Las hermanas misioneras Teresitas llegaron a Chocó provenientes de Santa Rosa de Osos en el año de 1932, con la misión de evangelizar y ayudar a los más débiles. Desde entonces los gobiernos y el propio chocoano las ven como parte de su cultura y tradición religiosa.
Por: Miguel Ángel Arango Cifuentes Facilitador de las EDC de Nuquí
De los desastres más grandes que han tenido que enfrentar las misioneras Teresitas fue aquel triste 2 de mayo hace 14 años, cuando las FARC y los paramilitares incursionaron en el humilde caserío de Bojayá, dando muerte a más de 117 civiles dentro del templo, sin importar si eran niños, jóvenes, mujeres o viejos. Mataron sin piedad muchas personas ocasionando lo que hoy la gente conoce como los desastres de la guerra en las familias de Chocó.
Sin ahondar en un preámbulo lleno de sangre y desastres, el objeto principal de este escrito es hacer un gran reconocimiento a todas aquellas mujeres que desde muy chicas entregaron su vida a la misión Santa Teresita del niño Jesús. A estas hermanas no les importa ni el lugar, ni el clima, ni el color de la piel de nadie, ellas solo quieren servir a Dios ayudando al más indefenso. A ellas no les importó sufrir el terror de la guerra, y cuentan que junto al padre Jacinto, después de verle el rostro a la muerte y tantos desastres en tan poco tiempo, decidieron salvar a los que aún vivían.
Se internaron en la selva tapando sus oídos al temblor de las armas y los cilindros bomba que llegaban por todos lados. Lograron esconderse hasta el día 3 de mayo cuando el ejército tomo el control de la situación, pero toda aquella vivencia no era nada como lo que les esperaba ver en el destruido Bojayá. Lloraron de rodillas con sus miradas inocentes al cielo al ver sus feligreses, los niños de la pastoral y otras personas muertas trancando la puerta del templo. Personas que 24 horas antes caminaban rozagantes por Bojayá sin pensar en los desastres venideros.
Desde el corazón de todos los chocoanos les decimos que donde se encuentre cada una de las Misioneras Teresitas del Niño Jesús solo tenemos que decir gracias. Infinitas gracias por querer y ayudar tanto a nuestro querido pero olvidado Chocó.
