Las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) han aumentado en un 62% según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en los últimos 10 años. Esto se debe a las malas prácticas humanas como la tala indiscriminada de árboles, la explotación de recursos naturales como el agua, el suelo, y la producción de energías eléctricas que liberan gases contaminantes, entre otros.
“Los niveles de gases de efecto invernadero que retienen el calor en la atmósfera alcanzaron un máximo histórico, 407,8 partes por millón (medida de concentración del dióxido de carbono). Esta tendencia implica que las generaciones futuras se enfrentarán a unos efectos del cambio climático cada vez más graves, por ejemplo, aumento de las temperaturas, fenómenos meteorológicos más extremos, estrés hídrico, subida del nivel del mar y alteración de los ecosistemas marinos y terrestres”, asegura la ONU.
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Con el objetivo de contribuir a la mitigación del cambio climático, mediante la adopción de formas de producción más sostenibles y amigables con el ambiente, la ingeniera química Diana Marcela Durán Hernández de la Universidad Nacional (UNAL) realizó una investigación en la que evaluó el potencial energético que tienen los desechos domésticos de alimentos y los residuos de cosechas para producir biogás.
Para el estudio se escogieron los residuos de las cosechas del banano y plátano como materia prima para elaborar biogás. Según explicó la investigadora, esta energía se utiliza en calderas, para producir calor, como combustible, para vehículos en el transporte, y en motores o turbinas para generar electricidad.
“Se considera que de los residuos de cosecha de banano y plátano máximo un 50% se puede dejar en el campo para enmienda del suelo o recirculación de nutrientes, el 7% se utiliza para alimento de animales, el 5% para fertilización, y al 38% restante no se le da ningún uso”, aclara en su estudio Diana Durán.
Como resultado de la investigación, se evidenció que estos residuos contienen un alto potencial para la producción de biogás. Pues son capaces de generar la energía suficiente para tener un bombillo de 100 vatios encendido durante 23 días, algo muy provechoso para quienes no tienen acceso a una red de energía eléctrica.
Así mismo, se comprobó que en promedio un hogar necesita cerca de 2,8 kilovatios por hora al día para satisfacer sus necesidades de iluminación, refrigeración, ventilación, entre otros; y que para lograrlo se necesitan cerca de 260 kilogramos de pseudotallos (tallo de la planta) que se consiguen con 2 o 3 plantas de banano o plátano.
“En Colombia, los pseudotallos y el raquis (parte que sostiene el racimo) del banano y el plátano generan más de 23 millones de toneladas al año” aclaró la ingeniera. Por lo que estos desechos serían una alternativa efectiva para la producción de energía sostenible y reduciría las emisiones de CO2 debido a que los residuos se procesan con vapor sin ningún tipo de químicos.
Cabe destacar que, con este resultado favorable, se busca sustituir el uso de la leña para la cocina, pues de acuerdo a la explicación de Diana Duran, cerca de 1.600.000 hogares en Colombia utilizan esta práctica, que causa emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, y genera afecciones a la salud de las personas por su exposición prolongada.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona – Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.