Con estas palabras, el sacerdote Henry Artunduaga Flórez define su sacerdocio en sus 22 años de vida como ministro ordenado.
Por Nicolás Galeano
Alegre, espontáneo, servicial y comprometido son algunas de las características que identifican al sacerdote Henry Artunduaga Flórez, quien actualmente se desempeña como vicario en la parroquia del Inmaculado Corazón de María en el barrio Claret al sur de Bogotá. La vida de oración familiar, la participación en los grupos juveniles de su parroquia y la figura del Santo Padre Juan Pablo II durante su visita apostólica a Colombia, fueron los referentes esenciales que motivaron al Padre Henry Artunduaga a optar por el sacerdocio. En esta sencilla entrevista, el Padre Henry nos comentara acerca de su vocación y la experiencia que como sacerdote ha vivido hasta el momento.
¿Cómo surgió su inquietud sacerdotal?, ¿Tuvo algún referente?
Bueno, tengo tres referentes importantes que los quiero resaltar: En primer lugar la vida familiar, vengo de un hogar campesino, mi familia por naturaleza, durante toda su vida ha profesado la fe católica y pues en este ambiente a veces tan sencillo del campo es donde hay ese deseo de los papas de orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas. El segundo referente fue la participación de los grupos juveniles de la parroquia de donde yo soy y el tercer referente fue sin duda el testimonio del Santo Padre Juan Pablo II de visita aquí en Colombia.
¿Por qué quiso hacerse sacerdote?
Quise ser sacerdote por varios motivos, el primer motivo que me inspiro fue el hecho de que el sacerdote puede ser de gran ayuda para el pueblo de Dios, el segundo motivo porque considero que hoy la Iglesia más que nunca está necesitada de ministros que puedan llevar la Palabra del Señor y ofrecer también al pueblo de Dios esa compañía espiritual que tanto necesita y suplica.
¿Cómo podría resumir sus 22 años de vida como sacerdote?
Mi sacerdocio lo podría resumir en tres momentos, el primer momento, sería un momento de mucho gozo, siempre que se inicia una vida ministerial se experimenta un gozo de Dios, las mismas energías de joven lo llenan a uno de entusiasmo y también llena de entusiasmo a mucha gente y entonces es entender que uno está viviendo una luna de miel con su sacerdocio y con su pueblo. Pensaría que un segundo momento podría estar acompañado de situaciones difíciles, a veces la misma obediencia a trabajos o a apostolados que uno nunca se imaginaba realizarlos logran que en ocasiones se decaiga en esa parte anímica, a veces cuando uno empieza a ver que la realidad cada día se torna más difícil, que en algún momento viene el cuestionamiento si valió la pena dejarlo todo por seguir al Señor, cuando uno ve que cada día el mundo está en desequilibrio, todas estas cosas me llevan a pensar que es un momento a veces de crisis y también de discernimiento. Y el tercer momento es precisamente este que estoy viviendo que lo llamaría un momento de madurez sacerdotal, de asumir a cabalidad el compromiso que el Señor me ha encomendado y que ahora experimento en una cierta paz, en una cierta tranquilidad. Creo que después de 22 años uno va notando que vale la pena entregarse plenamente en este servicio a la Iglesia, poniéndose siempre en manos de Dios y de la Virgen María.
¿Vale la pena ser sacerdote hoy?
Vale la pena ser sacerdote porque hoy más que nunca es cuando vemos que el mundo está tomando varios caminos y cuando uno está convencido de Jesús resucitado y opta por su camino y por su mensaje de vida y ve la necesidad de un pueblo que hoy está en crisis uno se da cuenta que la respuesta a esta crisis está en el evangelio de Jesucristo, el único que puede responder a la crisis del hombre de hoy es Jesús y de eso me siento convencido y por esta razón nos ha llamado a nosotros, para ser parte de esa solución.
¿Qué piensa usted del sacerdocio?
Pienso que el sacerdocio es una obra de Dios en una vasija de barro, por eso lo dice muy bien San Pablo, es un tesoro que llevamos en vasijas de barro y creo que así el Señor nos ha hecho ministros de su Iglesia para que asumamos de verdad una responsabilidad frente al mismo hombre que quiere ser redimido, es el Señor quien se vale de instrumentos que aunque acompañados también por pecados y fragilidades Él solamente nos pide que seamos esos canales de la misma gracia que Dios derrama en su pueblo, así defino yo el sacerdocio con un don de Dios y una bendición para la Iglesia.
¿Qué mensaje le daría a aquellos jóvenes que han pensado en ser sacerdotes?
Primero decirles que vale la pena entregarse al Servicio de la Iglesia, en segundo lugar que Jesucristo es el que lleva la batuta de nuestra vida, que hoy hay tantas cosas que enriquecen al hombre materialmente y que de pronto hoy muchos jóvenes anhelan ser unos grandes profesionales para ganar unas buenas cantidades de dinero, pero esto no lo es todo , pienso que el Sacerdocio es una gran riqueza que llena el corazón y que nadie la puede arrebatar, es ese amor que no tiene ningún precio, que tiene un valor incalculable y esto es lo que en realidad lo anima a uno dejarlo todo y seguir al Señor.
En el trascurso de la historia de mi parroquia han dejando grandes huellas hombre y mujeres muy comprometidas en la construcción de una comunidad Viva como lo es Mi Parroquia El Inmaculado Corazón de Maria,entre ellos grandes sacerdotes que sin dudarlo de su Ministerio Sacerdotal entregan toda su vida al servicio de una comunidad sedienta de Dios;Gracias a los que han pasado por esta comunidad siempre Viva y han venido dejando grandes huellas en cada uno de nosotros y en especial la presencia de un Dios Vivo, Esperanzador y comunitario. Es por eso que le damos a Dios por la vida de aquellas madres que apoyan a sus hijos y los donan al servicio de la Iglesia Católica.En el mundo de hoy necesitamos sacerdotes enamorados totalmente de Dios y del prójimo,que anuncien y denuncien las injusticias del mundo, la opresión a los mas necesitados, a los pobres y enfermos etc.
Padre Henry Bienvenido a esta su parroquia y Gracias por donar su vida al servicio de mi iglesia católica,por compartir en tan poco tiempo cada una de sus experiencias de FE para con nosotros ,Dios y la Virgen le siga dando sabiduría en esta etapa de su vida sacerdotal.
Felicidades a este medio El campesino.co. por tan grandiosos reconocimiento que se le hace a nuestro Vicario parroquial
Un gran abrazo Marlen Buitrago Sierra.