De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo – OMT, el turismo rural se define como “la oferta de servicios turísticos que se realiza en un espacio rural, habitualmente en pequeñas localidades o fuera del casco urbano”. Además, ofrece productos o servicios relacionados generalmente con actividades de naturaleza, agricultura, formas de vida y culturas rurales.
Conforme con una investigación de la Universidad Nacional de Colombia – UNAL, dentro esta categoría turística se encuentran diferentes modalidades como: el agroturismo, que ofrece experiencias sobre las actividades productivas del campo; el ecoturismo, que promueve servicios enfocados al cuidado del medio ambiente; y el turismo cultural, que da a conocer las manifestaciones culturales relevantes de un territorio rural.
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También es posible encontrar el turismo gastronómico, que busca dar a conocer los sabores típicos de cada destino, y una modalidad relevante en términos de desarrollo rural territorial; el turismo comunitario, en el que prevalece la valoración de la identidad cultural y el fomento de las actividades vivenciales dentro de los núcleos comunitarios.
Su importancia en Colombia radica en que contribuye a la generación de empleo e ingresos de las comunidades rurales, conformadas por campesinos, indígenas y afrodescendientes. Adicionalmente, permite conocer las zonas más apartadas del país, para comprender mediante la conexión con la naturaleza, las prácticas y saberes ancestrales de los distintos territorios.
Cerca de 11 millones de personas viven en la ruralidad, de las cuales el 7,2% dependen directamente de esta actividad. Además, hay más de 2.000 fincas agroturísticas, por ejemplo en el municipio de Choachí, Cundinamarca; la Asociación de Turismo Rural Maza-Fonte, integrada por guías, intérpretes ambientales y campesinos locales, ofrece recorridos por fincas tradicionales y senderos ecológicos que narran la vida de sus ancestros.
Otro dato que refleja la gran apuesta del sector rural por dar a conocer los paraísos biodiversos del país, es que más de 500 iniciativas de turismo comunitario se presentaron a la convocatoria del Programa de Turismo Comunitario creado por el Gobierno Nacional, con el que se busca impulsar la oferta turística de las regiones más apartadas con el fin de fortalecer su economía y que puedan tener una mejor calidad de vida.
Todo lo anterior, evidencia que recorrer los pueblos de Colombia es una forma de contribuir al desarrollo del campo y sus habitantes; fortaleciendo la economía local, y promoviendo la conservación natural y multicultural de las comunidades rurales.
Algunos destinos para visitar
Camino Teyuna, Sierra Nevada de Santa Marta, en donde la asociación CorpoTeyuna cuenta con más de 56 guías turísticos comunitarios que ofrecen servicios de senderismo y trekking. En el Urabá Antioqueño el grupo turístico comunitario Turbo, realiza recorridos por los manglares, avistamiento de aves, pesca artesanal y muestras artísticas con los turistas.
Así mismo, existen muchos municipios a los que podemos ir simplemente para conocer su gastronomía y su trabajo artesanal, como es el caso de Zipaquirá, Guatavita y Sopó, Cundinamarca; Villa de Leyva, Nobsa, y Ráquira en Boyacá; Barichara, San Gil, El Socorro, y Florián en Santander; Filandia, Salento, y Pijao en Quindío; O Guatapé, Jardín, y Jericó en Antioquia.
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.