Los jóvenes que realizan sus estudios académicos en las instituciones educativas rurales beneficiarias del proyecto Pescado para el Desarrollo, han avanzado en cursos como Paz y convivencia 1 y 2, Liderazgo en la comunidad rural, y Persona, medio ambiente y sociedad. Lo que les ha permitido fortalecer sus competencias humanas por medio del programa insignia de Acción Cultural Popular – ACPO, denominado Escuelas Digitales Campesinas.
En el mes de agosto se inicia la formación del curso Mi Proyecto de vida en el campo, el cual cuenta con cuatro temáticas fundamentales: ¿Quién soy yo?, esta unidad permite que los jóvenes reconozcan sus aptitudes, sus competencias, definan sus gustos, aprendan a conocerse y descubran sus fortalezas y debilidades.
La segunda unidad, está dirigida a reconocer su entorno no solo como el lugar en el que habitan, sino el lugar que puede ofrecerles oportunidades de crecimiento, identificando las actividades económicas que les permitan implementar su proyecto de vida. En este punto es importante resaltar que, el proyecto Pescado para el Desarrollo busca establecer una de las actividades principales del departamento del Caquetá, como lo es la piscicultura.
Se propone una alternativa de crecimiento tanto para la población campesina beneficiaria, como para la reactivación económica de las regiones, pues la tercera unidad está dirigida a conocer las entidades que trabajan en pro a impulsar la población campesina. Y la cuarta unidad busca orientar a los estudiantes en la definición de sus objetivos y metas a corto, mediano y largo plazo.
Motivar y acompañar a las juventudes rurales
Este curso es fundamental en la formación de la juventud campesina debido a que por causas como la falta de oportunidades, la difícil situación económica que viven y los episodios de violencia que han enfrentado, los jóvenes muestran un desinterés en su futuro. Donde su pensamiento va orientado a sobrevivir día a día, dejando a un lado la posibilidad de proyectarse en un futuro.
Es importante recalcar que los jóvenes deben contar con el apoyo no solo del equipo del cuerpo docente de las IER en las que se forman, sino con el apoyo de padres de familia y/o acudientes, los cuales tienen la responsabilidad de guiar y apoyar los sueños de los adolescentes.
Por eso, se debe realizar un proceso de sensibilización con el fin de encaminar a la población rural a un cambio, donde se observe el aprovechamiento de oportunidades que conlleve a un mejoramiento en su calidad de vida.
Por: Sandra Riaño García. Facilitadora educativa del proyecto Pescado para el Desarrollo.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.