Por: Brayan Yesid Parra Díaz
La Virgen María es una parte fundamental de la vida cristiana. Nos enseña el camino para llegar a Dios como fiel servidora. Además de ser nuestra Madre espiritual se ha aparecido a lo largo de la historia de diversas formas, siendo la Virgen del Carmen o Santa María del Monte Carmelo una de estas apariciones de gran importancia para los colombianos.
Dicha advocación surge en el Monte Carmelo en Israel, lugar donde se retiraban personas y profetas para encontrarse con Dios y orar, gracias a que dicha montaña es considerada como el jardín de Dios. Uno de los primeros personajes de la historia bíblica que se retiró a dicho monte fue el profeta Elías para encontrarse con Dios.
Luego de considerar la importancia del Carmelo unos ermitaños se retiraron y comenzaron a vivir allí, adoptando en sus vidas el estilo de vida de la Virgen María, llegando a ser identificados por aspectos evangélicos como la
Algo característico de la advocación de la Virgen del Carmelo es el escapulario. Este, según la historia, le fue revelado a San Simón Stock, director de los carmelitas en ese tiempo, el 16 de julio de 1951 y entregado por la misma Virgen del Carmen.
Una entrega que se dio por medio de las siguientes palabras: “Recibe hijo mío este Escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno”.
En Colombia
En nuestro contexto colombiano se observa la ferviente fe que se tiene a esta advocación mariana, gracias a que durante el mes de julio se ven diversas procesiones, desfiles y caravanas por los ríos y por las carreteras de nuestro territorio, dándose un gran fenómeno cultural en torno a esta fiesta de la Iglesia Católica. Además, se refuerza con las fiestas de los diversos pueblos de nuestro país a lo largo de los días de este mes.
Por lo tanto, hay que reconocer que Santa María del Monte Carmelo cumple un papel importante de nuestra cultura colombiana como protectora de cualquier persona, carro o vehículo de transporte, mostrándose de trasfondo la importancia que tienen para nuestra fe las diversas figuras de piedad popular, en especial esta advocación mariana. Virgen del Carmen, ruega por nosotros.