Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, en Sucre solo el 31,9% de los hogares cuentan con acceso a internet y solo el 26,5% de su población ha utilizado alguna vez un computador. Datos que evidencian la brecha digital del departamento y que alentaron a este aprendiz del SENA a crear una oportunidad que fortalezca el territorio que lo vio crecer.
José Luis Bello Solorzano, oriundo de Sincelejo es tecnólogo en análisis y diseños de sistemas de información, y quien desarrolló una de las apuestas más innovadoras del momento en materia de conectividad. Se trata de Flexy, un sistema que a través de máquinas ofrece a los usuarios la posibilidad de conectarse a internet de forma rápida y a bajo costo.
Le puede interesar: Cajita de agua contribuiría a cubrir necesidades hídricas en zonas de escasez
Dichas máquinas emiten un código con el que el usuario puede empezar a navegar sin límites durante 24 horas, este código lo consiguen con solo depositar una moneda de $1.000. A diferencia de otros operadores, con este costo se obtienen hasta 40 megas navegables, es decir no importa que el usuario reproduzca videos, realice llamadas on line o descargue documentos, podrá seguir conectado.
Cabe mencionar que, esta idea nació cuando a José Luis le solicitaron una iniciativa para su proyecto de grado, y al ver la relevancia e impacto positivo que puede alcanzar decidió postularse a la convocatoria 72 del Fondo Emprender del Sistema Nacional de Aprendizaje – SENA. Haciéndose acreedor a 124 millones de pesos de capital semilla para hacer realidad su máquina y generar cinco empleos directos.
Actualmente, este emprendedor se prepara desde su empresa Datalogin S.A.S para llevar las máquinas Flexy a los 21 corregimientos de Sincelejo con el objetivo de que en febrero, cuando inicie el año escolar todos los niños, niñas y jóvenes puedan acceder a sus clases y continuar de la mejor forma su proceso educativo. Pues en tiempos de pandemia el internet es indispensable y resulta injusto que en las zonas más apartadas se deba desistir de los cursos por carencia de este servicio.
Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.
