen a su extinción.
De todas formas, se ha avanzado en el reconocimiento de derechos de las poblaciones indígenas en Colombia. Este reconocimiento se caracteriza por la aceptación de la existencia de formas específicas socio-culturales, por parte de las autoridades regionales y nacionales.
Hace falta el reconocimiento y respeto por parte de la ciudadanía en general tanto de sus costumbres, actuaciones como de su persona como tal. Solo cuando los incluyamos como iguales podremos aportar para la supervivencia de sus culturas.
*Este es un texto generado a partir del trabajo de las Escuelas Digitales Campesinas de Acción Cultural Popular- ACPO, que buscan promover el liderazgo del campesinado colombiano a través de procesos de educación, formación y capacitación, orientados a su dignificación, inclusión y desarrollo.
