El Parlamento Andino es un órgano de control político, que se creó en 1979 en representación de los pueblos que conforman la región Andina. Tiene como misiones: armonizar las leyes del territorio, garantizar la participación ciudadana, fortalecer la integración social, y regionalizar buenas prácticas de gobierno y políticas de Estado; para afianzar la identidad y la cultura andina. Actualmente está compuesto por representantes de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Chile.
En el ejercicio de su labor, el 23 de marzo del 2021 la institución expidió la Resolución No.1 por la cual se declara “el sombrero vueltiao de la República de Colombia como referente cultural material y artesanal de la región Andina”. Dicho estatuto hace un reconocimiento especial a los departamentos de Córdoba y Sucre donde se encuentra el pueblo indígena zenú, ya que son quienes han elaborado este accesorio hace aproximadamente 2 mil años.
Le puede interesar: Artesanía campesina con mimbre, manifestación de saberes ancestrales
Además, en el documento se exalta el origen del sombrero, destacando el proceso de confección ancestral que realizan las madres zenúes a partir del trenzado de las fibras de la hoja de caña flecha. Con la finalidad no sólo de fabricar una prenda de vestir, si no de proteger de los rayos del sol a los miembros de su familia que se dedican por ejemplo al cultivo de maíz.
El 06 de julio del 2021, el Parlamento Andino realizó una ceremonia en las instalaciones del Palacio de Naín ubicado en el municipio de Montería, en la cual se realizó la entrega oficial de esta distinción al gobernador de Córdoba, Orlando Benítez Mora. “Con gran orgullo y satisfacción recibo este reconocimiento, que exalta al sombrero originario de nuestro departamento como símbolo andino de importancia mundial”, afirmó Mora.
De la caña flecha al sombrero vueltiao
Su proceso de fabricación comienza con la recolección de las hojas de la caña flecha, cuando estas tienen aproximadamente un metro de largo. Tras ser cortadas y almacenadas, se les quita la parte verde y blanda de la hoja, dejando sólo la vena o nepa (parte de la fibra que se usa en la elaboración de la trenza).
Después, las nepas son raspadas con un cuchillo especial hasta dejar lisa una parte de la vena. Posteriormente, se secan al sol por aproximadamente cuatro días para que se asienten sus colores. Una vez están libres de humedad, se seleccionan separando las más claras de las manchadas y se divide cada vena en siete u ocho tiras.
Para afianzar el color blanco o natural de las fibras de caña flecha se dejan por una hora en una olla con agua, jugo de limón o bicarbonato de sodio. Y para lograr el color negro, se cocinan las fibras manchadas por dos horas con agua y hojas de plantas como la bija. Finalmente, se trenzan de manera artesanal hasta obtener todas las siluetas y se pasan por una máquina de coser para dar forma al maravilloso sombrero vueltiao.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.