Desde las primeras conceptualizaciones acerca del papel de la radio se ha dicho que educa, informa y entretiene; el punto de discusión siempre ha girado en torno a la dosificación de estas funciones y a su traducción a programas específicos. En esa línea, es importante anotar que el proyecto de Radio Sutatenza comprendió muy pronto que la sola emisión de conferencias y charlas, al estilo del modelo culto de la radio europea, no bastaría para interesar a unos campesinos con muy bajo nivel de educación y con serias dificultades para interesarse en su propia educación.
La programación de Radio Sutatenza, desde sus inicios, se liga de forma directa a la acción de los respectivos párrocos, al punto de que, en el estudio que realiza el sacerdote Camilo Torres Restrepo en 1960, clasifica los municipios estudiados del Valle de Tenza, según el nivel de compromiso del párroco con la actividad de ACPO y las Escuelas Radiofónicas. Y esta acción de los párrocos se encadena con el envío al municipio Sutatenza, de hombres y mujeres que allí se forman para se promotores de las Escuelas Radiofónicas, que constituyen el aspecto presencial de los planes de capacitación.
Ya para 1960, en el estudio citado (Torres, 1961) aparece una incipiente evaluación de los «cambios producidos en las parroquias rurales que reciben influencia de ACPO» y en los puntos analizados es evidente que los efectos esperados de la Educación Fundamental Integral, que se propone desde las ondas de Radio Sutatenza, están directamente ligados a aspectos materiales y calidad del nivel de vida, en primer lugar, y a las actitudes frente al cambio que se derivan de este accionar.
En cuanto a los cambios se evalúa la vivienda: sus estructuras básicas (paredes, pisos, techos), las comodidades básicas (cocina, depósitos, alcobas y camas), forma de vida (muebles, limpieza) y servicios (agua, letrina y lavadero). También se evalúan los cambios en aspectos como alimentación, higiene, agricultura y productos domésticos.
Además, se evalúan los aspectos más cualitativos relacionados con el cambio de valores, entre los cuales la relación con el receptor de radio es tomado como un indicador del proceso de cambio:
La adquisición del radio-receptor de ACPO y el interés por oír sus programas marcan la primera etapa en los procesos de cambio. Para las gentes de las veredas la radio es un aparato exótico, inventado para distraer a las personas residentes en pueblos y ciudades. Nunca lo concibieron como un medio de difusión de cultura, ni pensaron que ellos podrían recibir tal beneficio en sus propios hogares. Al entrar en contacto con este agente de cambio, las estrechas mentalidades campesinas se abrieron a más amplios horizontes y el anhelo de mejoramiento nació, se desarrollo y cristalizó en muchas obras que, aunque parezcan muy pequeñas, son el resultado de un proceso continuo y eficaz. El aislamiento geográfico que ha mantenido al mundo rural de los adelantos y transformaciones del mundo urbano lo neutraliza ACPO a través de sus programas y de sus campañas, pues educa y capacita a las familias campesinas a fin de que disfruten de una vida más digna, cómoda y feliz. (Torres, 1961, pag. 43).