El Sumak Kawsay o buen vivir es para los pueblos indígenas de Ecuador y Bolivia “la vida en plenitud”. Además de ser su proyecto histórico y político, este saber tradicional tiene que ver con saber vivir en armonía y equilibrio; en armonía con la tierra, el cosmos, la vida e historia, y en equilibrio con toda existencia.
Sumak Kawsay, es precisamente la vía y horizonte de todas las comunidades. Se debe aprender primero a vivir y luego a convivir. No se puede alcanzar a vivir bien si los demás viven mal. De esta manera, vivir bien significa comprender y reconocer que el detrimento de todos los seres, es el deterioro de todo el conjunto.
“Plantea, además, una forma de relacionamiento diferente entre seres humanos en la que la individualidad egoísta debe someterse a un principio de responsabilidad social y compromiso ético, y un relacionamiento con la naturaleza en la cual ésta es reconocida como parte fundamental de la ‘socialidad’ humana”, refiere Pablo Dávalos, Economista y radical libre de Ecuador, en su ensayo “Cuestiones sobre el Sumay Kawsay”.
La invitación de esta práctica, aunque no tenga jurisdicción en Colombia, ni tampoco haga parte de un modelo de desarrollo reconocido por otros gobiernos del cono sur, es asumir un saber rescatado para el desarrollo colectivo del ser humano y su intención por llevar una vida armónica, pero respaldada por valores éticos.
Fernando Huanacuni Mamani, activista, Político indígena y en la actualidad Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, expone los 13 principios del Sumak Kawsay se pueden en práctica para lograr un buen vivir:
Suma Manq’ aña (saber comer)
Es importante elegir alimentos sanos para consumir. En la cosmovisión andina todo vive y necesita alimento, por esta razón es que a través de ofrendas se da alimento a la Madre Tierra, a las montañas y a los ríos. Esta misma provee los alimentos requeridos, por eso se deben comer los víveres de la época, del tiempo y el alimento del lugar.
Suma Umaña (saber beber)
Antes de beber se inicia con la ch’alla, dando de beber a la Pachamama, a los achochillas, a las awichas. Beber, tomar, ch’allar completarse, entrar al corazón, sacar del corazón y emerger del corazón para fluir y caminar como el rio (chuymar montaña, chuymat apsuña, chuymat sartaña jawirjam sarantañaki).
Suma Thokoña (saber danzar)
Entrar en relación y conexión cosmotelúrica (definir). Toda actividad debe realizarse con dimensión espiritual.
Suma Ikiña (saber dormir)
Se tiene que dormir dos días, es decir; dormir antes de la media noche, para tener las dos energías; la de la noche y la de la mañana siguiente. En el hemisferio sur se tiene que dormir con la cabeza al norte y los pies al sur, en el hemisferio norte la cabeza al sur y los pies al norte.
Suma Irnakaña (saber trabajar)
Para el indígena originario el trabajo no es sufrimiento, es alegría. Se debe trabajar con pasión, intensamente (sinti pacha).
Suma Lupiña (Saber meditar)
Entrar en un proceso de introspección. El silencio equilibra y armoniza, por lo tanto, el equilibrio se restablece a través del silencio personal y se conecta al equilibrio y silencio del entorno. La consecuencia de esta interacción germina la calma y la tranquilidad.
Suma Amuyaña (saber pensar)
Es la reflexión, no sólo desde lo racional sino desde el sentir; uno de los principios aymaras dice: “sin perder la razón, caminemos la senda del corazón”.
Suma Munaña, Munayasiña (saber amar y ser amado)
Un proceso complementario, el respeto a todo lo que existe genera una relación armónica.
Suma Ist’ aña (saber escuchar)
En aymara ist’aña, no sólo es escuchar con los oídos; es percibir, sentir, escuchar con todo el cuerpo; si todo vive, todo habla bien.
Suma Aruskipaña (hablar bien)
Antes de hablar hay que sentir y pensar bien. Hablar bien denota hablar para construir. Para alentar, para aportar. Todo lo que se habla se escribe en los corazones de quienes los escuchan, a veces es difícil borrar el efecto de algunas palabras; es por eso que se debe hablar bien.
Suma Samkasiña (saber soñar)
Todo parte desde el sueño; un inicio de la realidad. A través del sueño se percibe la vida. Soñar es proyectar la vida.
Suma Sarnaqaña (saber caminar)
No existe el cansancio para quien sabe caminar. Se debe estar consciente de que no se camina solo; se camina junto al viento, junto a la Madre Tierra, con el sol, con los ancestros y otros seres. (Le puede interesar: La cosmovisión indígena podría salvar el planeta tierra)
Suma Churaña, Suma Katukaña (saber dar y saber recibir)
Reconocer que la vida es la unión de muchos seres y fuerzas. En la vida todo fluye: se recibe y se da; la interacción de las dos fuerzas genera vida. Hay que saber dar con dicha y dar agradecimiento por todo lo que se recibe.
Por: Andrés Neira. Periodista.
Editor: Mónica Lozano. Editora – Periodista.