En Colombia se han gestado múltiples géneros musicales que narran la historia de un país a punta de anécdotas, improvisación y denuncias acompañadas de instrumentos musicales, que varían de acuerdo al ritmo, en los que los campesinos son próceres y maestros de un arte que ya es reconocido como patrimonio de la humanidad.
A continuación un recorrido por tres géneros musicales colombianos auténticamente campesinos.
Música carranguera
Desde Boyacá, municipio colombiano ubicado a 150 kilómetros de la capital colombiana, se ha gestado la cultura carranguera de la que son insignia la ruana, el tiple, el requinto y la guacharaca. Jorge Velosa Ruiz, maestro carranguero, es su mayor exponente y hoy por hoy esta cultura se ha extendido a lo largo del territorio nacional.
En la carranga se escuchan anécdotas del día a día campesino, las cuales hacen parte de una serie de coplas musicalizadas que relatan alegrías y tristezas de lo que acontece en el campo. Ejemplo de ello es La Cucharita, una de las canciones más sonadas de Los Carrangueros de Ráquira, grupo musical del que Jorge Velosa es parte, en esta canción se relata el robo de una cucharita y a través de su letra se pueden distinguir varios sucesos, entre ellos, la migración campesina a las ciudades.
Este género musical no es más que la viva representación del folclore de la región andina colombiana que ha viajado por el mundo de la mano de numerosos grupos musicales de Boyacá, Santander, Norte de Santander y hasta municipios de la costa caribe colombiana.
Música llanera
Catalogada como patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, la música llanera hace parte de la melodía que suena en la región de la Orinoquía en el oriente del país. Estos cantos son característicos de una cultura recia que le canta al trabajo en el campo.
“Mañanita, mañanita, mañanita, dame la leche fresca, mañanita” son algunos de los versos que se escuchan de la voz de Orlando el “Cholo” Valderrama, cantautor y maestro de la música llanera colombiana.
En estas letras son protagonistas el ganado y los paisajes llaneros, por lo que la improvisación también está presente en un centenar de canciones que se entonan a cualquier hora del día. Sin embargo, la industrialización del campo hace que estos cantos vayan desapareciendo, pues gran parte de los campesinos ya no ordeñan sus vacas como antes, ahora las compañías lecheras están introduciendo mecanismos técnicos para ordeñar las vacas.
Música vallenata
El género musical por excelencia de la región caribe colombiana es el vallenato, un género que también hace parte del patrimonio inmaterial de la humanidad declarado por la Unesco. Éste no sólo se escucha, sino que también se lee, pues algunos escritores entre ellos Gabriel García Márquez, nobel colombiano de literatura, utilizaron algunas expresiones vallenatas en sus libros.
En el vallenato se relatan sentimientos, tradiciones e historias de una nación que se teje desde las melodías, también se le canta a la injusticia y al abandono del Estado que ha sido constante en numerosos municipios colombianos. “Los platos que rompe el gobierno los paga mi pueblo trabajando el sol, no tienen ni solar ni techo porque su trabajo no tiene valor” son algunas de las letras vallenatas que hacen denuncia desde la música.
Como instrumentos musicales representantes de este género se encuentran la caja, instrumento heredado de la tradición africana, la guacharaca, de origen indígena y el acordeón de origen europeo, son estos los auténticos artífices de un género musical de origen caribeño con ritmos carnavaleros.
Aunque en sus inicios el vallenato tenía por objeto la denuncia social y la manifestación de anécdotas e historias del campo, actualmente este propósito se ha visto desplazado por el rumbo comercial que ha tomado pese a la influencia de las casas disqueras.
Preservar la música campesina para recuperar tradiciones
La salvaguardía de géneros musicales como la carranga, el vallenato y la música llanera es la misión de aquellos artistas que sin descanso continúan componiendo líricas y melodías que representen al campo colombiano desde la música.
Por lo que vale la pena conocer, apreciar y valorar lo que estas letras ofrecen, porque sin duda no se trata de sólo música, sino de historias, cultura y mucha tradición.
Por: Lina María Serna López. Voluntaria Fundación ACPO.