Los sistemas agrícolas tradicionales aún tienen vigencia en algunos países centro americanos, la sabiduría y la experiencia ancestral con las que aún trabajan el campo los labriegos mejicanos, son la prueba de que trabajar la tierra amigablemente es más que necesario.
Por: Andrés A. Gómez Martín.
La industrialización de la agricultura a nivel mundial ha generado una variedad de situaciones que en algunos casos resultan complejas, en México por ejemplo la forma de alimentación que se impuso, a base de fritos y comidas rápidas, generó serios problemas de salud pública, pues se cuentan por millones las personas que sufren de sobre peso.
La herencia Azteca le dejó a centro américa diferentes formas y métodos para cultivar la tierra, la milpa es uno de estos. Gracias a la adaptación del maíz que lograron las civilizaciones indígenas a todos los niveles climáticos y a casi todos los tipos de terreno, este grano, el grano sagrado se convirtió en la base de la alimentación de millones de personas.
La milpa es un sistema agrícola en el que se aprovecha la tierra para sembrar varios productos, el maíz siempre está presente y se acompaña de frijol, calabaza u otros cultivos que puedan crecer junto en concordancia, logrando obtener el mayor beneficio de los recursos naturales disponibles en el cultivo.
En la milpa se aprovecha todo lo que se siembra, es común por ejemplo que se siembren especies aromáticas, que también se utilizan como forma de prevención y protección frente las enfermedades y plagas que puedan poner en peligro la cosecha de este sistema auto sostenible y amigable con el medio ambiente.
Una de las características de la milpa, es que los campesinos domestican las especies que estén cultivando hasta lograr alcanzar el punto óptimo del producto, este sistema agrícola también tiene funciones sociales, los campesinos comparten las semillas de mejor calidad para reporucirlas entre sus milpas.
en la costa caribe colombiana, los campesinos le llaman rosas
a estas milpas