El pasado 16 de Julio, la Iglesia Católica conmemoró la fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Carmen, fiesta que se celebra en todo el mundo y que es de gran devoción en el pueblo colombiano, sobre todo en el gremio de camioneros y transportadores que año tras año decoran sus vehículos con bombas, serpentinas y afiches en honor a nuestra Señora, la Virgen del Carmen, y recorren las vías del territorio nacional celebrando en paz y con mucha fe.
Los transportadores la consideran como su patrona y no es coincidencia ver en muchos vehículos, sobretodo del servicio público, imágenes, escapularios o cualquier elemento que recuerde la maternal protección de la Virgen sobre los conductores.
A pesar de la celebración en el día de la Virgen, sus devotos más fieles, los conductores, se vieron obligados a no participar de las procesiones acostumbradas como consecuencia del paro camionero y los inconvenientes que ha generado no solamente a nivel económico sino que incluso a nivel religioso. Es por ello, que los conductores si bien no participaron de los diversos actos religiosos, sus oraciones y plegarias siguen en pie hacia su patrona.
En este tiempo de paro, los pueblos, los campesinos y los productores de los productos de primera necesidad, han sido los más perjudicados, ya que aumenta la necesidad económica no solo para ellos sino para sus hogares. Los conflictos que ha generado esta situación han tomado otro matiz como por ejemplo: la violencia que como consecuencia ha llegado a la vulneración de los derechos de los campesinos incluso a la muerte de uno de ellos en Duitama.
Si bien las consecuencias de este paro han sido notorias en el país, la fe de los conductores en la Virgen del Carmen sigue siendo más grande que dicha problemática y esperamos que su intercesión ayude al cese de este conflicto y sus resultados beneficien a todos los afectados.