San Martín de Porres, santo de la misericordia

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San Martín de Porres, cuya memoria celebramos hoy 3 de noviembre, es un santo de la misericordia por su gran obra en favor de los marginados de la sociedad.

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Por Nicolás Sánchez Monroy

San Martín de Porres nació el Lima, Perú en 1579; hijo de padre español y madre mulata. En el contexto de la colonia, su color de piel fue motivo de discriminación así como a muchos que surgían de la mezcla entre españoles y americanos, siendo tratado como ‘perro mulato’. Sin embargo, aquellos que lo denigraban de esta forma no pensaban que dentro de este hombre había un gran deseo de servir al Señor presente en ese mismo pueblo que lo ofendía, pueblo donde abundaban la pobreza y la injusticia.

Martín, antes de ser religioso, fue barbero y desde muy joven se propuso un ideal de santidad, por lo cual quiso  entrar en la Orden de Predicadores (Dominicos) por invitación de un fraile de esta orden. Ya en la Orden, siempre prefirió ocupar las labores más humildes del convento pues siempre se caracterizó por no aspirar a los cargos y bienes de este mundo, tanto así que durante casi toda su vida usó el mismo hábito negro. Dado que se ocupaba también de barrer las dependencias del convento, lo llamaban Fray Escoba.

Muy pronto de haber entrado al convento, su fama empezó a crecer entre los habitantes de Lima, pues el santo se caracterizaba por obrar grandes prodigios ayudando a los pobres, aunque tanto él como el convento eran muy pobres y no lograban explicarse cómo este Santo solo con su gran deseo de ayudar obtenía milagrosamente las cosas, y también muchos enfermos obtenían la sanación por medio de este Santo. Las filas de enfermos y pobres que querían ser atendidos por el Santo eran enormes, y en varias ocasiones se atormentaba de que su humildad se viera envuelta por la fama por lo que insistía en que el era un simple siervo pero que el que obraba era Dios.

A San Martín de Porres además le preocupaba ver que muchos niños y jóvenes, huérfanos en particular, andaban en la mendicidad, por lo cual fundó el ‘Asilo de Santa Cruz, el primer colegio del Nuevo Mundo’ donde ayudó a muchos a tener un espacio para vivir dignamente y educarse en los valores y la fe. Toda esta obra hizo que aunque Martín siempre prefiriera una vida sencilla, humilde y sin honores  fuese conocido y estimado por el Virrey, los obispos y los gobernadores.

San Martín de Porres es muy estimado en Latinoamérica, por su gran legado; en Perú es llamado el ‘Patrono de la Justicia Social’; y ahora en este Año de la Misericordia, estamos invitados a seguir los pasos de este gran santo que vivió en nuestro continente y desde una figura muy sencilla y sin grandes aspiraciones mundanas, más que ser Santo a los ojos de Dios, obró en favor de los más necesitados de su tiempo, al punto de que pasó de ser llamado por ellos ‘perro mulato’ a ‘Martín de la Caridad’.

 

 

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